Hace cinco años recibí un correo electrónico de Antonio Eloy Arce, un jóven biólogo, que me invitó a dar una plática de ciencia en Ozumba de Alzate bajo un ciclo de charlas “los Jueves de ciencia con Alzate”. Me sorprendí de la invitación y, como la mayoría de las veces me invitan de escuelas a dar pláticas, le pregunté que de qué escuela me hablaba. Me respondió que era un esfuerzo ciudadano por hacer llegar la ciencia a la comunidad de Ozumba. Le pregunté por su formación, me comentó que había estudiado biología y que le interesaba mucho la divulgación. En ese tiempo dí la plática en la Casa de la Ciencia de Ozumba. Las sorpresas continuaban, Ozumba ¡tenía una casa ciencia!
Podría contar lo agradable que fue en ese momento dar la plática e intercambiar ideas con los jóvenes de aquella comunidad y mi experiencia de aquel entonces, pero mejor contaré lo que pasó la semana pasada.
El jueves pasado volví al municipio de Ozumba, pero ahora a una población cercana, Cuijingo. En estos años Antonio Eloy ha formado una Asociación civil, “Atzompan de Alzate XXI” donde trabajan 6 personas muy involucradas con la divulgación de la ciencia. Ese jueves Impartí una plática titulada “Nuestra casa dorada” donde abordé temas principalmente de energías solar y desarrollo sustentable. La interacción con los jóvenes fue muy franca, en un salón de usos múltiples abarrotado, platiqué con entusiasmo las bondades de los calentadores solares, así como de la utilidad y los principios físicos de los sistemas fotovoltaicos y de los retos que plantea la sustentabilidad.
Todo ocurrió digamos normalmente, hubo preguntas interesantes que me recordaron el cuento llamado “Pozole radiativo” y a conversaciones radiofónicas que he tenido últimamente. En estas últimas conversaciones muchas personas confunden radiación con radioactividad, palabras parecidas; pero muy diferentes en significado y más cuando nos referimos a problemas de seguridad.
Tuve dos grandes sorpresas adicionales: La primera al entrar a Ozumba vi un local comercial que anunciaba la venta e instalación de calentadores solares. ¡Brinqué de gusto! Y pensé: debo encontrar aquí cerca una instalación de un calentador solar.
Efectivamente a unos doscientos metros en la azotea de un hospital observé un calentador solar brillando y sufriendo las inclemencias de los rayos solares; pero seguramente los dueños del hospital estaban contentos de que ese día gran parte de su suministro de agua caliente no contribuiría al efecto invernadero antropogénico. Con esta evidencia pensé que la empresa de calentadores solares pudiera ser una muestra de nuestras afirmaciones en el sentido que las fuentes renovables de energía promueven el desarrollo de micro y pequeñas empresas instaladoras. Para que esta situación sea prometedora debo preguntar en mi plática si hay calentadores solares instalados en las casas de los asistentes
Cabe aclarar que hace cinco años hice esa pregunta y por supuesto, ninguno de los asistentes tenía instalados calentadores solares en sus casas. En esta ocasión, afortunadamente cuatro personas comentaron que si tenían calentadores solares en casa. Así ese jueves en Cuijingo en una plática sobre fuentes renovables de energía estábamos cinco asistentes que nos habíamos bañado con agua calentada con energía solar. (Liga a la biografía de José Antonio Alzate).
Por otra parte, el domingo pasado viajé a León, Gto. y durante el viaje me percaté que en la carretera de México a Querétaro al menos hay un calentador solar en el techo de una casa habitación, pero en la carretera que va de Querétaro a Irapuato, muy cerca de Celaya, hay varias unidades habitacionales donde todos los techos tienen instalados calentadores solares. Esto último es producto del programa de hipotecas verdes que nuevamente apunta hacia la promoción de empresas que comercializan productos para aprovechar la energía solar.
La divulgación de las fuentes renovables de energía es una de las tareas fundamentales que tenemos que promover y en la que estamos participando. La definición de programas gubernamentales que fomenten el uso de las fuentes renovables de energía es una tarea que tenemos que vigilar e impulsar desde la sociedad, la academia y por supuesto desde la industria.
Considero tenemos ejemplos exitosos de estas actividades en las situaciones he comentado, pero todavía distan de ser contundentes. Los invito a participar en ellas para contribuir al bienestar social.
El reto que han asumido los amigos de “Atzompan de Alzate XXI” merece nuestro apoyo y su reproducción en cada ciudad de nuestro país.
Podría contar lo agradable que fue en ese momento dar la plática e intercambiar ideas con los jóvenes de aquella comunidad y mi experiencia de aquel entonces, pero mejor contaré lo que pasó la semana pasada.
El jueves pasado volví al municipio de Ozumba, pero ahora a una población cercana, Cuijingo. En estos años Antonio Eloy ha formado una Asociación civil, “Atzompan de Alzate XXI” donde trabajan 6 personas muy involucradas con la divulgación de la ciencia. Ese jueves Impartí una plática titulada “Nuestra casa dorada” donde abordé temas principalmente de energías solar y desarrollo sustentable. La interacción con los jóvenes fue muy franca, en un salón de usos múltiples abarrotado, platiqué con entusiasmo las bondades de los calentadores solares, así como de la utilidad y los principios físicos de los sistemas fotovoltaicos y de los retos que plantea la sustentabilidad.
Todo ocurrió digamos normalmente, hubo preguntas interesantes que me recordaron el cuento llamado “Pozole radiativo” y a conversaciones radiofónicas que he tenido últimamente. En estas últimas conversaciones muchas personas confunden radiación con radioactividad, palabras parecidas; pero muy diferentes en significado y más cuando nos referimos a problemas de seguridad.
Tuve dos grandes sorpresas adicionales: La primera al entrar a Ozumba vi un local comercial que anunciaba la venta e instalación de calentadores solares. ¡Brinqué de gusto! Y pensé: debo encontrar aquí cerca una instalación de un calentador solar.
Efectivamente a unos doscientos metros en la azotea de un hospital observé un calentador solar brillando y sufriendo las inclemencias de los rayos solares; pero seguramente los dueños del hospital estaban contentos de que ese día gran parte de su suministro de agua caliente no contribuiría al efecto invernadero antropogénico. Con esta evidencia pensé que la empresa de calentadores solares pudiera ser una muestra de nuestras afirmaciones en el sentido que las fuentes renovables de energía promueven el desarrollo de micro y pequeñas empresas instaladoras. Para que esta situación sea prometedora debo preguntar en mi plática si hay calentadores solares instalados en las casas de los asistentes
Cabe aclarar que hace cinco años hice esa pregunta y por supuesto, ninguno de los asistentes tenía instalados calentadores solares en sus casas. En esta ocasión, afortunadamente cuatro personas comentaron que si tenían calentadores solares en casa. Así ese jueves en Cuijingo en una plática sobre fuentes renovables de energía estábamos cinco asistentes que nos habíamos bañado con agua calentada con energía solar. (Liga a la biografía de José Antonio Alzate).
Por otra parte, el domingo pasado viajé a León, Gto. y durante el viaje me percaté que en la carretera de México a Querétaro al menos hay un calentador solar en el techo de una casa habitación, pero en la carretera que va de Querétaro a Irapuato, muy cerca de Celaya, hay varias unidades habitacionales donde todos los techos tienen instalados calentadores solares. Esto último es producto del programa de hipotecas verdes que nuevamente apunta hacia la promoción de empresas que comercializan productos para aprovechar la energía solar.
La divulgación de las fuentes renovables de energía es una de las tareas fundamentales que tenemos que promover y en la que estamos participando. La definición de programas gubernamentales que fomenten el uso de las fuentes renovables de energía es una tarea que tenemos que vigilar e impulsar desde la sociedad, la academia y por supuesto desde la industria.
Considero tenemos ejemplos exitosos de estas actividades en las situaciones he comentado, pero todavía distan de ser contundentes. Los invito a participar en ellas para contribuir al bienestar social.
El reto que han asumido los amigos de “Atzompan de Alzate XXI” merece nuestro apoyo y su reproducción en cada ciudad de nuestro país.
Una versión previa de este artículo fue publicado el día 24 de Septiembre en la Unión de Morelos