miércoles, 24 de mayo de 2023

Cambios en el uso de energía en una década

De las energías que no desechan humo, la energía nuclear es la única que no ha disminuido sus precios en plantas nuevas en la última década. Veamos con más detalle esta afirmación. El costo de la energía solar fotovoltaica pasó de 378 USD/MWh en 2010 a 68 USD/MWh en 2019, es decir, el precio bajó a menos del 20 % en este período. En el caso de la energía eólica en tierra el cambio fue de 86 USD/MWh a 53 USD/MWh, en este caso la caída fue al 60 %. Para la energía eólica en el mar el cambio porcentual es muy similar al caso de tierra y la disminución en el precio fue de 162 USD/MWh a 115 USD/MWh. En cambio, como ya dijimos la energía nuclear pasó de los 96 USD/MWh a 155 USD/MWh. Evidentemente, estos precios, en el año 2019, indican que las plantas de generación de electricidad solares fotovoltaicas y eólicas son más baratas que las plantas nucleares como no lo eran a principios de siglo. Para la implementación masiva, todavía hay sectores en la población que alegan la variabilidad de estas dos fuentes renovables; sin embargo, tenemos otro dato igualmente alentador y es que el precio de las baterías ha disminuido. En el caso de las baterías de litio que en 1982 era de 6,035 USD/kWh y para 2016 es de 244 USD/kWh y a menos de 150 USD/kWh en 2022. Por supuesto, estos datos solo consideran los aspectos económicos de las formas de producir electricidad. También debemos aquilatar los aspectos ambientales, sociales y organizacionales de las diferentes posibilidades de implementación, aunque en estos aspectos las fuentes renovables todavía tienen bondades en la parte ambiental y con la posibilidad de fomentar las opciones distribuidas y descentralizadas responden con mayor idoneidad a las demandas sociales y organizacionales.

Imagen creada con inteligencia artificial con la frase "Building with solar photovoltaic panel and a wind turbine close to a rainforest in picasso style" en https://labs.openai.com , como homenaje a Picasso.

En el mundo hay una tendencia de aumento de la energía que usa cada persona. En este caso estoy hablando de toda la energía, no solo de la energía eléctrica. Los países llamados del norte global han sido los que han usado la mayor parte de la energía procedente de los hidrocarburos que hoy han causado el cambio climático. Debemos notar que hoy hay una tendencia lenta, pero clara, hacia la disminución del uso de energía per cápita en estos países. Por ejemplo, Estados Unidos pasó de 83,397 kWh al año por persona en 2010 a 76,634 kWh en 2021; Reino Unido a de 39,665 a 29,641 kWh y Alemania de 47,306 a 42,101 kWh, es decir, redujeron su consumo en 9 %, 26 % y 11 % respectivamente. Es evidente que los Estados Unidos ha realizado el menor esfuerzo y es una de las economías que más energía per cápita usa. También es importante hacer notar que el clima de diferentes lugares puede ser un elemento que demande usar más energía para adecuar nuestros entornos a las necesidades de la población.
Quizá ustedes que leen estos textos puedan pensar que la economía de Estados Unidos es más grande y por eso es que su consumo es mayor. Para evaluar esta posibilidad se puede analizar la intensidad energética, que es el cociente de la energía total entre el producto interno total de cada país. Es decir, la densidad energética nos indica la energía que se utiliza para generar un dólar en la economía. Así podemos ver que la intensidad de energía de Estados Unidos pasó de 1.70 kWh/USD en 2010 a 1.48 kWh/USD en 2018, este indicador para Alemania pasó de 1.15 a 0.98 kWh/USD y para Reino Unido de 1.14 a 0.88 kWh/USD, en resumen, disminuyeron el uso de energía en 13 %, 15 % y 23 %. Estos esfuerzos no son suficientes para contender contra el cambio climático.
En cuanto a nuestro país, la energía per cápita pasó de 18,109 kWh a 14,884 al año por persona, tuvimos un 18 % menos en el mismo período. En cuanto a la intensidad energética, pasamos de 1.24 kWh/USD a 1.09 kWh/USD de 2010 a 2018, un 13 % más eficiente. Sin embargo, la proporción de la población en pobreza se mantuvo prácticamente constante en nuestro país.
Con estos datos podemos decir que el uso de energías renovables conduce a un menor costo de la energía. En el mundo, las sociedades están tomando medidas para usar las renovables y con ello favorecer el desarrollo económico, aunado a que, estas fuentes de energía, no trasladan los costos actuales sobre el ambiente a las generaciones que no usaron esa energía. Ya sea mediante la emisión de gases de efecto invernadero o de contaminación radioactiva.
En nuestro país los cambios han sido tendenciales, podemos hacer mucho más fomentando el uso eficiente de energía y suministrando esta energía con fuentes renovables en concordancia con los diferentes entornos que tenemos y a las diferentes organizaciones sociales que caracterizan nuestras regiones. Falta que como sociedad actuemos y propongamos acciones que implantemos.

Este artículo fue publicado el día 24 de mayo en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 17 de mayo de 2023

Continuamos en un capitalismo de amistades

En nuestros cursos de historia nos presentan al gobierno de Porfirio Díaz orientado a proponer una estrategia de progreso otorgando y dando concesiones los capitales extranjeros y nacionales. De hecho, las concesiones se otorgaron a las amistades del presidente y de su círculo más cercano. A este tipo de gobiernos que otorgan beneficios orientados a los capitales de amistades se les conoce, en algunos ámbitos, como capitalismo de amigos o “Crony Capitalism”. Recientemente leí un artículo donde se analizan las estructuras gubernamentales en los países capitalistas, como México, en términos de un índice de capitalismo de amigos. Este índice mide la cantidad de riqueza que ganan las amistades multimillonarias del gobierno en turno. En particular, también el índice considera si los ingresos de la población se ven afectados negativamente por el otorgamiento de estas concesiones.
En el mundo, el índice de capitalismo de compinches de 2023 muestra que la riqueza de las amistades de los gobernantes ha aumentado de $ 315 mil millones, o el 1 % del PIB global, hace 25 años a $ 3 billones o casi el 3 % del PIB global hoy día. En este índice Rusia ocupa el primer lugar con el 19 % de su producto interno bruto asociado con empresas de amistades de las personas que gobiernan. Actualmente, México ocupa el quinto lugar mientras que en 2016 ocupaba el sexto lugar en esta lista, muy adelante de Brasil que ocupa el lugar 23 [2]. Para comparación, Brasil ocupaba el lugar 14 en 2016.
Este lamentable lugar que ocupa México indica que el actual gobierno no ha podido disminuir los privilegios a los grandes capitales, si acaso ha cambiado de personas a las que privilegia. Se ha aumentado el porcentaje de más del 6 % a más del 8 % del producto interno bruto generado por millonarios que son amistades de las personas del gobierno de México.
Debo reconocer que hay críticas a este índice puesto que no considera todos los sectores de la economía en la evaluación ni tampoco mecanismos de cabildeo de las empresas con sectores gubernamentales; pero, este índice, es una medida parcial del beneficio que los gobernantes otorgan a sus amistades, generando desigualdad y sin combatir la pobreza.

Imagen creada con inteligencia artificial con la frase "rich capitalists in a balcony  observing  a crowd on the street in dark style" en https://huggingface.co/spaces/stabilityai/stable-diffusion

El índice “crony-capitalism” lo que sí indica es qué tanto prosperan las empresas prosperan a través de relaciones en lugar de crecer con base en la competencia y mejoramiento de sus servicios o productos. En un amplio sentido mide la colusión entre un sector de la clase empresarial y la clase política. En su peor forma, el capitalismo de amistades es un sistema corrupto donde se prescinde de cualquier pretensión de competencia, los sobornos a los funcionarios del gobierno son una rutina y el sistema se convierte en una oligarquía. En este sentido, el capitalismo de amistades puede conducir a una alta desigualdad de ingresos. Más grave es todavía que en esta situación, algunos intereses comerciales presionan al gobierno para que incline el campo de juego a su favor, lo que puede limitar la competencia y generar una gran desigualdad de ingresos. En particular, el efecto se observa más en las pequeñas empresas o sobre los emprendimientos, ya que los negocios no pueden iniciarse o mantenerse sin la existencia de una estrecha relación entre quien emprende y quienes ocupan puestos en el gobierno. A menudo, hay favoritismo en la concesión de permisos de construcción y de otro tipo, subvenciones gubernamentales, exenciones fiscales especiales y otras actividades del estado regulador. Así, es más complicado para las pequeñas empresas, y aún más complicado para el negocio que inicia,  competir con uno de los grandes jugadores algún día. 
Lamentablemente, cada día aparecen más noticias donde las amistades de diferentes personas asociadas con puestos en el gobierno actual están obteniendo beneficios para establecer negocios, iniciar obras u otorgar servicios. Cada vez más observamos que las personas que ocupan puestos en la administración actual se benefician de otorgar concesiones a sus amistadas o que hacen amistades al otorgar estos beneficios.
En síntesis el capitalismo de amistades es una forma de corrupción que debemos desterrar de la actualidad.


Este artículo fue publicado el día 17 de mayo en el periódico la Unión de Morelos-

miércoles, 10 de mayo de 2023

Alimentos saludable para las personas y el planeta

Tenemos a nuestra disposición muchos tipos de dietas: vegana, vegetariana, paleolítica, keto y muchas otras. ¿Cuál es la más adecuada? ¿Cuál nos conviene? Claramente la respuesta a estas preguntas depende de cada persona; sin embargo, también existe una pregunta más genérica y que involucra no solo la salud de cada persona sino la del planeta como un ecosistema. Así que también, entre las juventudes aparece más la pregunta ¿qué dieta debemos seguir para tener un planeta saludable? Esta pregunta indica una preocupación más allá de lo individual enfatiza la importancia de una alimentación sostenible para lograr un futuro más justo y equitativo en términos de acceso a alimentos saludables y nutritivos.

Para conseguir esta alimentación saludable y nutritiva para toda la población del planeta nos enfrentamos a varios desafíos en la actualidad, como son el cambio climático, que está afectando la producción de alimentos en el mundo. Las sequías, inundaciones, olas de calor y otros eventos climáticos extremos están dañando los cultivos y la producción de alimentos. Además, la agricultura y la producción de alimentos son responsables del 25 % de las emisiones de gases de efecto invernadero, lo que contribuye aún más al cambio climático. La producción de alimentos intensiva y el monocultivo han llevado a la pérdida de variedades de plantas y animales que son esenciales para mantener la biodiversidad y la resiliencia de los ecosistemas. A pesar de que se produce suficiente comida para alimentar a todas las personas en el mundo, todavía hay quienes que padecen hambre y desnutrición. La falta de acceso a alimentos saludables y nutritivos a menudo está relacionada con la pobreza y la desigualdad en el acceso a otros recursos. Por ejemplo, la cantidad de proteínas que una persona necesita consumir para estar saludable depende de diversos factores, como la edad, el sexo, el peso corporal, el nivel de actividad física y el estado de salud en general. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda que las proteínas proporcionen entre el 10 % y el 15 % de la energía total diaria consumida. Se recomienda que los adultos consuman alrededor de 0.8 gramos de proteína por kilogramo de peso corporal al día para mantener una buena salud. De manera comparativa, si una persona pesa 70 kilogramos, necesitaría consumir aproximadamente 56 gramos de proteína al día y debemos saber que un huevo aporta unos 13 gramos de proteína y 100 gramos de nueces aportan 15 gramos. Tenemos que hacer cuentas. Aunque es muy importante tener en consideración que las necesidades proteicas pueden variar según el estilo de vida y la etapa de la vida en la que se encuentre una persona. 

Otro de los desafíos que más duele es que hay un gran desperdicio de alimentos, se estima que un tercio de los alimentos producidos en el mundo se desperdician. Este desperdicio contribuye al cambio climático y a la ineficiencia en el uso de los recursos. Debemos reconocer que la producción de alimentos a menudo implica el uso intensivo de químicos y la sobreexplotación de los recursos naturales, lo que lleva a la degradación del suelo y el agua. Además, los sistemas alimentarios actuales a menudo son poco equitativos y explotan a los trabajadores agrícolas y a las comunidades locales.

En la discusión se suele argüir que en la antigüedad, las personas se alimentaban de una manera más saludable; ya que la forma en que se producían y consumían los alimentos variaba según la región, el clima, las condiciones sociales y culturales, entre otros factores. No podemos generalizar esta afirmación, aunque en algunos casos es posible que las personas se alimentaran de manera más sostenible que en la actualidad. Por ejemplo, en muchas comunidades indígenas y tradicionales de todo el mundo, la producción de alimentos se ha basado en prácticas agroecológicas y en el respeto por los ciclos naturales y la biodiversidad local. Aunque estas prácticas pueden incluir la agricultura de subsistencia que suele no ser muy nutritiva. Es importante reconocer que en muchos casos las prácticas agrícolas del pasado no eran sostenibles, y que la explotación de los recursos naturales y la sobreexplotación de los suelos y la fauna silvestre han llevado a la degradación ambiental y a la pérdida de biodiversidad en regiones con la decadencia de la civilización de aquella época.

En este texto no voy a responder a las preguntas, pero quiero poner en discusión que para aportar posibles soluciones es necesario realizar mediciones y comparaciones. En este sentido, recientemente leí un artículo que propone un índice basado en los aportes de calorías, proteínas o las emisiones de CO2 del cultivo de plátano.

Me parece que la comparación de indicadores de diferentes alimentos disponibles puede ayudarnos a tomar mejores decisiones en cuanto a nuestra alimentación. Así el banana index, compara el aporte de proteínas de diferentes alimentos con el aporte de proteínas de un plátano, el aporte de calorías y las emisiones de CO2 equivalente durante el cultivo de los plátanos. El argumento para proponer este índice es que puede ser fácilmente entendido y puesto en práctica.

Por ejemplo, para producir un kilogramo de bistec de carne de res se genera tanto CO2 como el equivalente a 109 kilogramos de plátano. Aunque una caloría obtenida de un bistec produce el mismo CO2 equivalente que 54 calorías obtenidas por ingerir plátano. En cambio, si consideramos la ingesta de proteínas, el bistec solamente es siete veces mayor en cuanto a las emisiones de CO2. Otro ejemplo es la carne de pollo que en los mismos indicadores contribuye 11 y 4 veces en peso y calorías que el plátano y, para mí sorprendentemente, solo 3/5 en cuanto al aporte de proteínas. Es de resaltar que las almendras tienen indicadores de 0.7, 0.15 y .04 en peso, calorías y proteínas comparadas con los plátanos. Así con estos indicadores podemos comparar diferentes alimentos, les invito a consultar el artículo para más ejemplos.

Imagen creada con inteligencia artificial con la frase "a farm in an appartment neighborhood" en https://huggingface.co/spaces/stabilityai/stable-diffusion

Por supuesto, que estos números pueden variar en las diferentes regiones del planeta y algunos alimentos se producen en diferente forma de acuerdo al lugar. También es importante considerar que que los alimentos producidos localmente se prefieren a los lejanos, ya que hay que incluir el transporte en las emisiones de gases de efecto invernadero. Adicionalmente, este índice basado en los plátanos no considera el uso de la tierra o del agua, entro otros aspectos de las dimensiones de la sustentabilidad.

Para conseguir una alimentación más acorde con la sostenibilidad podemos impulsar algunas acciones como: Fomentar la producción agroecológica que involucra respeto por los ciclos naturales, la biodiversidad y la utilización de prácticas agrícolas y ganaderas sostenibles. Reducir el desperdicio de alimentos contribuye significativamente a la sostenibilidad alimentaria mediante la planificación de las compras, el uso de sobras de alimentos y el compostaje de residuos orgánicos. Fomentar una dieta que incluya una variedad de alimentos de origen vegetal y que reduzca el consumo de alimentos procesados y carnes rojas basada en el consumo de alimentos locales y de temporada. La innovación tecnológica puede contribuir a mejorar la sostenibilidad del sistema alimentario, por ejemplo, mediante el uso de técnicas de cultivo más eficientes y que alienten la biodiversidad de las diferentes regiones, el desarrollo de alimentos alternativos y el uso de tecnología para reducir el desperdicio de alimentos.

En mi opinión, la formulación de este tipo de indicadores nos ayuda a valorar si las acciones que planteamos pueden justificar las decisiones que tomamos en cuanto a nuestra dieta tanto en aspectos de nuestra salud individual como para la salud del planeta.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 10 de mayo en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 3 de mayo de 2023

Ciencia y diversidad

En estos días, después de que en el senado se aprobarán las iniciativas que mandó el presidente Andrés Manuel López Obrador, se han desatado críticas los diversos acuerdos legislativos. En particular, una de las que atañen al sector científico es la Ley General de Humanidades, Ciencia, Tecnología e Innovación que fue ampliamente cuestionada por una porción muy amplía de quienes laboramos cotidianamente en este sector. 

No es la primera vez que abordo el tema en estas líneas donde he planteado ideas que comparto con colegas con genuino interés y vocación por contribuir al bienestar de la población de nuestro país. En esta ocasión quiero reiterar algunas de las ideas que he compartido en estos textos.

Primero enfatizo la importancia que tiene la generación de conocimiento local para contribuir al conocimiento global. También es pertinente considerar que la ciencia internacional puede ayudar en la construcción de soluciones en diferentes entornos locales con miras a largo plazo. Como un ejemplo puedo mencionar, el uso de conocimiento global en el ámbito de las energías renovables, como el hecho de que hoy en día la energía solar fotovoltaica es más barata que la energía producida con combustibles fósiles; además, de que las soluciones para brindar energía renovable en diferentes lugares deben ser construidas con la comunidad misma y la participación de los sectores científicos, tecnológicos y humanistas son elementos que debe tener toda estrategia para brindar energía de calidad y suficiente para cubrir las necesidades de la población. En este sentido, reafirmo que, la integración entre el conocimiento empírico, desarrollado por personas locales, y el conocimiento científico es necesaria para mejorar el entendimiento de las interrelaciones y sinergias que las estrategias pueden brindar hacia la construcción del bienestar social.

Otro aspecto esencial es que la generación de conocimiento es un eje transversal en el combate a la pobreza, la desigualdad y el deterioro del ambiente; ya que tanto las ciencias e ingenierías como las humanidades son actividades que las personas pueden disfrutar y cultivar por igual, y que la participación de la sociedad en estas actividades puede generar efectos sinérgicos en la búsqueda de soluciones a los problemas. Para conseguir este impacto deseado de las actividades científicas es fundamental que la educación superior esté basada en la generación de conocimiento y sea considerada una inversión social imprescindible.

Imagen creada con inteligencia artificial con la frase "wind generator in Da Vinci style" en https://huggingface.co/spaces/stabilityai/stable-diffusion

Tengo que reconocer que el sector científico mexicano es profesional y presenta un impacto positivo en la ciencia global; sin embargo, los datos indican que el impacto en la sociedad mexicana todavía no es el deseable, especialmente en el contexto de la desigualdad social en México. La comunidad científica y las personas que toman decisiones no han podido dialogar para construir alternativas de solución a los problemas que enfrentamos. Estas limitaciones han sido compartidas por todas las disciplinas científicas (exactas, naturales, sociales, etc.); aunque la responsabilidad sustantiva, del limitado impacto, recae sobre todos los niveles de gobierno que no han abierto los mecanismos para que el sector científico aporte conocimiento en las propuestas de gobierno. Es necesario mejorar el entendimiento de las interrelaciones entre las estrategias de sustentabilidad y su impacto en la sociedad, y seguir trabajando en la definición de indicadores idóneos para medir el progreso hacia el bienestar de la población mexicana. También este limitado impacto de nuestro sector, es causado por el escaso número de personas que laboramos en él. En la actualidad, somos cerca de 30 mil personas en estas actividades, pero para que podamos influir en nuestros entornos es necesario que, en un país con más de 130 millones de habitantes, el sector cuente con más de 80 mil personas activas y con apoyo suficiente para generar conocimiento nuevo y amalgamado con el conocimiento existente tanto en el mundo como localmente.

Es esencial mencionar que la ciencia se construye con base en acuerdos entre las personas que se dedican a ella, basados en información verificada. Es decir, la comunidad científica está acostumbrada a discutir y, con base en información de calidad, construir acuerdos para continuar entendiendo y actuando en los entornos. A lo largo de muchos años, la comunidad científica ha privilegiado el diálogo para alcanzar consenso o mayorías incorporando a las otredades promoviendo la diversidad basada en información verificada. Específicamente, desde hace un poco más de cuatro años la comunidad científica mexicana ha mostrado disposición para dialogar con las actuales autoridades para compartir visiones y construir acuerdos hacia una ley general de los ámbitos de las humanidades, ciencia, tecnología e innovación. Desde inicios del sexenio he manifestado mi opinión sobre la necesidad de contar con un sector científico participativo tanto en conformación de soluciones de la diversidad de problemas que tenemos en el país, como en la posibilidad de definir política científica con estas intenciones. Sin embargo, el día 28 de abril del presente año se aprobó una ley del sector que no incluye las voces de la comunidad científica sino que define una política científica centralista y autoritaria que omite la opinión de una gran mayoría del gremio científico y que no considera la diversidad. La aprobación se realizó con enorme premura y muy escaso lapso de análisis, y sin incorporar la diversidad de visiones requerida en el ámbito científico, lo que resulta en una ley deficiente, con el potencial de ser destructiva y excluyente. Esta aprobación y la sordera de la administración científica del gobierno actual al desechar la diversidad de opiniones de las comunidades científicas, solo evidencia su incapacidad para promover el bienestar de nuestra sociedad con acciones basadas en conocimiento.
Considero que nuestra población merece una ley general del sector que vele por su bienestar y la que se aprobó la semana pasada no apunta en esta dirección. 

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 3 de mayo en el periódico la Unión de Morelos.