miércoles, 20 de febrero de 2013

Ideas para un transporte sustentable

Hace algunas semanas me encontré en un congestionamiento cuando viajaba de la Cd. de México a la ciudad de Puebla: en la Avenida Ignacio Zaragoza estuvimos abordo del autobús casi sin movernos por más de 30 minutos. Todo comenzó cuando tuve una reunión de trabajo en un edificio en Av. Insurgentes en México y de ahí me dirigí a la ciudad de Puebla para dar un curso a profesores de educación media, sobre una perspectiva diferente de impartir clases relacionadas con ciencia. En estos cursos enfatizamos los aspectos experimentales de la obtención de conocimiento como una herramienta que todos los ciudadanos debemos conocer y poner en práctica en nuestras actividades cotidianas. Al salir de la reunión, mientras viajaba en el metrobús, pensaba en la antigua ciudad de México con su tránsito lento en esa avenida, después transbordé al metro y aunque era hora pico no sufrí los apachurramientos a los que estaba acostumbrado en mi adolescencia. Ahora dado que el sistema de transporte colectivo ha crecido las personas no sufren tanto en el metro. Claramente, la ciudad de México ha tenido una mejora sustancial en su sistema de transporte público que redunda en la calidad de vida de sus habitantes.
La apuesta de los gobiernos a invertir en infraestructura para el transporte público ha sido un acierto. La implantación de sistema de uso de la bicicleta ha iniciado una actitud creciente para que los defeños retomen sus calles. Es más la construcción de parques o espacios donde los habitantes pueden caminar, sentarse, platicar y tener alguna actividad física es muy importante para restablecer el tejido social.
Regreso a mi relato, durante mi camino saliendo de la TAPO observé parejas platicando el el camellón o grupos de personas usando los aparatos para ejercitarse y teniendo actividad colectiva con agrado, pero inesperadamente el andar del autobús se suspendió y estuvimos en un congestionamiento. Esto inmediatamente me recordó que en Cuernavaca, que en Morelos, son pocos los lugares donde podemos usar un sistema de transporte público de calidad.
En la mayoría de las ciudades de México el sistema de transporte no ha sido planeado, éste se ha desarrollado acorde con el desarrollo urbano anárquico que hemos sufrido. Conozco ciudades muy pobladas donde la movilidad de sus habitantes obedecen criterios de sustentabilidad. En donde el tiempo invertido en el transporte es calculado de acuerdo a la optimización de los flujos. Esta forma es una relación que Adrian Bejan, ingeniero mecánico especialista en termodinámica de la Universidad de Duke, ha encontrado en la naturaleza y en las formas de transportar sustancias o información de manera óptima. En palabras de Bejan los sistemas de transporte se optimizan cuando una persona viaja tramos con diferentes velocidades que son proporcionales a las distancias de esos tramos. Este principio no ha sido empleado en México para diseñar algún sistema de transporte. La idea es simple. Si una persona requiere moverse de un extremo en una zona metropolitana a otro debe haber una forma rápida de alcanzar un sistema troncal (digamos metro o tren o autobús), que le permite viajar rápidamente una distancia larga, para posteriormente cambiar a otra forma de transporte más lenta, pero que lo lleve a su destino final. Es decir, los sistemas de transporte deben ser planeados de tal forma que estén constituidos por diferentes subsistemas que permitan el transporte masivo y rápido en segmentos largos para posteriormente abordar otros medios más lentos y de menor capacidad que conecten con otros aún menores que finalmente conduzcan a todos los rincones de la ciudades. Pensemos en un viaje hipotético ideal: salimos de casa y caminamos 500 metros en 10 minutos (3Km/h) para abordar una Ruta por un tiempo de 10 minutos y recorremos 3 km (18km/h) que nos conduce a un metro por el que viajamos 10 minutos y recorremos 9 km (54km/h) para en el peor de los casos usar nuevamente una Ruta y después caminar a nuestro destino. De esta forma nuestro destino se puede alcanzar en menos de media hora. Este sería el esquema óptimo del transporte público. En cambio lo que hacemos actualmente es, en el mejor de los casos, usar el automóvil casi una hora para hacer trayectos del orden de 17 km, o en el peor, usar el transporte público actual, que tiene rutas fijas radiales, y tomarnos más de una hora en cubrir la misma distancia; claramente estas dos opciones no son sustentables y por supuesto disminuyen la calidad de vida de las personas.
De esta manera, en una ciudad debe haber un sistema troncal alimentado por una diversidad de opciones más sencillas que permitan alcanzar cualquier destino en un tiempo razonable, siguiendo la regla de proporcionalidad. Por esta razón, hemos propuesto, ya desde hace algún tiempo, que en Cuernavaca debe haber al menos dos líneas troncales, una con dirección norte sur y la otra de norte al oriente. En una perspectiva metropolitana estas líneas troncales podrían extenderse desde Huitizlac hasta Xochitepec y de Huitzilac hasta Yautepec. Para mí es claro que requerimos planeación de este sistema y que posiblemente no se pueda concretar en un futuro cercano, sin embargo considero muy importante se inicien las gestiones para hacerlo. Es más, dado que ese transporte será utilizado por personas los próximos 50 años, se podría explorar la solución eléctrica para el sistema troncal y de ser posible con alimentación fotovoltaica. Esto apuntaría a un aspecto más de la sustentabilidad, el uso de las fuentes renovables de energía.


Una versión resumida de este artículo fue publicado el día 20 de Febrero

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