En las pasadas semanas fuimos testigos de los debates entre los candidatos presidenciales, ayer fue el último; pero esta opinión se centra en el debate de Morelos. Estos debates no han permitido una difusión real de las propuestas, ni han posibilitado una comunicación efectiva entre los candidatos y los votantes. Si bien el debate entre los presidenciales dejó aspectos que desear el de ayer (12 de junio) aporto ligeramente mayor contenido.
En cambio, aquí quiero comentar lo desilusionante que me resultó el debate entre los candidatos a la gobernatura del estado de Morelos del pasado domingo. En el caso de Morelos, sufrimos la ausencia de propuestas reales. La mayoría de los candidatos se dedicaron a enunciar posibles actos de corrupción; pero no propusieron estrategias de solución. Si acaso manifestaron buenos deseos o frases hechas. Los punteros morelenses, con una franca arrogancia y menosprecio hacia las preguntas que se hicieron por diversos actores de la sociedad morelense, no contestaron las inquietudes planteadas. En cambio se dedicaron a emitir ataques entre ellos, que en su mayoría no fundamentaban, solo vociferaban. Con estas frases no estoy negando las afirmaciones de corrupción que se emitieron mutuamente, sino que en el debate solamente se dedicaron a enunciar posibles hechos; pero ni siquiera se han atrevido a denunciar formalmente. Parecía una competencia entre quién podría mencionar más hechos de corrupción del otro que un debate de ideas. Los contados destellos de planteamiento de soluciones fueron ahogados por el tiempo o la frase de enunciamiento de actos de corrupción de los otros. El nerviosismo de algunos, el ligero esbozo de propuestas conservadoras o de léxico ininteligible no terminado, obstaculizó la difusión de las ideas y me pregunto: ¿acaso las tienen?
Esta situación es verdaderamente lamentable, la ausencia de discusión sobre las estrategias que cada candidato a gobernador de Morelos propone para resolver la problemática compleja que enfrentamos no augura buen fin para todos nosotros.
Me parece que estamos acostumbrados a que algunos medios de comunicación basan sus acciones en promover el morbo en las discusiones en lugar de propiciar el intercambio de ideas y así algunos candidatos actuaron. Así a diferencia del debate nacional en lo local, se propician debates sin contenido que más bien se acercan a un circo. De hecho algunos noticieros matutinos nacionales basan la captura de oyentes en el insulto y la descalificación. No disfruto esta forma de vociferar, prefiero la libre discusión y argumentación de las ideas para definir estrategias de conjunto.
Hace algunos días a una pregunta expresa sobre que le pediría a los nuevos gobernantes, comentaba que deseaba que en los próximos años se planeara con una verdadera visión de largo plazo para todas las regiones de nuestro país.
Como lo he mencionado anteriormente, considero debemos planear en conjunto con el adversario; pero definiendo el futuro de largo plazo que deseamos. Desde mi perspectiva, la planeación con miras en varias generaciones facilita la discusión y el acuerdo entre los que piensan diferente en el corto plazo. Por ejemplo, considero todos estaríamos de acuerdo en que para el año 2100 las fuentes renovables de energía deberían ser las predominantes. En cambio decir esto mismo para el año 2050 no sería plenamente aceptado; aunque algunos hayamos calculado su posibilidad y encontrado que este hecho es totalmente factible. Es decir, en el largo plazo el consenso es más fácil. Las planeaciones para períodos trianuales o sexenales causan fraccionamiento de la sociedad, por esta razón en nuestro país requerimos definiciones, que algunos llaman de estado, en el largo plazo. Estos acuerdos no han sido promovidos y si se ha propiciado la profundización de las diferencias. Esta situación nos ha conducido a una fragmentación política perniciosa donde las alianzas no son explicables con base en acuerdos de largo plazo, sino en un reparto pragmático de los puestos gubernamentales para el período inmediato (trianual o sexenal).
Insisto, la situación es lamentable y desde mi perspectiva debemos prepararnos para la siguiente elección, hoy ya no podemos actuar con conocimiento. Si queremos resolver la compleja problemática actual, en los próximos meses, debemos estar definiendo estrategias para conseguir una planeación del verdadero futuro. Por supuesto, esta planeación contrasta con la necesidad de procurar el sustento diario que tiene una porción mayoritaria de nuestra población.
En esta bitácora de opinión, y en la columna “Y sin embargo”, se pueden encontrar opiniones que mayoritariamente apuntan hacia el futuro, es aquí donde los científicos o tecnólogos han manifestado opiniones que pueden ser elementos de discusión para las estrategias a definir los actores políticos.
Una versión previa de este artículo fue publicada el día 13 de Junio en el periódico la Unión de Morelos
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