miércoles, 30 de mayo de 2018

Cosas buenas, pero no tan buenas

Hace algunos años comenté que la construcción de zonas habitacionales con apoyo de la banca o del INFONAVIT podrían parecer un hecho que deberiamos propiciar; pero dado los esquemas financieros con los que se fomenta la vivienda no parece ser lo más indicado para combatir la pobreza en el país.
Déjenme aclarar con detalle lo dicho anteriormente. Veamos la situación en su conjunto. Las compañías constructoras reciben un crédito para construir edificaciones en las zonas habitacionales, lejos de las zonas actuales sin los servicios adecuados. Este crédito tiene un período de pago de unos dos años. En este período el constructor desarrolla la unidad habitacional y la vende a las personas, recobrando el crédito con una ganancia adicional en tan solo dos años. En cambio las personas que compran la casa-habitación se quedan con una deuda para unos 20 años. Este esquema lo que en realidad fomenta es el incremento del capital de las empresas constructoras a costa de las personas que compran la casa habitación. Lo que genera la necesidad del crédito es que el salario de la mayoría de las personas es realmente muy pequeño y no alcanza para sufragar los costos de la vida.
Esta situación no es solamente sufrida por las personas que adquieren casas; también sucede con aquellos que tienen un pequeño negocio y adquieren una franquicia para instalarla en una plaza comercial, donde la situación es similar. Los créditos de unos cuantos meses son para los grandes constructores; pero los que se quedan pagando los locales son los pequeños comerciantes franquiciados que asumen todos los riesgos subsecuentes. Estos riesgos pueden contemplar la pérdida de los ingresos y, por lo tanto, el dejar de pagar los créditos.
Además, esta situación puede llevar a riesgos mayúsculos, cuando los pequeños franquiciados o los propietarios de las casas habitación no pueden pagar, ellos pierden todo inclusive el bien inmueble; pero además la banca, que otorgó el crédito, se queda con propiedades que no puede vender, tiene pérdidas que implicarán un rescate que tendremos que pagar todos. Esto es una caricatura de lo que puede llegar a generar las llamadas burbujas inmobiliarias. Quizá una posible solución es aumentar los salarios.
Pero, los salarios no pueden subir si la productividad de las personas no aumenta. Esta situación en nuestro país se debe, en gran medida, a que los empresarios y los industriales basaron sus negocios en la mano de obra barata; en lugar de promover la generación de productos y servicios de alto valor agregado soportados por una mano de obra calificada.
Si aceptamos estas argumentaciones tendremos que concluir que para salir de esta situación deberíamos basar la producción de bienes y servicios en un alto valor agregado para que la mayoría de la población recibiera una retribución que satisficiera sus necesidades. Para esto, sería necesario contar con una población con formación técnica adecuada y por supuesto con una muy buena componente social y humanista que corresponda a su capacidad técnica. Recordemos que para propiciar el bienestar social es necesario contar con una sociedad formada en aspectos cívicos. Estoy seguro que una sociedad preparada en estos aspectos buscará que sus gobernantes tengan la capacidad para resolver problemas y no sean improvisados que no auguran un buen desempeño; ya que estos últimos no podrán comprender las complejas soluciones que corresponden a la problemática actual y pueden sucumbir en la propuesta de aparentes soluciones triviales que solamente incrementen la disparidad en la distribución de la riqueza.
Insisto hoy en día tenemos que conseguir una sociedad con capacidades probadas en aspectos técnicos, sociales y civiles con el conocimiento para abordar la problemática compleja que hoy enfrentamos. En estas elecciones elijamos a personas capaces que puedan proponer soluciones pensando en el futuro lejano, no en un beneficio de corto plazo que se convertirá en un problema mayúsculo en el futuro lejano.
Los ejemplos que mencioné, de aspectos que parecen adecuados y que originan marginación y una carga económica desigual, que solamente provoca mayor desigualdad, deben ser estudiados con detalle y resueltos por modelos económico-sociales que hoy en día no han sido probados; pero que posibilitan un beneficio social. Como ya señalé con recientemente, requerimos un cambio de estructuras que privilegien la retribución con base en el desempeño y no con base en aspectos fortuitos. Además, es importante definir reglas económicas que promuevan el bienestar social más que generen distribuciones extremadamente inequitativas como las que hoy tenemos, donde una muy pequeña porción de la población tiene la mayor parte de la riqueza generada por todas las personas.
Estas reglas pueden empezar con la definición adecuada del número máximo de casas habitación o de locales comerciales que debe haber en cada población con base en los recursos disponibles y la población del lugar. Es decir definir las condiciones de sustentabilidad en cada región. Para esto requerimos estudios y una sociedad con conocimiento para que no promovamos soluciones que parecen buenas; pero que no lo sean tanto.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 30 de Mayo en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 23 de mayo de 2018

La luz un pretexto para propiciar el beneficio social

La semana pasada participé en la inauguración del día internacional de la Luz en la sede de la UNESCO en París. Quiero destacar que la presencia mexicana fue notoria y fue una de las más nutridas y diversas. Además para enmarcar el día 16 de mayo, que de ahora en adelante se celebrará el día internacional de la luz, se celebró la jornadas Mexico-Francesas “Luces y sombras” donde participamos mexicanos de diferentes instituciones.
De los aspectos más relevantes fue la exposición Luces y sombras que fue solicitada por otros países para ser montada en lugares diferentes a la sede de la UNESCO y merecerá otro comentario.


Iluminación de la sede de la UNESCO en París el día internacional de la luz 2018.

En las jornadas, platicamos sobre la luz desde diferentes perspectivas. La biológica donde el Dr. Alfonso Valiente, investigador del Instituto de Ecología de la UNAM, nos comentó sobre los efectos de la luz en la región de Tehuacán, Puebla. Esta región caracterizada por su paisaje desértico es una de las más biodiversas del país con una muy amplia muestra de especies endémicas (las especies endémicas son animales o plantas que solo se desarrollan en una región específica y que no se pueden encontrar en otros lugares). En estos ecosistemas algunas plantas se desarrollan a la sombra de otras; además estas plantas tienen polinizadores específicos, digamos los murciélagos. Por esta razón, lo complejo del ecosistema lo hace resiliente ante cambios naturales, pero tremendamente sensible a los cambios dramáticos propiciados por las actividades de desmesurada explotación de las personas.
En otra charla, Dr. Ambrosio Velasco del Instituto de Investigaciones Filosóficas de la UNAM, nos contaba la historia de la interpretación de la luz y sombras en el pensamiento occidental, del que formamos parte la mayoría de los mexicanos. El Dr. Velasco enfatizó particularmente la belleza y lucidez de pensamiento filosófico de Juana de Asbaje, posteriormente conocida como Sor Juana Inés de la Cruz, en su poema Primero sueño, donde nos menciona la complejidad de la relación del conocimiento y juega con elementos de la luz y la noche, el conocimiento y la ignorancia.


Imágen de un cielo sin contaminación lumínica, foto tomada de la presentación de Dr. Silvia Torres

En estas mismas jornadas franco-mexicanas, el Dr. Héctor A. Solano Lamphar comentó la necesidad de evaluar los efectos de la luz en el comportamiento de las personas. En esta charla nos presentó una herramienta para realizar investigación basada en el concepto de ciencia ciudadana. La aplicación SkyMe para teléfonos celulares inteligentes que permite tomar una foto en una situación específica y enviarla junto con una valoración del estado de ánimo en el que nos encontramos en ese momento. Esta investigación seguramente aportará conocimiento sobre la iluminación que debemos tener en los diferentes entornos donde nos desenvolvemos. Por ejemplo, parece que no debemos tener la misma iluminación en las recámaras que en los lugares de trabajo. Es más, cuando sea necesario trabajar en las recámaras debemos hacerlo con iluminación que nos ayuden a ser más productivos y al irnos a descansar cambiar de foco o de tonalidad para empezar a relajarnos. Esto que parece ciencia ficción, ya es posibles con la ayuda de los LEDS, que pueden ser ser sintonizados en diferentes tonalidades.
Mientras unos hablaban de cómo la luz genera situaciones artísticas y dinámicas las Dra. Silvia Torres nos comentaba del contribución de la astronomía al desarrollo de las teorías científicas; pero nos llamó la atención especialmente a una situación preocupante: la contaminación lumínica. Aunque no parezca hoy tenemos también contaminación lumínica, los que somos mayores recordamos los cielos estrellados; donde podíamos ver miles de estrellas o nuestras salidas al campo donde podíamos apreciar realmente cielos totalmente estrellados; pero en la actualidad, las ciudades en las noches son una fuente de luz que opaca a las estrellas y, por supuesto, en las ciudades es muy difíciles apreciar los cielos estrellados de antaño. Es más, en las cercanías de las ciudades tampoco es posibles apreciar las constelaciones o la vía láctea con su impresionantes cantidad de estrellas. Todas ellas maravillas naturales que con la contaminación lumínica, provocamos que los niños o los jóvenes desconozcan la infinitud de los objetos celestes. Además esta contaminación lumínica puede tener daños en la salud de las plantas y los animales que viven en las cercanías de las ciudades. Cuando me refiero a las cercanías en la ciudades, quiero señalar que son amplias regiones, por ejemplo la contaminación lumínica de la Ciudad de México afecta el cielo de Cuernavaca. Así que lo hace la Ciudad de México en cuanto a su iluminación afecta otras ciudades, nada está lejos. La Dra. Torres nos comentaba que ya está en el congreso de la Unión una propuesta de Ley para garantizar los cielos oscuros. Debemos estar atentos para conseguir que efectivamente se promulgue y se respeten los aspectos señalados por nuestro científicos de la astronomía
Por supuesto, yo intenté llamar la atención a la problemática que está padeciendo la conversión de energía de la solar a la eléctrica donde parece urgente romper el paradigma de la generación centralizada de energía y optar por una generación distribuida que promueva el bienestar social. Pasar del las centrales de generación eléctrica a una corresponsabilidad basada en la generación eléctrica en cada lugar.
El principal aspecto que observamos, durante este evento, fue señalado por la Dra. Ana María Cetto del Instituto de Física de la UNAM, que fue una de las principales organizadoras de todo el evento en la UNESCO y de las jornadas franco-mexicanas, de que los científicos mexicanos presentamos aspectos no solamente científico-técnicos sino de interacción con la sociedad. Es decir, los científicos mexicanos estamos intentando romper las barreras de la llamada torre de marfil. Esta constante en la perspectiva de lo presentado destacó y debe ser utilizada por el resto de la sociedad mexicana que puede aprovechar esta vocación de los científicos mexicanos hacia la sociedad. Pero claramente, los científicos no podemos solos y para ellos necesitamos trabajar en colaboración con todos los actores de la sociedad. Como un ejemplo, los empresarios dedicados a la iluminación pueden empezar a desarrollar tecnología de punta basado en el conocimiento científico obtenido en nuestro entorno cercano. Sirva esto como una invitación a colaborar.


Postal (www.offenbur-university.de/iyl2018) adecuada justo ahora en época del mundial de futbol 2018. Preguntas: qué indica cada esquema, contesta en los comentarios

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 23 de Mayo en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 16 de mayo de 2018

Algunas ideas para limitar el crecimiento y aumentar el beneficio social

En estos días se pueden apreciar en muchas ciudades mexicanas construcciones de departamentos en lugares donde antes había casas unifamiliares. Por un lado, la densificación de la población puede ser benéfico en el sentido de bajar algunos costos inmediatos. Además de que el costo del terreno donde se construyen estos edificios de departamentos es menor que el costo del terreno para el mismo número de casas habitación unifamiliares en la misma zona. Este simple hecho puede parecer adecuado: disminuir los costos de los terrenos, en este sentido podríamos mencionar otros beneficios. Por ejemplo, ya anteriormente he comentado que con solo 16 m² de sistemas fotovoltaicos se puede proveer de la energía eléctrica para una casa habitación de alto consumo en la mayor parte del territorio mexicano. De esta forma, podríamos calcular el número de pisos que podría tener un edificio de departamentos donde cada uno tuviera 160 m² y que con sistemas fotovoltaicos en el techo de edificio pudieran ser alimentados de energía.
Con este tipo de cálculos podríamos empezar a definir el tamaño de las edificaciones de acuerdo a su uso y a la disponibilidad de recursos. Esto último es muy importante, ya que los recursos naturales son diferentes en diferentes regiones. Por ejemplo, la disponibilidad de agua varía de poblado en poblado, así mientras en Cuernavaca existe una disponibilidad limitada de agua en algunas regiones del sureste mexicano la disponibilidad de agua parece ser mucho mayor. Lo mismo sucedería con la energía, donde en lugares nubosos como Orizaba o Córdoba, Veracruz aumenta el área para que una casa sea autosuficiente en energía con sistemas fotovoltaicos. Sin embargo, al complementarla otras fuentes de energía como la eólica o los combustibles a partir de desechos orgánicos pudiera cambiar las posibilidades de albergar a un mayor número de habitantes por metro cuadrado.
En esta planeación de los tamaños de las edificaciones no solo deben contabilizarse aspectos netamente económicos, sino que debemos contemplar aspectos naturales y de esparcimiento. Recordemos que las zonas verdes, algunas veces llamadas reservas ecológicas, pueden aportar no solo zonas de recreación, sino que también aportan zonas de recarga de los mantos freáticos, zonas donde el aire disminuye su contenido de CO2, etc.
Por supuesto, que si consideramos estos tipos de aspectos y los medimos en el corto plazo pudieran parecer no importantes; pero en el largo plazo, en una visión de varias generaciones, por supuesto que son de lo más relevantes.
El camino que la Ciudad de México tomó en los últimos años de aumentar su densidad poblacional en amplias zonas parece para nada ser sustentable en el largo plazo. La creación de grandes centros comerciales donde la gente va a pasear y sustituye sus antiguos paseos en los parques o en bosque de Chapultepec o de Aragón o de la Marquesa, etc., augura un mayor descontento social. Lo mismo podemos comentar de diferentes paseos en Cuernavaca, los cuernavacenses con mayor edad recuerdan sus diferentes paseos por las cañadas o por guayabos, etc. Todos estos paseos propician un contacto con la naturaleza que hoy casi no tenemos. En cambio, los paseos en las plazas comerciales, desde mi punto de vista, aumentan el descontento social al mostrar lo que no se puede adquirir con los minúsculos salarios que hoy tienen los mexicanos. Esto se observa en que ocupamos uno de los primeros lugares en salarios bajos en el mundo.
Sirva este texto para analizar con puntos de vista diferentes las propuestas que hace diversos candidatos a los puestos de elección en estos días en nuestro país.


Este artículo fue publicado el día 16 de Mayo en la Unión de Morelos.

miércoles, 9 de mayo de 2018

Planear para el futuro

En esta época de elecciones es un momento para tomar decisiones que nos afectarán no solamente tres o seis años, sino posiblemente el resto de nuestras vidas. Mientras los candidatos pueden proponer estrategias que deberán ser desarrolladas en estos cortos periodos de tiempo, las personas debemos pensar en el largo plazo en el momento de tomar decisiones.
La mayoría de las personas planeamos, cuando lo hacemos, con una mira de corto plazo; esta forma de proceder condiciona la solución de problemas complejos que han sido causados por el comportamiento, a lo largo del tiempo, de diversas generaciones. Con una visión de corto plazo los problemas pudieran parecer solucionarse con las estrategias propuestas por la mayoría de los candidatos; pero en el largo plazo los problemas continuarán o incluso se agravarán.
Por ejemplo, para generar empleos se puede solicitar la inversión de una minera y explotar los yacimientos por unos veinte años generando con ello empleos para la población. Tendremos esos empleos por solamente 20 años, cuando hoy en día el empleo de una generación se demanda por unos 45 años. Si aunque no parezca, hoy en día, el periodo de trabajo de una persona comienza alrededor de los 20 años y termina alrededor de los 65. Por supuesto, hace unas cinco décadas este periodo de tiempo se calculaba en unos 30 años. Con este dato podemos inferir que sí hemos sido beneficiados por el conocimiento y nuestra esperanza de vida ha aumentado, la verdad es que, en este sentido, la respuesta es afirmativa; pero ahora tenemos problemas globales mucho muy apremiantes. Regresemos al ejemplo, para una verdadera generación de empleos que promueva el beneficio social debemos contemplar horizontes temporales de al menos tres generaciones y con ello generar bienestar real. Así, para resolver el problema del empleo deberemos pensar en generarlos por más de un siglo para que se beneficien al menos tres generaciones de personas. Con este horizonte estaríamos garantizando el empleo de los nietos que a su vez podrán mantener a sus hijos al menos a la edad de poder obtener frutos con su trabajo.
Con estas ideas en mente resulta totalmente inadecuada la planeación en torno a seis y, menos, tres años. Mientras que la planeación en el corto tiempo se puede realizar con las personas que piensan similarmente, la planeación en el largo plazo requiere de involucrar al mayor número de actores conocedores.
Por esta razón, hace algunos meses comentaba que deberíamos aprender a planear con el que piensa diferente, es decir, la planeación en concordancia con el enemigo. Estoy seguro que solamente al pensar el el futuro lejano los acuerdos puede lograrse y obtener soluciones independientes de las diferencias y por lo tanto para largo plazo. Con ese enfoque se requiere cambiar la estructura de pensamiento y las verdaderas soluciones a los problemas que nos aquejan emergerán. Las diferencias se manifiestan más plenamente en el corto plazo donde los intereses pueden ser divergentes.
Lo que planteo puede ser complicado, ya que, en un país con más de la mitad de su población por debajo de la línea de pobreza que está pensando más en cómo obtener el alimento de mañana que en un futuro incierto, la planeación en el largo plazo parece no ser prioridad. Sin embargo, por más que la situación hoy en día apunta a tener gobernantes que no reconozcan que el conocimiento es lo que puede generar la soluciones a largo plazo; debemos redoblar esfuerzos e iniciar la discusión desde hoy, si desde antes de elegir a nuestros próximos gobernantes, para planear y construir las estructuras organizativas para definir las soluciones basadas tanto en conocimiento científico como tradicional en cada región del país y proponerlas en las elecciones del 2021 y 2024.
Como sociedad debemos planear para el futuro para poder conseguir el beneficio social.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 9 de Mayo