miércoles, 27 de enero de 2021

Evaluación del riesgo en innovación

En estos días las conversaciones sobre COVID-19 o la crisis económica provocada por esta enfermedad abundan. Los artículos de opinión o los videos en las redes sociales abordan principalmente estos temas. Sin embargo, hoy quiero llamar la atención a un artículo que apareció recientemente en la revista “Technology in Society” que reporta los hallazgos de dos científicas mexicanas sobre un tema de vital importancia para la transferencia tecnológica en nuestro entorno y por lo tanto para el desarrollo de la innovación a largo plazo. Considero que la innovación tanto tecnológica como social son dos aspectos que permitirán que la generación de conocimiento conduzca construir el beneficio social. Primero debo hacer notar que la innovación basada en la ciencia es el producto de esfuerzos colaborativos entre personal científico, de ingeniería, de administración y de inversionistas que llevan un conocimiento nuevo al usuario mediante la transferencia de tecnología. Es esencial mencionar que este camino está plagado de desafíos e incertezas; por lo tanto, definir estrategias que aumenten el éxito para que los proyectos de alta tecnología lleguen al público usuario es una actividad necesaria y desafiante.
En este artículo, las Dras. Karla Cedano Villavicencio y Araceli Hernández Granados nos ilustran sobre cómo evaluar el riesgo y disminuirlo en los esfuerzos de transferencia tecnológica. Quiero hacer notar que ellas observaron que, en nuestro país, uno de los mayores desafíos que enfrentan las instituciones de investigación es el desarrollo de transferencias exitosas de alta tecnología para hacer evidente que la innovación basada en la ciencia rinde beneficios a la sociedad. Esto ha conducido a que las universidades (públicas o privadas) y las instituciones de investigación construyan Oficinas de Transferencia de Tecnología en busca de tender puentes con la industria y los inversionistas. Ellas señalan que estos esfuerzos son compartidos con muchos otros países y que no han sido efectivos del todo, ya que la percepción de la incerteza es diferente en el sector científico y en el empresarial. En otros escritos he dicho que el manejo del riesgo por parte de la comunidad académica es mucho más amplio que en la comunidad empresarial y ellas modulan esta afirmación estableciendo que la comunidad científica está acostumbrada a trabajar con altos niveles de incertidumbre; pero las empresas e inversionistas no pueden medir el riesgo bajo incertidumbre, necesitan identificar riesgos, planificar su gestión y posible eliminación. Adicionalmente, quiero destacar que en nuestro país no contamos con suficiente talento capacitado tanto en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemáticas y con aptitudes amplias e innovadoras en Negocios, Gestión y Comunicación. Esta situación, afirman las científicas incrementa la barrera para la colaboración Academia Industria. 
Así en este tenor, en el artículo que menciono, las Dras. Cedano Villavicencio y Hernández Granados descubrieron que ciertos análisis basados en inteligencia tecnológica brindan información estratégica que, una vez que se ha traducido en conocimientos prácticos, son valiosos para la identificación, medición y mitigación de riesgos de proyectos de alta tecnología. Desde mi punto de vista, el principal logro de su trabajo es haber construido una herramienta integrada que puede ayudar en la traducción de los hallazgos científicos en un ambiente de incertidumbre en otro donde se pueda identificar, medir y mitigar estas incertidumbres. Esta herramienta sencilla es útil para calcular una puntuación de riesgo para proyectos de tecnología en las primeras etapas de desarrollo identificando las posibles barreras y con ello apuntalar a la transferencia tecnológica para asegurar éxito de la innovación. Para identificar y gestionar los riesgos asociados del proyecto consideran se debe capacitar a la persona líder, ya que esta debe estar bien informada y conocer los aspectos de innovación, pues es la indicada para alimentar la herramienta y así reducir la incertidumbre definiendo posibles nuevas estrategias cuando se observen incertidumbres. Dicha persona, con la información adecuada y con un liderazgo efectivo, puede capturar la visión del equipo y plasmarla en la herramienta, estableciendo diferentes valores para las escalas de niveles de riesgo, según el contexto de cada proyecto o conjunto de proyectos y así proveer información útil para inversionistas. Por esta razón, mi invitación a leer el artículo para apreciar los detalles.
En estas épocas de crisis de salud, económicas y sociales debemos también construir conocimiento para contender con aspectos a largo plazo. En mi opinión, el desarrollo para evaluación del riesgo en las innovaciones basadas en ciencia que desarrollaron estas científicas mexicanas apunta en la dirección correcta al proporcionarnos una herramienta útil y original en el contexto internacional y pensada para la realidad actual de nuestro país.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 27 de Enero en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 13 de enero de 2021

Salud y energía: dos de los problemas que enfrentamos

El manejo de la COVID-19, la desaparición de los organismos autónomos, los obstáculos a las energías renovables, la ley de humanidades, ciencia y tecnología, la turba que tomó el Capitolio en Washington... vaya que no paramos por temas polémicos donde deseamos comentar y dar opiniones. Este año 2021 comienza a tambor batiente con tremendas problemáticas que deben ser abordadas con miras tanto en la inmediatez como a largo plazo.
Ya están pasando los días con donde las frases de buenos deseos abundan para pasar a la realidad de discutir e implantar acciones para contender con los problemas que nos afectan y que nos están cambiando la forma en que vivimos o viviremos o vivirán las generaciones futuras. Para mí, el solo hecho de mencionar algunos de esos temas me han dejado con mi optimismo abrumado y cabizbajo. Para nada es fácil ofrecer acciones cuando estamos observando que el manejo de la pandemia ha causado más de una centena de miles de “lamentables defunciones”, como dice el encargado de establecer los lineamientos de nuestras acciones, ya que las propuestas inadecuadas y la necedad de no seguir las recomendaciones basadas en conocimiento han conducido a que nuestro país sufra un lacerante número de defunciones. Al revisar las gráficas de los casos infectados en los primeros meses de la pandemia observamos que nos separamos rápidamente de la tasa de doblamiento de casos, lo que supondría que las primeras medidas fueron efectivas y a tiempo. Indico esto ya que la misma separación de esa terrible tasa no se observó en otros países sino hasta algún tiempo después. Sin embargo, posteriormente al no recomendar medidas obvias, ni apoyar directamente a todos los sectores de la sociedad, establecer el semáforo epidemiológico del COVID-19 y no respetarlo se cayó en una situación profundamente lamentable que lesiona a la sociedad en su conjunto. Hoy en día en el mundo la situación es difícil, pero en nuestro país está a un tris de ser catastrófica. Ayer se anunció con bombo y platillo que llegaron 400 mil vacunas, pero eso implica que solamente 200 mil personas podrán ser inmunizadas, recordemos que en nuestro país vivimos más de 120 millones de personas. Faltan muchísimas vacunas si queremos tener inmunidad para la población o esperar más de un año en esta angustiante situación.
En otro tema, en el mundo la transición energética hacia las fuentes renovables está en proceso y en las regiones del mundo donde basan sus decisiones en el conocimiento se está acelerando. En cambio, en nuestro país se busca reservar a una compañía del estado la posibilidad de generación. Desde mi punto de vista, esta visión parecía adecuada hace 50 años, pero hoy en día con la posibilidad de la electrificación de los usos de la energía y con las opciones de generar en la forma en que se usa y en el lugar, es decir, la diversidad de opciones de fuentes distribuidas de energía, lo idóneo es fortalecer un sistema de transmisión y distribución inteligente. Este sistema debe tener capacidades de predicción y acción, tanto local como regional, que permita, así, asegurar calidad de energía para todos los usos acoplados a las fuentes renovables variables. De hecho, en el ámbito mundial, la generación de electricidad mediante fuentes renovables está ganando el suministro de electricidad. Sin embargo, todavía existe un sector que requiere nuestra atención en todo el orbe y es el transporte. En nuestro país no debemos quedarnos atrás, como está pasando en otros sectores. En este terreno debemos promover un transporte público basado en la electromovilidad para distancias largas y un transporte no motorizado para distancias pequeñas. En estos sentidos la infraestructura actual para el transporte motorizado individual puede transformarse en un transporte sustentable considerando esas dos alternativas: electromovilidad y movilidad no motorizada.
Estos son sintéticos comentarios para la amplia y complicada problemática que enfrentamos hoy en día. El año 2021 comienza con desafíos mayúsculos para todas las personas. Sin embargo, estoy confiado en que el conocimiento y las decisiones que emanen de él pueden brindar opciones de solución adaptables para cada entorno.   


Este artículo fue publicado el día 13 de Enero en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 6 de enero de 2021

Un buen deseo para inicios de año: la apropiación social del conocimiento

Considero que el principal logro de la comunidad científica durante el año 2020 fueron los desarrollos de las diferentes vacunas en contra del SARS-COV2 y con ello empezar a vislumbrar la contención de la enfermedad de COVID-19. En estos momentos, de inicio de un nuevo año, es tradicional reflexionar sobre los avances y los deseos para este año que comienza. Así es como en esta primera semana del año estamos observando como en diferentes partes del mundo hay personas siendo vacunadas y abriendo realmente las expectativas de un control de esta enfermedad que nos ha modificado muy rápidamente la forma de relacionarnos y de entender la economía. Claramente, el desarrollo de la ciencia es la principal razón para contar con esta vacuna y con ello se enfatiza que precisamente la construcción de conocimiento nos posibilita contender con situaciones inesperadas que afecta a pequeñas o grandes porciones de la población.
La inmediata respuesta de la comunidad científica al estudiar, describir y desarrollar herramientas tanto de los aspectos biológicos del SARS-COV2 como médicos y para entender los efectos del COVID-19 en el ambiente y sus implicaciones sociales son ejemplos de lo que el conocimiento científico puede brindarnos.  
La generación de conocimiento no solo se enfoque en resolver los problemas urgentes, sino que busca entender y dar posibles soluciones a la problemática del largo plazo que enfrentamos. Recordemos que aunque la mayoría de las personas que hoy vivimos en este planeta habremos muerto en un siglo, es nuestro deseo que las personas que vivan en esos momentos disfruten de bienestar social. Con esta premisa, es que la comunidad científica plantea sus objetivos.
En las últimas semanas del año pasado encontré un artículo en la revista Nature [1] que comenta sobre los temas que la comunidad científica plantea para enfatizar en el 2021. Para mi es significativo que no sea el problema del COVID-19 el primer tópico, sino que lo sea el Cambio climático, donde dado que la Unión Europea y China han enfocado sus esfuerzos hacia la reducción de los gases de efecto invernadero y planean objetivos de ser sociedades carbón neutral para las décadas del 2050-2060, se espera que el gobierno de Joe Biden retome estos objetivos e impulse las actividades científicas de ese país en el mismo camino. De hecho, y desde mi perspectiva por la presión del equipo del candidato electo de EE. UU., el discurso de la SENER en nuestro país tibiamente y con amplias deficiencias ha empezado a mencionar a las fuentes renovables; sin embargo los argumentos de la CFE en contra de la fuentes renovables indican que tenemos un camino empedrado para transitar hacia la descarbonización del sector energético. Por lo tanto, debemos impulsar decididamente el fomento a las renovables desde los sectores de la sociedad mexicana si deseamos conseguir el bienestar social. La mención de que el cambio climático regresa a las esferas de los tomadores de decisiones en el ámbito internacional es esperanzador para la vida como la conocemos en este planeta. Los siguientes tópicos están alineados con la crisis de salud que estamos sufriendo hoy.
El cuarto punto, que menciona la revista Nature, se refiere al acceso abierto a las publicaciones científicas. Desde mi perspectiva es un punto crucial y que debemos atender y fomentar con miras a garantizar su impacto positivo. Sin embargo, debe quedar claro que de nada servirá en nuestra sociedad si no enfatizamos la enseñanza de la ciencia en todos los niveles educativos. De esta manera, también las actividades de divulgación científica se tornan esenciales para fomentar la apropiación del conocimiento científico y su posterior uso por amplios sectores de la población. De nada servirá a la población en general el acceso abierto de los hallazgos científicos si solamente pueden ser entendidos por una pequeña porción de ella; las actividades de divulgación y de difusión de estos hallazgos se tornan imprescindibles.
Después se mencionan a dos aspectos investigación en temas de salud, sobre células madre y Alzheimer para transitar a tópicos de la ciencia en el espacio con miras a Marte y a poderosos telescopios que redundarán en mejoras tecnológicas que disfrutarán las personas en el mediano plazo. Recordemos que las tecnologías que hoy demandan los estudios sofisticados en cualquier rama científica son las tecnologías que estarán disponibles para la población en el futuro. La telefonía celular es un ejemplo.
En estos momentos donde la esperanza de retornar a una vida con mayor contacto físico entre las personas proviene del conocimiento científico en su más amplio sentido, debemos reflexionar y promover que este conocimiento sea apropiado por sectores muy amplios de la población para que verdaderamente se puedan tomar decisiones basadas en ese conocimiento y en el futuro se pueda contender con menor dificultad a los retos que plantea la vida o que causamos en este planeta.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 6 de Enero en el periódico La Unión de Morelos.