miércoles, 29 de diciembre de 2021

Breve reflexión de una década

¿Qué desearíamos para el próximo año? Es normal que en esta última semana del año reflexionemos sobre lo que ha pasado en el año y esbocemos lo que deseamos para el próximo. Les comento que durante diez diciembres he escrito en la Unión de Morelos. En estos años he planteado mis deseos y los de muchas otras personas de manera escrita. 
En el año 2011, la sociedad cuernavacense salió a las calles a reclamar que se tomaran acciones para contrarrestar la inseguridad. Pedíamos que la solución incluyera la toma de decisiones basadas en el conocimiento. El mismo tema lo retomé en diciembre del 2012, donde comentaba que la Academia Mexicana de Ciencias y el Foro Consultivo de Ciencia y Tecnología convocaban al gobierno entrante en aquel momento a fomentar en la población la cultura científica y con ello cambiar la tradicional economía mexicana basada en manufactura y producción de materias primas, en una economía basada en el conocimiento mediante la oferta de productos o servicios con valor de intercambio. 
En el año 2013, comentaba la necesidad de fomentar la lectura en general, pero fundamentalmente de textos de divulgación científica. En este tenor en diciembre de ese año, invitaba a la población en general a promover la escritura de textos científicos, literarios, filosóficos, etc. Por supuesto, que eso fue en una época anterior al Tik Tok, hoy la idea es utilizar todos los medios posibles para generar contenido que brinde información útil y alimentadora de las culturas para que podamos apreciar la diversidad y tomar decisiones. En estos años hemos visto nacer youtubers y tiktokers con enfoque de divulgación del conocimiento.
Otro de los deseos que he apuntado en los escritos enfatiza la necesidad de transitar hacia la electromovilidad o a la movilidad no motorizada. En diciembre del 2015, e incluso antes, escribía que deberíamos propugnar por tener una infraestructura adecuada para este tipo de transporte. Hace ya más de seis años era evidente lo que hoy es una realidad, las poblaciones de otros lugares están exigiendo la transición hacia la electromovilidad; mientras que en nuestro país se piensa en tener gasolina barata en lugar de apuntar hacia la transición no motorizada o eléctrica del transporte. 

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 Como sociedad nos tenemos que movilizar para promover el bienestar social

La producción de energía en cada edificio fue el tema que abordé en diciembre del 2016. La idea de que en el diseño de cada edificación se considerara la posibilidad de generar al energía que requería esa edificación para su funcionamiento, parecía algo no sencillo. Sin embargo, en la actualidad con los precios de los paneles fotovoltaicos es algo totalmente factible para muchos sectores, como los de oficinas, de servicios y educativos. Por supuesto no debemos dejar de mencionar el habitacional. Para esto es muy importante definir las reglamentaciones en las ciudades o poblados para el número de niveles de las edificaciones que les posibilite abastecer de energía para su funcionamiento.
En diciembre del 2017 preveía tiempos complicados y consideraba muy importante aprender a construir considerando las ideas y opiniones de los adversarios. Ya en ese entonces en la atmósfera social se percibían actitudes de polarización. En ese texto invitaba a concebir soluciones con un horizonte de al menos 20 años para conseguir acuerdos y entonces definir estrategias, que pudieran atender a enfoques más inmediatos, pero que vislumbraran acuerdos generales en el largo plazo. 
En el 2018, reiteraba que la generación de conocimiento impacta más allá de donde pueden pensar las personas, científicas o no. En aquel entonces comentaba como los conceptos de la física cuántica pueden ayudar a concebir modelos que permiten construir indicadores para monitorizar el camino a la sustentabilidad.
Hace dos años insistía en la definición de nuestro papel en la transición energética, promoviendo el uso de las fuentes renovables y la electrificación de la energía en el uso final. Enfatizo que la transición energética hacia la fuentes renovables nos da la posibilidad individual y colectiva contribuir en el combate al cambio climático. 
Por supuesto, hace un año el tema fue la pandemia del COVID-19, en aquel momento el proceso de vacunación en el mundo empezaba; pero todavía veíamos lejana la posibilidad de contar con vacunas para la población en general. En este momentos, en nuestro país tenemos más del 50 % de la población vacunada y se ha iniciado el refuerzo; pero todavía la pandemia no ha pasado. Por supuesto, que las enseñanzas de la pandemia han sido muchas, aunque nos han costado muchas vidas. Sin embargo, la crisis de salud, económica y social que estamos enfrentando nos ha indicado que existen formas diferentes de conducir la actividad económica reduciendo la velocidades en el uso de los recursos y que más nos vale promover la equidad con otras personas y otras especies para poder construir el bienestar social.
Con este brevísimo, repaso de algunos de los temas que nos han preocupado en esta década, observo que no ha cambiado mucho la situación, pero que considero hemos aprendido y ahora conocemos más. Por lo tanto, puedo insistir en la necesidad de construir propuestas colectivamente enfocando los problemas en el largo plazo, basando las estrategias en conocimiento y considerando que nuestro actuar  está modificando de una manera evidente la dinámica natural del planeta. Sé que es tiempo de reflexión, sirvan estas líneas para abonar y construir un mejor 2022.



Este artículo fue publicado el día 29 de Diciembre en el periódico La Unión de Morelos

miércoles, 22 de diciembre de 2021

De acciones y resultados

Estamos finalizando este segundo año de la pandemia de la COVID-19. Algunas cosas en nuestra cotidianidad parecen haber cambiado. Me atrevo a decir que la mayoría de las personas deseamos que la situación cambie y mejoren las condiciones de nuestra vida. En Chile los resultados de las elecciones auguran un cambio hacia la disminución de las desigualdades. Estas mismas esperanzas las tenía la mayoría de la población mexicana en 2018 cuando más de la mitad de las personas que votaron eligió una alternativa de esperanza. 
A tres años de gobierno, observo que el actual gobierno comunica acciones más que resultados. Es de lo más importante informar en términos de resultados. El día de ayer martes, escuche la información sobre las compras de las vacunas. Parece ser que ha habido un esfuerzo por comprar vacunas y nos informaron que ya están pronto a recibirse todas, pero no todas se han usado. Se insiste en presentar el porcentaje de personas mayores de 18 vacunadas, en lugar de presentar el porcentaje de personas mayores a los 5 años con dosis completas. Este último conjunto de la población, mayor a 5 años, es el conjunto total de personas susceptibles de ser vacunadas, con ese dato se estaría aportando una información que tiene más sentido, en lugar de presentar datos que aparentan mayor cobertura. Es de reconocer el cambio de la política al promover la vacunación y ofrecer la vacuna de refuerzo; ojalá se estén instrumentado las acciones para comprar las vacunas de refuerzo para toda la población y se esté previendo la compra de vacunas para los menores de 5 años.

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Cuidemos el futuro

Ahora hay que insistir en la necesidad de realizar pruebas en los sitios de asistencia presencial cotidiana, donde pueda haber un mayor contacto, como son las escuelas. Si ya se está realizando un esfuerzo hacia el desarrollo de una vacuna (aunque podrían haberse apoyado varias), también, aunque quizá con menor impacto, se podría orientar el esfuerzo hacia las pruebas rápidas o la detección rápida de la variante Ómicron. Estas acciones utilizarían el esfuerzo del sector científico y tecnológico en desarrollar soluciones. Desde mi perspectiva, no es lo más inteligente privilegiar el apoyo a una solución, cuando se tiene la posibilidad de hacer varios desarrollos con enfoques diferentes que pueden dar soluciones que abarquen un mayor espectro de la compleja problemática de las mutaciones de los coronavirus. En nuestro sector científico había a principios del 2020 varios grupos de investigación trabajando en desarrollo de vacunas, pero no se les apoyó. De haber sido apoyados, quizá tendríamos la posibilidad de contar con diferentes vacunas ajustadas a funcionalidades diferentes y habríamos fomentado la experiencia para hacer desarrollos acordes con la variabilidad del virus.
Ante la situación que estamos observando en otros países, es importante insistir en que la pandemia no ha pasado y que es muy probable que suframos otra ola de contagios en nuestro país.
Por otro lado, debemos continuar con los esfuerzos para atender la desigualdad social y los problemas económicos que enfrente la población mexicana. El día 23 de diciembre se dará el informe de la tasa de desocupación por parte del INEGI, la información previa no ha sido alentadora. Después de un drástico incremento de la tasa de desempleo durante mayo y septiembre del año 2020, durante este 2021 la tasa había estado disminuyendo, pero en los últimos dos meses se ha mantenido constante. Esperemos que la tasa continúe bajando para recuperar lo que la crisis económica nos ha afectado. 
También es importante mencionar que las acciones para disminuir la disparidad en los salarios son importantes, pero ahora hay que evaluar esas acciones, ya que paradójicamente el porcentaje de la población mexicana por debajo de la línea de pobreza ha aumentado. Enfatizo, los resultados son más importantes que las acciones.
Si bien en estos tres años hay ejemplos de acciones que parecen adecuadas para construir el bienestar social, hay muchas otras que no lo aparentan. Lo único que nos puede decir si las políticas han sido adecuadas son los datos. Desde mi perspectiva, tenemos que cambiar para promover una cultura de construcción de información con apertura para su escrutinio y con ello reconocer las bondades o deficiencias de las propuestas.
 A pesar de la situación continua de crisis de salud, económica y social que estamos viviendo, deseo fervientemente que podamos dejarla en el pasado. Así que los mejores deseos para quien lee estas líneas, y también para quién no las lee, durante estas fiestas de diciembre, recordando que debemos cuidarnos con cubrebocas y evitando los lugares concurridos.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 22 de Diciembre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 15 de diciembre de 2021

Una opción para detección de COVID-19 de casos asintomáticos

La pandemia provocada por la COVID-19 nos ha enseñado la importancia de tomar decisiones con base en información. Así se ha hecho en muchos países. Desde el inicio de la pandemia, en nuestro país, un sector de las personas que nos dedicamos a la actividad científica solicitábamos que se realizaran mayor número de pruebas para contar con información. Esta solicitud no fue aceptada y se decidió por un muestreo menos caro, pero que no aportó lo datos necesarios para definir una adecuada estrategia y evitar las muertes asociadas a esta enfermedad que sobrepasan varias veces las primeras estimaciones.
La tecnología que disponemos en la actualidad hace posible la obtención de datos que pueden aportar información al instante, es decir, en el momento y no tener que esperar a colectarlos a mano por encuestas o de alguna otra forma, almacenarlos en papel o en una forma digital para su posterior análisis, como se hacía el siglo pasado.
En la actualidad, hay muy diversos dispositivos que nos permiten medir muy diferentes variables. No olvido lo difícil que era tener un voltímetro o amperímetro a mediados del siglo pasado y hoy en día están disponibles a un precio accesible. Dentro de estos dispositivos que nos facilitan muy diversas mediciones están los relojes que pueden detectar el ritmo cardíaco y vigilan algunos parámetros durante nuestro sueño, por ejemplo de las marcas Fitbit y Apple Watch. Esta disponibilidad de dispositivos hace  posible monitorizar a muchas personas al mismo tiempo. Por supuesto, que hay protocolos para respetar la privacidad de las personas y en la investigación científica se siguen y están disponibles al público para su escrutinio.

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Los relojes inteligentes pueden ser de gran utilidad para monitorizar aspectos de la salud.

Con estas facilidades y entornos seguros, un grupo de investigación de la Universidad de Stanford usó la información de más de tres mil personas con este tipo de relojes para realizar un estudio y analizar la posibilidad de usar estos dispositivos para detectar la COVID-19. La idea es sencilla estos relojes miden la frecuencia cardíaca durante el sueño y obtienen parámetros de su variabilidad definiendo estadías del sueño. Con estas variabilidades pueden definir anomalías durante el sueño que fueron asociadas con la respuesta del cuerpo a la infección por SARS-COV2, el virus causante de a COVID-19.
Este estudio fue publicado en la revista Nature Medicine el pasado 29 de noviembre. En él se presenta un sistema de alerta y detección al instante que puede asociar algunas variaciones en el pulso cardíaco con el inicio de la COVID-19 mediante el uso de este tipo de relojes inteligentes. En particular, el artículo establece que puede detectar COVID-19 en o antes de los síntomas en aproximadamente el 80 % de los casos sintomáticos e incluso, de lo más relevante, identifica casos asintomáticos desde el punto de vista clínico. Digo este estudio es de lo más relevante que he leído, ya que puede detectar casos asintomáticos, casos que de otra manera pudieran pasar totalmente desapercibidos y contagiar a muchas personas. Aunque es difícil juzgar el número real de casos asintomáticos porque la mayoría de los estos casos nunca se someten a una prueba PCR, en este trabajo se consiguió obtener resultados prometedores en la detección de este tipo de COVID-19. En este sentido, el informe encuentra 14 de 18 casos asintomáticos presentes en el estudio mediante el registro las variaciones en los parámetros del ritmo cardíaco cerca de la fecha de la prueba y con un algoritmo detecta que estas variaciones pueden ser asociadas a la COVID-19. Es decir, se detectaban ciertas anomalías y se enviaba una alerta a la persona quién con esta alerta podía decidir hacerse una prueba PCR o de antígeno y podía salir positiva. Se encontró que si salía positiva solía presentar los síntomas unos tres días después de la alerta. Aunque en ocasiones nunca presentaron síntomas, que son los casos asintomáticos. Con estas alertas, durante los tres días de anticipación en los casos sintomáticos se evitó el contagio y para los asintomáticos la consecuente medida de aislamiento llevó a evitar mucho mayor dispersión de la enfermedad. 
Aunque hubo casos de alertas asociados a otros eventos, digamos fatigas, consumo de alcohol ejercicio intenso, etc., los avisos de alerta que evitaron contagios son de resaltar.
Este hallazgo muestra otra de las bondades de medir y compartir los datos que nos permiten desarrollar métodos de análisis para apuntar hacia el bienestar social.
Por supuesto que este tipo de dispositivos, los relojes inteligentes, no están al alcance de todas las personas y son un factor más de la desigualdad que impera en nuestras sociedades. Sin embargo, algo que un gobierno puede hacer, para reducir los efectos dañinos de las desigualdades, es hacer pruebas de antígenos a todas las personas que tengan que asistir a reuniones presenciales con periodicidad adecuada. Por ejemplo, hacer pruebas de antígenos semanales a la población docente e infantil que asiste a las escuelas. Esta medida ya fue puesta en marcha en otros países y, por supuesto el número de casos detectados aumentó, pero, con el aislamiento individual se evitaron contagios o se pudo instrumentar un cierre de actividades locales e incrementar la rapidez de vacunación en determinadas zonas. Todas estas acciones disminuyeron el número de muertes comparadas con el número de casos al ser detectados tempranamente. Es decir, hubo una acción basada en conocimiento que impactó positivamente en el bienestar de la sociedad.
Debemos aprender de las crisis, esta crisis causada por la COVID-19, nos ha permitido apreciar que con información podemos construir conocimiento y con este conocimiento tomar decisiones que beneficien a las personas directamente. Aquí la importancia de compartir la información con fines estadísticos y por supuesto respetando la confidencialidad.
Reitero, tenemos que vacunarnos cuando nos toca, usar el cubrebocas adecuadamente, evitar los lugares no ventilados y con mucha asistencia, medir, aunque sea indirectamente, la concentración de partículas producto de nuestra respiración en el aire (medir el CO2) y hacer pruebas en poblaciones que asisten a lugares confinados. En cuanto a las autoridades, debemos exigirles, la vacunación a toda persona que sea seguro hacerlo (hasta hoy mayores de 5 años), obtener datos de casos y de vacunados y, por supuesto, compartirlos para que la sociedad pueda analizarlos y construir conocimiento para tomar decisiones.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 15 de Diciembre en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 1 de diciembre de 2021

Ómicron ha llegado

La semana pasada, la noticia que ha impactado al mundo es el reporte de la existencia de una variante del virus SARS-COV-2 causante de la COVID-19. A esta variante se le ha dado el nombre de Ómicron y presenta más de treinta mutaciones con respecto a la variante original o a la variante Delta que en estos momentos es la causante del mayor número de casos en el mundo.
Primero, quiero enfatizar que la detección del virus y su posterior reporte en el contexto internacional debe agradecerse al sistema médico de Sudáfrica, donde observaron cambios en la sintomatología y luego en el genoma del virus y fueron expeditos en informar de sus hallazgos. Esta información oportuna se origina en un sistema de salud con vigilancia y hábitos de detección. A los pocos días del reporte se observaron casos en otros lugares lejanos a Sudáfrica como Hong Kong, Bélgica y Alemania. Donde también existe una cultura de monitoreo, es decir, de hacer pruebas para determinar si una persona presenta en su cuerpo el SARS-COV-2 aunque pueda presentar o no los síntomas de la COVID-19. A unas dos semanas de su reporte la alerta en el mundo ha movilizado la reanudación de pruebas de detección, las medidas sanitarias que conocemos, la revacunación de la población y, en general, intensificado las labores de monitoreo de la obtención de la información relativa a esta nueva variante. 
Es importante mencionar que las farmacéuticas que desarrollaron las vacunas están en posibilidades de adecuarlas en un período de tres meses. Que es un tiempo mucho menor del que les llevó desarrollar las primeras vacunas. También es muy probable que los medicamentos que hace unas semanas se han anunciado para aliviar a una buena proporción de los casos graves puedan funcionar para esta nueva variante.


En mi opinión, en mundo está nuevamente alertado y la comunidad científica ha puesto manos a la obra para, con la experiencia previa, dar resultados más rápidamente ante este nuevo reto.
Sin embargo, es tan nueva esta variante que todavía hay incertidumbre en muchos aspectos.  Hoy, no hay suficiente información para saber si provoca enfermedad más grave, por ejemplo que la variante Delta; aunque los casos hasta ahora reportados son de enfermedad leve. No se sabe si la inmunidad adquirida por las personas que han padecido COVID-19 por alguna otra variante les protege ante la Ómicron, algunas variantes reportadas el año pasado infectaban a las personas que ya habían presentado la COVID-19 por otra variante. Tampoco hay certeza sobre si la inmunidad adquirida por las diferentes vacunas nos protege de esta variante. Parece ser que es más contagiosa; pero todavía no se tiene la certeza de su virulencia. Por todo lo anterior, la Organización Mundial de la Salud ha catalogado a Ómicron como una variante de preocupación y que debe ser monitorizada para dar respuesta a lo que todavía no conocemos y actuar en consecuencia.
Mientras, ¿Qué podemos hacer?
La verdad es que después del 2020, ya sabemos cómo actuar y por la experiencia hemos aprendido que la precaución es buena consejera. 
En el ámbito individual, el uso de los cubrebocas nos ha ayudado a sortear estos años, usémoslos adecuadamente. Recordemos a Susana Distancia, pero es importantísimo reconocer que NO es suficiente, y necesitamos evitar los lugares concurridos y cerrados, una de las acciones es ventilar profusamente las habitaciones o recintos donde convivamos con otras personas por períodos de más de 40 minutos. Una medida indirecta de la concentración de gotículas de agua producto de la respiración y posibles portadoras del virus, es el CO2. En los lugares cerrados los medidores de CO2 son instrumentos de ayuda para no sobrepasar los 800 ppm.
Como sociedad podemos solicitar que la vacuna esté disponible para toda persona donde haya sido probada. En este momento, para toda la población mayor de 5 años algunas vacunas han mostrado eficacia y seguridad, por lo tanto, se debe exigir el derecho a recibirla.
Quiero aclarar que no soy especialista en la materia; pero de lo que puedo entender de la dinámica que presentan las evoluciones de los organismos vivos, es posible hacer la hipótesis de que este virus haya mutado en un entorno de personas con baja proporción de vacunas y por el número de mutaciones no reportadas con anterioridad de una sociedad muy poco monitorizada. Por esta última razón, regreso a uno de los puntos que muchas personas solicitábamos a principios de la pandemia, el uso masivo de pruebas para contar con la información abierta que pueda ser analizada por muy diferentes especialistas y aportar al entendimiento de la dinámica, tanto del virus como de la enfermedad. Los síntomas también han cambiado con el paso del tiempo y sus cambios deben ser monitorizados.
En México, el número de pruebas de detección continua siendo de los más bajos con relación a nuestra economía y contamos con poca información de detalle del proceso de vacunación de la población en general. Desde mi perspectiva, la información abierta es fundamental para diseñar las mejores estrategias.
Si, anteriormente, se actuó de una manera y las consecuencias no fueron las deseadas, podemos modificar nuestro proceder, es importantísimo aprender de nuestros errores. 
En el ámbito individual; uso correcto de cubrebocas, sana distancia, lavado frecuente de manos y evitar aglomeraciones.
Desde los gobiernos, vacunación a toda la población mayor de 5 años, monitoreo masivo y abrir la información (como hasta ahora el de casos positivos a COVID-19 y también abrir los datos de vacunación con el mismo detalle) para su masivo análisis.
Es tiempo de rectificar y que nuestro actuar rinda resultados para que no se lastime a más personas.

Para información actualizada se puede consultar


Dra. Carol Perelman

Dr. Alejandro Macías


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 1 de Diciembre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 24 de noviembre de 2021

Las consecuencias de la pobreza para los impactos de la COVID-19

En nuestro país, de acuerdo con los últimos datos del INEGI reportados por CONEVAL, tenemos más del 50 % de la población viviendo por debajo de línea de pobreza. Hace más de tres años se observaba una ligera mejora en este indicador al encontrarse por debajo de ese 50 %; sin embargo, en este año se incrementó sustancialmente. Es muy probable que la crisis económica provocada por la COVID-19 haya incrementado este lacerante indicador; que ya de por si ocasionó que una proporción muy grande de la población buscara alternativas diferentes a los cambios que se ofrecían a principios de este siglo, optando por un gobierno que prometía apoyar a la población pobre. 
Muy lamentablemente los datos indican que tanto la COVID-19 como el otro problema mundial que nos afecta, el cambio climático están impactando más negativamente en el sector de la población mexicana pobre. Es cierto que estos dos eventos, no han sido causados por esa población; pero si está sufriendo sus consecuencias. En cuanto al cambio climático, lo discutiremos en otra ocasión, en este texto comentaremos sobre las consecuencias de la pobreza para los impactos de la COVID-19 en la población según sus ingresos.
En este mes, se publicó un artículo en la revista The Lancet que observa una diferencia en los ingresos de las personas en México que mueren y aquellas que aunque se enferman no llegan a sufrir la muerte. En ese artículo se afirma que la pandemia de COVID-19 evidenció grandes desigualdades estructurales mostrando disparidades en la salud de las personas en función del nivel socioeconómico. En la mayoría de los artículos previos los datos agregados o de simulaciones apuntan a otros posibles mecanismos detrás de la asociación, en particular se hacía referencia a la situación de salud previa, comorbilidades, de las personas. En este artículo se han realizado estudios específicos, sobre la diferencia en los ingresos de las personas que llegaron a morir por la COVID-19 en nuestro país. En particular, el análisis se basó en datos en el ámbito individual y ajustados por comorbilidades o acceso a la atención médica. Para no dejar duda de los resultados en el estudio se controlaron las variables de comorbilidad y de atención médica y se concluye que las personas en el decil de ingresos más bajo tenían una probabilidad de morir de COVID-19 cinco veces mayor que las del decil superior. La diferencia no es un porcentaje menor, sino cinco veces más probable de morir al sufrir la COVID-19 si se es pobre. Este resultado es un indicador inequívoco de que la estrategia que se ha impulsado no ha podido atender a la población más pobre, quienes han sufrido la muerte en una proporción mucho mayor. Notemos que al controlar las variables de comorbilidad y de acceso a los cuidados de salud, se descartan estas variables y se deja una terrible conclusión de que la población más pobre está pagando con creces las decisiones de la actual política para contender al COVID-19. La situación de desigualdad de los impactos ya había sido esbozada en boletines de la Facultad de Medicina de la UNAM.
A mediados del año pasado, nuestro país, junto con Brasil y EE. UU., eran ejemplos para ilustrar que la profunda polarización política y la ausencia de propuestas basadas en conocimiento causan efectos negativos sobre la habilidad de los gobiernos para responder a la COIVD-19. Además, se apuntaba hacia la desigualdad económica de la población en los primeros dos países. En ese entonces se ilustraba con el número de muertos por casos confirmados, pero no había información detallada. 
Es muy lamentable que, el artículo de Eva Arceo Gómez y colaboradores que se publicó en The Lancet, como mencioné anteriormente, confirma, sin lugar a dudas, que en nuestro país la afectación a la población más pobre está siendo muy por encima de aquella de la población con bienestar. Esta terrible conclusión nos exige reflexionar y demandar un cambio de estrategia que disminuya los efectos sobre la población más pobre de las crisis. Estoy seguro de que hay aspectos correlacionados con el bienestar que merecen ser ampliados a la población más pobre y así disminuir los efectos de las crisis, en particular de la provocada por la COVID-19.

Nurse Graffiti COVID-19
Grafiti de sanitario COVID-19 en Málaga, España, sobre el muro sur que delimita la finca de San José (imagen Daniel Capilla)

Me atrevo a insistir, en lo obvio y que tanto se ha enfatizado, el uso adecuado del cubrebocas de tres capas en todos los espacios, ya que es una medida barata y que debe enfatizarse con el ejemplo desde todas las posiciones. Estoy seguro de que toda la población mexicana puede seguir estas reglas, como se ha mostrado cuando se viaja a otro país donde la regla es el uso obligatorio del cubrebocas. Hemos observado como hasta el presidente de la República Mexicana usa el cubrebocas en reuniones en otros lugares. Así que debemos continuar con ese uso, incluso en las reuniones en nuestro país y dar el ejemplo. 
Por otro lado, es imperiosa la vacunación contra el COVID-19 o cualquier otra enfermedad a toda la población, la salud de la población es uno de los requisitos para el bienestar social y la contribución de las vacunas es fundamental. Esto último implica un esfuerzo económico que toda la población merece, en especial, la población infantil. No debemos escatimar esfuerzos y en cuanto sea seguro vacunar a toda la población la obligación de los gobiernos es ofrecer esa alternativa.
Sigamos cuidándonos, aunque estemos vacunados hay personas que no han podido hacerlo y a la población infantil no se le ha otorgado ese derecho. Usemos el cubrebocas en nuestras actividades cotidianas.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 24 de noviembre en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 17 de noviembre de 2021

La electrificación de nuestras actividades

Hace algunos meses decía lo dañino que es el uso de combustibles para realizar actividades cotidianas en entornos cerrados. Por ejemplo, cocinar con gas (LP o natural) o con leña en lugares no ventilados daña nuestra salud. En aquellos escritos comentaba que los gases producto de la combustión dañan la salud de las personas que habitan esos lugares, en particular, a la población infantil. El transitar a una cocción que use la electricidad parece ser una alternativa adecuada que evita contaminemos nuestras habitaciones y que respiremos los gases de combustión durante la preparación de nuestros alimentos.
Por supuesto que este cambio puede provocar sabores o texturas diferentes en los productos de la cocción y un proceso de aprendizaje de las personas que cocinan para conseguir los sabores o textura en algunos platillos será necesario. Sin embargo, desde mi experiencia estos cambios podrían ser conducidos en una forma rápida y creativa al involucrar a todas las personas que preparan alimentos como a aquellas que los consumen y atender a las modificaciones que posiblemente se causarán en los sabores y texturas con los cambios en el proceso de cocimiento y adecuar estos procesos.
Tenemos que reconocer que nuestros alimentos han sido preparados con fuego desde hace miles de años. Efectivamente, el dominio del fuego data desde la prehistoria y podemos decir que este dominio transformó profundamente a la especie humana. Al cocer los alimentos se aumentó su digestibilidad y se incrementó tanto el nivel calórico como la posibilidad de asimilar más fácilmente algunas proteínas. 
Observamos esta situación en cuanto al uso de combustibles en la cocina, pero también tenemos que cambiar el uso de energía en transporte y en lugar de usar vehículos de combustión interna se podrían usar vehículos eléctricos. Por supuesto que el uso de movilidad no motorizada con la infraestructura adecuada es un real alternativa por la que es muy conveniente optar. De estas maneras, se evitaría la emisión de gases nocivos en los entornos cercanos a las personas. Además, que se disminuiría en fenómeno de isla de calor en las ciudades y del ruido, ya que los vehículos eléctricos o no motorizados son menos ruidosos. 
Estoy seguro de que la electrificación de la energía que utilizamos para realizar nuestras actividades cotidianas es una alternativa que mejorará la salud de las personas. Sin embargo, seguramente ustedes estarán pensando alguna limitaciones o dichos que es importante reflexionar y utilizar información para poder tomar decisiones. 
Denme la oportunidad de comentar algunos de los mitos que, desde mi perspectiva, están presentes en el imaginario colectivo sobre la electrificación.
Primero, la electrificación no es cara. Es importante recordar que la electricidad generada con energías renovables como la solar y la eólica es más baratas que aquella generada con combustibles fósiles. Es más la tendencia es que el crecimiento exponencial hacia la transición a energías renovables ahorrará trillones de dólares en el futuro cercano. El construir nuevas edificaciones que estén electrificadas es más barato que construir edificaciones que usen combustibles fósiles. Como lo he mencionado varias veces, el kilómetro recorrido en un vehículo eléctrico es más barato que en un vehículo de combustión interna. Estos son tres mitos que se propagan desinformando y evitan que tomemos decisiones con información cierta. 
Otro mito es que existe variabilidad en las fuentes renovables y este hecho las descalifica; pero en muchos casos las fuentes renovables son complementarias y cuando no hay radiación solar suele haber viento o puede haber disponibilidad de biocombustibles que puede usarse para generar electricidad. Además, cada vez las baterías son más baratas y las personas dedicadas a la innovación ahora están implantando alternativas sustentables, por ejemplo baterías de polímeros que no tendrán los inconvenientes de las actuales y se acercan más hacia la sustentabilidad. 
Decir que hay sectores donde la transición no podrá llevarse a cabo es otra de las limitaciones esgrimidas por muchas personas. Tengo que reconocer que hay sectores que aparentemente no pueden transitar a las renovables como ejemplos el transporte, la industria siderúrgica y del cemento presentan características especiales en su demanda energética que complican su cobertura con renovables; aunque, hay posibilidades con nuevas tecnologías de hidrógeno verde, por ejemplo.
La actual política energética federal en nuestro país no está fomentando el uso de las renovables, sin embargo, parece haber un ligero cambio en el discurso de autoridades estatales o municipales que apuntan hacia medidas que sean saludables y no comprometan la vida. Este discurso y sus acciones correspondientes merecen ser retomadas por la sociedad e impulsar que se difundan a otras regiones.
Por si estos comentarios no fueran convincentes, puedo mencionar que es mucho menos difícil controlar la emisiones en las termoeléctricas que controlarlas en cada vehículo de combustión interna o en los miles de hogares que usan gas para cocinar. La implantación de medidas de mitigación y control de las emisiones en las centrales de combustibles fósiles es menos complicada. Aunque tengo que decir que el uso de las fuentes distribuidas de energía con renovables son de las mejores alternativas para las diferentes localidades y son una verdadera opción para la electrificación.

Lightning cloud to cloud (aka)

En síntesis, desde mi perspectiva, después de miles de años que hemos utilizado el fuego como energía para nuestras actividades, es momento de transitar hacia la electrificación. Recordemos que el control de la electricidad fue posible hace menos de doscientos años, en cambio, el fuego lo hemos utilizado por miles de años. Así que será necesario modificar nuestros hábitos para utilizar la electricidad en nuestras actividades cotidianas en sustitución del fuego. Parece que la electricidad puede ser el “fuego nuevo” que nos permita acercarnos hacia un planeta donde las especies convivamos sin modificar drásticamente nuestras posibilidades de sobrevivencia con otras personas y otras especies.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 17 de noviembre en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 27 de octubre de 2021

Autonomía y diversidad características de las universidades públicas

Las instituciones que mayor huella dejan en las personas son las instituciones donde recibimos educación. Recordamos con cariño la primaria, la secundaria y también el bachillerato y finalmente, quienes tuvimos ese privilegio, la institución donde recibimos nuestra educación superior. En estos recuerdos están nuestras amistades, quienes nos impartieron clases y también evocamos las diversidades que encontramos en ellas que nos alimentaron para forjar nuestras conductas posteriores.
En nuestro país, si bien la educación es reconocida como un derecho, tenemos un sistema educativo público privado desde los niveles más tempranos hasta los niveles superiores. En este breve texto me referiré a la educación superior y las características que considero primordiales para que forme talento, genere conocimiento y extienda las culturas acorde con los diferentes entornos sociales y ambientales en los que vivimos.
Debe quedar claro que el convertir los servicios en general en una mercancía es una de las realidades de la economía actual. Los capitales están buscando nichos de oportunidad donde puedan invertir y obtener ganancias. Aunque esta frase parece descontextualizada, ya que el capital no tiene deseos, sino son las personas que los controlan las que deciden donde lo colocan y de esa colocación dependen los beneficios que se le otorgarán. Para mi es claro que la liberación a ultranza de todo lo que puede ser considerado mercancía es una forma de incrementar los flujos de dinero. Como ya lo he mencionado varias veces en estos texto, al incrementar los flujos de dinero se generan distribuciones de Pareto en las personas de acuerdo a la riqueza económica que poseen. Por ende, esta actitud de dejar todo a las leyes del mercado no conducirá a un bienestar social. 
El transito hacia la comercialización de la educación y en especial de la educación superior se observa en el mundo. Sin embargo, las universidades en Latino América han mantenido una clara oposición a esta tendencia. Debo manifestar que no estoy en contra de que existan las universidades privadas; pero me parece fundamental que la sociedad, a través del gobierno, brinde opciones educativas de calidad desde el ámbito público. El financiamiento público suficiente de toda la educación, incluyendo el nivel superior, es una tarea irrenunciable de todo gobierno que promueva el bienestar social.
Precisamente en el contexto latinoamericano es donde desde mediados del siglo XIX las universidades en Uruguay y Argentina proponían proyectos de autonomía. En estos proyectos se enfatizaba que la autonomía debería comprender los aspectos educativos, presupuestarios, de gestión y de investigación.
Con esta tradición es que las universidades en la región, incluyendo México, han conseguido formar talento en un entorno diverso. Precisamente esta diversidad es la que ha posibilitado la discusión y construcción de puntos de vistas divergentes a las políticas de los diferentes gobiernos a lo largo de este siglo. Aunque estas ideas se discuten en los senos de las universidades, no son ellas las encargadas de transformar a la sociedad. Somos las personas que egresamos con diversos puntos de vistas las que mediante otras organizaciones tenemos la posibilidad de transformación a lo largo de nuestra vida cotidiana. Estas organizaciones son también diversas y diferentes: organizaciones de la sociedad civil, partidos políticos, empresas, cooperativas y por supuesto las personas que participan en los gobiernos.
Una vez terminados los estudios en las universidades, el talento formado se dirige libremente hacia donde las personas lo desean. No es culpa de estas instituciones la elección y mucho menos se les puede recriminar el camino que una persona formada en su seno elija. Enfatizo, las universidades públicas no son instituciones adoctrinadoras. Además, las universidades e instituciones de educación en general, no solo forman talento, sino que generan conocimiento que puede ser aplicado y extienden las culturas a diferentes comunidades. Estos son puntos esenciales que como sociedad no debemos perder de vista ni dejar que se cambien. El sector de la educación superior contribuye a la sociedad en aspectos fundamentales que no se pueden medir solamente por el número de personas que egresan; sino se deben incorporar, al menos, indicadores del desempeño en funciones de generación de conocimiento y de extensión de las culturas. Para poder cumplir con todas estas demandas sociales la universidades públicas deben tener autonomía en sus funciones y ser financiadas suficientemente por el gobierno en turno, aunque los critiquen.


UNAM main library building with base pavilion

Hoy en día debemos estar orgullosos porque la UNAM ocupa un lugar distinguido entre las universidades latinoamericanas en la mayoría de los “rankings” internacionales. Esta universidad pública caracterizada por ser una de las universidades de masas más grandes del mundo y una de las mejores en latinoamérica. Además es un ejemplo de diversidad y, a pesar de su tamaño, muestra amplia tolerancia hacia las diversas formas de pensar; pero preservando el rigor académico ante todo. Afortunadamente, la UNAM no es el único ejemplo de un buen ejercicio de la autonomía y podemos encontrar a lo largo del país otras universidades que hacen un buen uso de esta autonomía y construyen conocimiento, forman talento y extienden las culturas.
La verdadera riqueza en el ejercicio de la autonomía de las instituciones de educación superior está en la promoción de la diversidad, la construcción de consensos y visiones colectivas. Con esto, rechazo rotundamente las visiones totalitarias que intentan eliminar la diversidad y pretenden tener visiones únicas. Las universidades públicas tienen una tarea complicada, al menos deben construir y mantener su propia diversidad, redoblar su compromiso social y fortalecer su rigor académico.
De hecho, los movimientos sociales latinoamericanos de los siglos pasados y las movilizaciones del actual han sido apoyados fuertemente desde las universidades autónomas gracias a la participación activa de sus comunidades. 
Festejemos y fomentemos la autonomía de las universidades que son el producto de la lucha social latinoamericana, y mexicana, ante los embates del colonialismo o el imperialismo o el stalinismo o el neoliberalismo o cualquier propuesta totalitaria. Las universidades autónomas fomentan la diversidad, son el refugio de las ideas cuando se pretende combatir a los que piensan diferente, pueden formar a las personas con conocimiento, libertad de pensamiento y acción.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 27 de octubre en el periódico la Unión de Morelos

miércoles, 20 de octubre de 2021

La construcción de soluciones energéticas diversas

La llamada reforma energética del sexenio pasado fue un cambio en las leyes para extraer los hidrocarburos de una forma más rápida. Sin embargo, tuvo bondades al permitir que la misma población y las empresas impulsaran las fuentes renovables. Debe quedar claro que no fue un impulso decidido por parte del gobierno, sino que, al bajar los precios las inversiones fluyeron. Por ejemplo, el costo de los sistemas fotovoltaicos en diez años cayó al 20 %, es decir, hubo una reducción cercana al 80 % en los precios de la electricidad generada con paneles fotovoltaicos.

Otro punto más importante que debemos tomar en consideración para construir una verdadera transición energética es que la accesibilidad a la energía debe ser definida por la población. Dado que la energía no es un fin, sino que es un medio para satisfacer nuestras necesidades. Los requerimientos de energía son diversos y usados en forma diferente por cada población, es más cada persona puede tener objetivos diferentes para usar la energía y una verdadera transición hacia las sustentabilidad requiere de ofertar energía sustentable para satisfacer las necesidades de la población.
Esta diversidad energética que ahora estamos entendiendo, no solamente es para el lado de la generación, sino que dada la tecnología hoy podemos pensar y construir una flexibilidad en el lado de la demanda que promoverá un uso eficiente, racional y en concordancia con el entorno local y de acuerdo con las prioridades de las diferentes poblaciones. Esta forma de satisfacer las necesidades energéticas de las diferentes poblaciones en la diversidad de entornos es un reto mayúsculo, que será muy difícil de construir desde una mirada centralista y con toma de decisiones verticales de arriba hacia abajo.

Busquemos la transición energética
(imagen de freepik)

Precisamente, la posibilidad de construir estos portafolios de soluciones que respondan a la población es lo que se perderá con la actual propuesta de reforma que solo considera un actor con decisiones verticales en contraposición a un esquema que deseamos donde convivan las soluciones distribuidas con las centralizadas y en concordancia con toma de decisiones globales, pero basadas en el conocimiento local del entorno y de sus necesidades.

La buena noticia para transitar a las energías sustentables es que hoy, la tecnología puede ser usada para construir soluciones diversas y basadas en la toma de decisiones desde las raíces de la sociedad. Sí desde abajo. Las nuevas herramientas tecnológicas permiten la convivencia entre la generación centralizada y la generación en cada lugar donde se está requiriendo la energía, es decir, distribuidamente. La posibilidad de contar con herramientas tecnológicas que ahora soportan una diversidad de posibles soluciones para conformar el sistema energético nacional no existía en el siglo pasado. Tampoco la disponibilidad de información, ni la capacidad de análisis de ella, que hoy tenemos, eran conocidas a principios del tercer cuarto del siglo pasado. El enfoque dirigido hacia el diseño y construcción de redes de transmisión y distribución que respondan a la variabilidad de todas las fuentes de energía es una de las opciones tecnológicas que debe ser promovida desde la centralidad, pero posibilitando la respuesta local. Digamos como la Internet donde conviven enormes consorcios informáticos con las demandas individuales, pasando por muchos diferentes niveles de aglomeración.

La Internet es un ejemplo claro donde conviven lo centralizado en la información con lo individual, simultáneamente con administraciones centrales y locales que posibilitan tanto construir información como tomar de decisiones desde la centralidad, los grupos y los entes individuales.
Por supuesto, que la definición de las reglas de convivencia es uno de los pilares para la construcción de este sistema energético que, además de mitigar los efectos que hemos causado al usar indiscriminadamente los combustibles fósiles, entre otras cargas al sistema de nuestro planeta. Estas reglas deben ser construidas basadas en el conocimiento, no solo en la información, para responder a las necesidades de la diversidad de la población y de los entornos.

Fomentemos la construcción de soluciones energéticas renovables y diversas mediante la consolidación de organismos autónomos que fomenten la convivencia de las opciones centrales con las distribuidas. Estos organismos autónomos pueden conformar un diálogo entre la información local y la global para atender necesidades locales con enfoque global y conducir al bienestar social.



Una versión previa de este artículo fue publicada el día 20 de Octubre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 13 de octubre de 2021

Un sector energético mexicano que promueva el bienestar social

Empecemos con alguna buena noticia. El pasado 8 de octubre el Consejo de Derechos Humanos de la ONU aprobó por consenso, es decir, sin voto en contra, el Derecho Humano a un ambiente seguro, limpio y saludable. Con este hecho histórico se reconoce que todas las personas que habitamos este planeta tenemos el derecho a disfrutar de un ambiente que nos brinde seguridad y aporte a nuestra salud. Con esta declaración, que por cierto el gobierno mexicano votó en favor, podemos continuar exigiendo que las actividades humanas no deterioren el ambiente provocando daños a la salud y contaminando los suelos, las aguas o el aire. 
Como lo he mencionado en diversas ocasiones, las actividades humanas en este último siglo han provocado cambios en la atmósfera; sin embargo, hay que mencionar que quienes más consumen tienen mayor contribución a este cambio climático global. Aunque las consecuencias son pagadas por la población en general y quienes menos tienen pagan en demasía.
En este sentido, la propuesta de que la CFE despache primero las plantas de combustibles fósiles que las plantas solares o eólicas es un contrasentido. Ya que al no disminuir la cantidad de gases de efecto invernadero estamos obligando a las futuras generaciones a pagar los impactos negativos que hoy en día estamos generando nosotros. Es un total contrasentido despachar antes de la solar y eólica a las generadas con combustibles fósiles que son caras y contaminan. Debe quedar muy claro, el cambio climático futuro lo estamos causando quienes vivimos y usamos la energía que hoy se genera con combustibles fósiles y, más daño se provoca, si se usan el carbón y el combustóleo. 

Panel Solar generando electricidad en los techos de las casas 
(foto arp)

Para lograr que el cambio climático no sea tan grave en algunas décadas debemos actuar hoy. No es posible diferir el cambio a las fuentes renovables, de hecho, ya nos tardamos. Desde el sexenio anterior el apoyo a las renovables no fue contundente, sino que la reforma energética de ese período se encaminó a posibilitar la extracción rápida de los hidrocarburos del subsuelo. A pesar de este objetivo extractivista, se posibilitó que se abriera el mercado a las fuentes renovables. Estas fuentes renovables presentan hoy en día los precios más bajos y por ello el mercado mismo las selecciona para incrementar las ganancias.
En nuestro país la generación con renovables, solar y eólica, ha crecido y gracias a ello, se están cumpliendo marginalmente las metas que nos fijamos para colaborar en la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero. La forma actual de suministrar energía es despachar primero a las fuentes más baratas para luego satisfacer la demanda con las otras fuentes. Si bien este esquema es totalmente mercantilista, tiene la ventaja de que hoy las renovables son más baratas y no emiten gases de efecto invernadero. Durante muchos años, quienes estamos preocupados y ocupados en disminuir los gases de efecto invernadero para no contribuir más al cambio climático, proponíamos que se impusiera un costo adicional a los combustibles fósiles para promover la investigación y el desarrollo tecnológico; para con las alternativas renovables combatir, precisamente, a la contaminación generada con los combustibles fósiles. Esas acciones ya no son tan necesarias, sin embargo, es necesario que implantemos una política de apoyo decidido a las fuentes renovables y es urgente que saquemos de funcionamiento a las plantas generadoras de combustión.
Cada vez es más claro que el cambio climático inició desde que la humanidad controla el fuego solamente que es un cambio exponencial y lo peor es que estamos al final, donde el doble del impacto en miles de años está ocurriendo en décadas. Basta leer el artículo que salió publicado la semana pasada en la revista Nature sobre la huella que dejaron los primeros pobladores Maorís de Nueva Zelanda en los hielos de la Antártida, si esa población agrícola de roza, tumba y quema, como las culturas agrícolas mesoamericanas, dejó su huella por miles de años en los glaciares. Una muestra de que los grupos de personas a lo largo de la historia han causado impactos negativos. Solo que con el conocimiento científico de ahora lo sabemos, ellas no lo sabían, y, por lo tanto, también tenemos la obligación de cambiar lo que ha parecido natural a lo largo del tiempo.
Por otro lado, la reserva para el estado de la extracción del litio debe ser acompañada de una política que limite un comportamiento extractivista por parte de cualquier empresa o del mismo estado. Adicionalmente, su explotación debe realizarse respetando el ambiente y las culturas donde se encuentran estos yacimientos. Ideal sería promover un desarrollo sustentable, considerando aspectos sociales, económicos, ambientales e institucionales, de las regiones y del país mismo basado en la conceptualización y oferta de productos y servicios con alto valor de intercambio. Para muestra de que acciones que nos conduzcan a esquemas extractivistas no construyen el bienestar social, tenemos al petróleo que en más de 80 años no nos ha ayudado a tener un régimen de bienestar social.
Nuevamente, insisto, la propuesta de reforma en la política energética no está basada en el conocimiento, sino que parece provenir de ideas preconcebidas hace algunas décadas que hoy han mostrado no conducen al bienestar social.
Las organizaciones sociales, las comunidades, algunos pueblos indígenas, seguidas de gobiernos y empresas, promovieron ante la ONU la declaratoria para que toda persona tenga derecho a un ambiente seguro, limpio y saludable. México votó a favor de esta declaratoria. La propuesta actual de la reforma constitucional para el sector energético está a contrapelo de esta declaratoria. 
Estoy listo para colaborar con organizaciones sociales, comunidades, pueblos indígenas, gobiernos y empresas para conseguir un sector energético mexicano que promueva el bienestar social basado en decisiones colectivas y en el conocimiento.


Este artículo fue publicado el día 13 de Octubre en el periódico La Unión de Morelos

miércoles, 6 de octubre de 2021

Sobre los cambios en el sector energético

En junio de 2019 escribía “Desesperanzado estoy... veo nubarrones en el futuro de México... veo un futuro incierto en nuestro país en muchos aspectos, especialmente para las fuentes renovables de energía y para la generación de conocimiento”. Tengo que decir nada ha cambiado mi sentir. Sin embargo, debo insistir en que las fuentes renovables de energía y nuestras acciones para amalgamar el conocimiento científico con el tradicional son parte de las estrategias para caminar hacia la sustentabilidad.
Hace más de dos años los reportes del IPCC indicaban que era muy posible que las actividades humanas causaran el cambio climático. En el reporte de este año, como lo hemos comentado, señala que ya estamos sufriendo un cambio climático global y que precisamente las actividades humanas son las causantes. Por supuesto, las actividades que realiza cada persona en los diferentes regiones no tienen el mismo impacto. La energía utilizada por las personas en países desarrollados, en promedio es mucho mayor que la energía utilizada por las personas en los países pobres. Sin embargo, en las ciudades de muchos países, incluyendo México, hay formas de vida que despilfarran tanto la energía como los recursos y causan un impacto negativo mayor que otras personas. Aquí quiero señalar que si bien las acciones individuales pueden contribuir a construir formas sustentables de vivir para la especie humana; también es cierto que se requiere modificar las formas en las que se producen los bienes y servicios en el ámbito global y, por supuesto, de la intervención de los gobiernos de todos los niveles, locales, regionales y nacionales.
En este contexto, lamento mucho que el contenido de la propuesta para modificar la Ley de la Industria Eléctrica que ha sido enviada por el ejecutivo al poder legislativo no conduce a un bienestar social. Esta propuesta ningunea los conocimientos técnicos y sociales que hemos construido en los últimos cuarenta años y parte de intenciones nominalistas sin definir la estrategia a seguir con los cambios propuestos. Considero importante explicar esta frase. Una de las acepciones del nominalismo es considerar que por el solo hecho de mencionar las cosas, estas sucederán. En este caso, por solo decir que al fortalecer a la CFE y a PEMEX, por arte de magia del decreto, se arreglarán los problemas de la energía en nuestro país. 
Hemos vivido décadas en lo que algunos llaman el neoliberalismo y para defendernos, la sociedad, hemos construido organismos autónomos que entre otras cosas han permitido que consigamos alternancia en el gobierno y posibilidad de limitar algunas propuestas autoritarias. Una aclaración, comparto la decepción de muchas personas al reconocer que estas alternancias no han dado los resultados esperados. Sin embargo, hay actividades donde sí hay avances significativos, por mencionar unas, contamos con información confiable para la toma de decisiones construida por un organismo profesional autónomo (INEGI), tenemos instituciones de investigación autónomas y profesionales que construyen conocimiento aplicable y forman talento, tenemos organizaciones de periodistas que plantean la diversidad de opiniones que hay en nuestro entorno. Estas formas de organización contribuyen a que mediante las normas que hemos construido, de respetarse, disfrutemos de una sana convivencia.

Sistema fotovoltaico del IER-UNAM
(foto adrp)


Después de esta aclaración, la política energética que se propone basada en el fortalecimiento de dos empresas del estado no parece responder con conocimiento a la problemática actual. Esta visión pudiera haber sido propuesta cuando la tecnología disponible era más adecuada para las decisiones centralizadas provenientes de entes privados o gubernamentales. Sin embargo, hoy, las fuentes renovables de energía nos han mostrado que pueden haber esquemas energéticos distribuidos donde las decisiones se pudieran tomar democrática y localmente. Por otro lado, dada la diversidad ecológica, social y cultural que existe en nuestro planeta y, en particular, en cada país, no es adecuada la definición de un solo esquema de toma de decisiones en el ámbito energético; me atrevería decir que en muchos ámbitos esta es la situación. 
Por lo tanto, la construcción de esquemas donde convivan las fuentes centralizadas y las distribuidas; así como la toma de decisiones autoritarias con la toma de decisiones por consenso serán esquemas dinámicos con posibilidades de flexibilizarse para atender las diferencias con una idoneidad que difícilmente la podría ofrecer un esquema autoritario y centralista. Obsérvese que he escrito esquemas, dado que las diferencias obligan a construir, con base en conocimiento, una diversidad de opciones para atender a los problemas que enfrentamos dada sus complejidades.
Situación similar en el ámbito de la generación de conocimiento donde la diversidad es una verdadera riqueza.
En este texto he tratado de dar argumentos diferentes a los que se pueden encontrar en mis pasadas argumentaciones, que por lo visto no han sido aquilatadas por los que hoy toman las decisiones y que desde mi perspectiva están tomando caminos equivocados que evitarán podamos construir un bienestar social.
Sirvan estas líneas para abonar a la discusión y tomar de decisiones basadas en opiniones diversas.


Este artículo fue publicado el día 6 de octubre en el periódico La Unión de Morelos

miércoles, 29 de septiembre de 2021

Un evento citadino

En esta ocasión deseo comentar una historia citadina que ocurrió el pasado 26 de septiembre. La historia fue videograbada y compartida en Twitter por “Es tiempo de cambiar” @candylejas26 y sucedió pasadas las 11:20 horas. Por supuesto, en este texto, voy a describir lo que se observa en las imágenes y en la narración del video; aunque se puede consultar directamente el tuit en la URL . En el video se observa un automovilista tirando desechos sólidos en la calle, atrás de él, un repartidor en motocicleta con una mochila distintiva lo observa. El motociclista se baja de la moto y levanta la bolsa con los desechos y se las da al automovilista. Unos segundos después el automovilista vuelve a tirar las bolsas a la calle; nuevamente el repartidor las levanta y las devuelve al generador de los desechos.
En estos momentos yo estaba esperando una inminente pelea callejera. De hecho, las personas que estaban grabando lo sucedido, también lo esperaban; pero no fue así. Los dos personajes se suben a sus vehículos; pero momentos antes de partir el automovilista vuelve a arrojar a la calle los desechos. 
Para esto, ya las personas que estamos de espectadoras pensamos que el motociclista va a ir tras el automovilista, lo mismo pensaron los videograbadores y así fue.
A los pocos minutos se observa al automovilista bajando en una tienda. El motociclista espera, a que se baje y entre a la tienda, para ir al automóvil y devolver, nuevamente, los desechos a la persona que los generó. En esto entra a escena un empleado de la tienda que me pareció dialoga con el motociclista (aunque en la narración no se informa), ya que seguro le pareció totalmente inusual que alguien abra un automóvil y arroje desechos al interior, y decide quedarse por ahí. Regresa el automovilista al auto e intercambia algunas palabras a lo lejos con el motociclista. Seguramente le dijo algo como: “ahí te dejo tus desechos”; el automovilista busca los desechos, los encuentra y vuelve a arrojarlos a la calle. En eso entra nuevamente a escena el empleado de la tienda e invita al automovilista a tirar los desechos en los botes adecuados. Finalmente, el automovilista decide comportarse de acuerdo con los criterios de civilidad y conduce los desechos a los botes adecuados.
Esta es una historia donde el motociclista tiene un comportamiento insistente en que se cumplan las reglas de convivencia. Las personas que graban comparten la historia, se mantienen al margen y son quienes nos dan material para reflexionar sobre este insignificante, pero relevante y ejemplar suceso. El empleado de la tienda, escucha, razona y decide actuar para aumentar la civilidad entre la diversidad de actores. Finalmente, hay que reconocer que el automovilista a pesar de todos sus enojos por haber sido sorprendido realizando una acción antisocial, que desde mi perspectiva él también la considera así, acepta la regla y se marcha con al menos la conciencia tranquila de haber dejado sus desechos en el lugar designado.
En una sociedad como la nuestra donde las desigualdades imperan y los abusos campean, es muy fácil insultar a las personas como el automovilista que actúan rompiendo las normas de convivencia. En esta ocasión quiero destacar que todos los actores finalmente adoptaron actitudes que contribuyen a una convivencia sana. Tanto el motociclista como el empleado de la tienda se mostraron firmes y exigieron se adoptaran las reglas. Las personas que videograbaron decidieron compartir y felicitar a los dos anteriores. 


La empatía y tolerancia junto con la insistencia en el respeto a las reglas puede cambiar la conducta hacia el respeto a lo común (imagen de freepik.com).

Para mi queda decir que el automovilista, aunque mostró muchísima resistencia y manifestó tendencia a abusar, al mero final, aceptó las reglas y se comportó siguiéndolas contribuyendo a la convivencia sana.
Desde mi punto de vista, el quemar en leña verde, exhibir, a personas con conductas antisociales no siempre es lo más adecuado para conseguir la aceptación y comportamiento en concordancia con las reglas de convivencia. Otro desenlace hubiera sido que en el primer momento cuando el automovilista tira los desechos, llegara un policía y lo infraccionara. Por supuesto, esta multa también hubiera resuelto el problema de las normas; pero el desenlace verdadero permite un aprendizaje por las personas participantes y, también relevante, el permitir que una persona pueda concluir una primera conducta reprobable con una acción de reparación del daño y con la conciencia tranquila de comportarse adecuadamente.
La insistencia de diferentes personas es fundamental, los diálogos, aunque fuertes entre los actores, la empatía y aceptación de pagar por utilizar los bienes comunes pueden conducir a construir una sociedad con menores diferencias, tolerante y que respete las normas para un buen convivir. 


Este artículo fue publicado el día 29 de Septiembre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 22 de septiembre de 2021

Hoy lo sabemos

En estos días se plantea que estamos sufriendo una situación causada por el neoliberalismo y que para ello se pretenden establecer acciones dictadas autocráticamente. Es cierto que dejar que el mercado regule todas las relaciones humanas entre las personas y otras especies es una pésima idea que conduce a distribuciones paretianas de la riqueza y solo promueve el bienestar de unas personas en lo individual.
En estas líneas recordaré algunas ideas sobre el manejo de los bienes comunes. Entendemos que este planeta es un bien común que usamos tanto nosotros las personas como otras especies y que en principio podríamos tener relaciones que condujeran a un bienestar de todos los entes. 
Por otro lado, la definición autoritaria de políticas que pretendan evitar la acumulación del bienestar puede conducir a una disminución de las posibilidades de vida de otras especies al deteriorar el ambiente. Generalmente, estas políticas autoritarias no se sustentan en el conocimiento, ya que una de las características del conocimiento es que no es una posesión individual, sino que requiere, al menos, ser discutido, compartido, consensuado, asimilado y verificado. 
En particular me referiré a las ideas de Elionor Ostrom, ganadora del premio nobel de economía. 
Elionor Ostrom, enfatizó a lo largo de sus estudios que se requiere conocer la diversidad de opciones y reconocer la diversidad de regiones; así como aceptar las diferentes culturas en cuanto al manejo de los recursos que se manifiestan en las regiones en el mundo. Así, ella señala que una solución adecuada para un sitio puede ser totalmente errónea en otro lugar o para otra cultura.
En la actualidad sabemos que los resultados de Ostrom pueden conducir a la definición de una relación menos depredadora entre las diferentes personas y entre estas personas y las otras especies que nos acompañan en esta nave llamada Tierra. Ella misma nos alertó sobre la trampa de pensar en soluciones mágicas que se pudieran aplicar en los diferentes entornos. Es algo muy humano el desear soluciones mágicas. Cuando nos enfermamos, la solución fácil es pedir una pastilla, o un té de una hierba especial, o una poción “nanotecnológica”, digamos; pero la solución muchas veces requiere de cambios en nuestros hábitos o intervenciones más complejas. Basta, con mencionar que muchas personas pensaban que con solo vacunarse ya no les iba a dar COVDI-19 y se han desilusionado al enfermarse a pesar de estar vacunadas. La realidad es más compleja de como la podemos conceptualizar simplistamente la mayoría de las personas. A esta forma de pensar en soluciones mágicas Ostrom la llama el problema de la panacea, de la solución simple y aplicable para todo.
Esta complejidad a la que la realidad nos enfrenta en cada momento, va en contra de la sobresimplificación de las relaciones que la mayoría de las personas deseamos y asumimos para entender fácilmente nuestro entorno social o natural. Por esta razón, Elinor Ostrom enfatiza que debemos desarrollar un ambiente multidisciplinario en un marco de referencia de múltiples niveles para analizar los sistemas sociales y su interacción con el ambiente, es decir, para analizar y comprender los sistemas socioecológicos. En el ámbito de la economía los multiniveles se refieren a que en un nivel están las relaciones entre personas que compran y venden, entre personas que proveen y usan. Otro nivel podría enfocarse en las relaciones entre un sistema de recursos naturales y la gobernanza de ese sistema. Al hablar de un bosque, se tiene un nivel; pero se puede considerar a los árboles como individuos y, así, tenemos otro nivel; pero a su vez en el árbol puede haber subniveles, por ejemplo en la ceiba, donde tenemos sistemas en el suelo o en sus copas.
Una de las tareas que requiere de una colaboración más estrecha entre los diversos actores es la definición del conjunto de variables que son las adecuadas para evaluar las acciones propuestas. La definición de indicadores que sean capaces de medir la bondad o las limitaciones de las propuestas es de suma importancias. No vale decir tengo otros datos, primero podemos definir estos indicadores y medirlos para verdaderamente hacer el ejercicio de evaluación con las mediciones. 

Tenemos un solo planeta
 (imagen wavebreakmedia, freepik.com)



Finalmente, Elinor Ostrom alerta sobre la posible sobre especificación de los problemas, señalando que en ocasiones hay una tendencia a caer en una trampa pretendiendo argumentar que el caso en cuestión es totalmente diferente a otros. Esto puede evitar que se aprendan de otras situaciones al reconocer algunas similitudes. Por esta razón al definir el conjunto de variables e indicadores se puede reconocer las similitudes y con ello adaptar algunas estrategias con base en el aprendizaje.
Lamento tener que decir, y principalmente a la juventud, que la realidad es compleja; aunque que hoy disponemos de conocimientos en muy diversas ramas de las ciencias que requieren que profundicemos en la diversidad y aprendamos a colaborar con personas duchas en donde nosotros no lo somos. Cuando era joven no se conocían los estudios de Elinor Ostrom, hoy sabemos de ellos y es nuestra obligación actuar en consecuencia, ya que no podemos alegar que no se sabía. Situación muy diferente a lo que pasaba a principios de siglo cuando se desconocía lo que el uso irracional de los combustibles fósiles podría causar, no podemos reclamarle a esas personas de principios de siglo XX por el uso desmedido de los hidrocarburos; pero en el futuro claro que nos lo pueden reclamar a nosotros las futuras generaciones.


Este artículo fue publicado el día 22 de Septiembre

miércoles, 15 de septiembre de 2021

Wikimedia una comunidad global

Llevamos casi dos años desde que apareciera la COVID-19 y con ella se ha desatado un flujo de información sin precedente. De por si, ya el flujo de información en nuestra época se ha incrementado exponencialmente, de una manera inimaginable hace apenas medio siglo. Es más, ahora se ha acuñado el neologismo infodemia para denominar el exceso de información, una veces verás otras falsas, sobre un tema específico cualquiera. Tan nueva es esta palabra que todavía el diccionario de la RAE no lo registra en la edición 2020 (por cierto, este es otro ejemplo de la evolución del lenguaje que tarda en ser cubierto por organismos de registro); pero que ya es ampliamente utilizado en el lenguaje cotidiano  o científico . Hemos sufrido de esta infodemia en lo relacionado con la COVID; pero, también, hoy en día tenemos a nuestra disposición muchísima información prácticamente en la palma de nuestra mano.
Hace medio siglo, la información era un bien escaso que no se dispersaba rápidamente y que tampoco se promovía su difusión. Uno de los aspectos más relevantes es que la Internet nos ha posibilitado difundir información y con ello el conocimiento.
Desde mi perspectiva, el esfuerzo más amplio y verdaderamente comunitario para difundir el conocimiento para que con él podamos decidir aspectos de salud, sociales, políticos, de trabajo, escolares, etc., con información es Wikipedia. Esta enciclopedia colaborativa, que en sus inicios fue devaluada, hoy en día se ha transformado en una verdadera fuente de conocimiento e información de incalculable utilidad para todas las personas. Es más quiero enfatizar que lo que empezó como una enciclopedia gigantesca, ahora es una COMUNIDAD que comparte conocimientos, información y creaciones. Verdaderamente, ahora la fundación WIKIMEDIA, que soporta a Wikipedia, posibilita que todas las personas podamos compartir conocimiento y creaciones para que sean utilizadas por otras personas en los más diversos lugares del mundo. Hasta que me inscribí al curso Edita Wikipedia, que ofrece la UNAM en colaboración con Wikimedia México, pude aquilatar lo inmenso del proyecto Wikimedia que engloba plataformas informáticas con la intención de compartir cambiando nuestra forma de acceder al conocimiento y creaciones.

  Wikimedia Mexico 

Me parece que coincidimos en que las personas que tenemos acceso a la Internet valoramos grandemente la información disponible en Wikipedia y que ha modificado desde nuestras conversaciones cotidianas hasta las tareas en los trabajos o en el ámbito escolar.
Déjenme abrir un paréntesis, al empezar a escribir esta nota quise conocer el origen de la palabra WIKI y me sorprendió que el vocablo viniera del hawaiano, donde para decir rápido dicen wiki wiki. De aquí surgió la denominación de WIKI a los iniciales esfuerzos colaborativos computacionales para hacer crecer la documentación de programas de cómputo rápidamente. Es decir, esta documentación se elaboraba en un WIKI, una plataforma informática donde las personas que codificaban los programas escribían la documentación conforme avanzaban en la escritura del código y estas anotaciones se hacían en una página interactiva y con ello la documentación estaba al día. 
Con esta mira, la de rápidamente compartir, la Wikipedia ha crecido enormemente en muy diversos idiomas, por ejemplo ya existe Huiquipedia que es su versión en lo que nosotros conocemos como náhuatl y tiene más de mil artículos con información. Hoy en día está en fase de construcción la Wikipedia en maya. Desde mi perspectiva, en el momento en que en un idioma se ofrece información contextualizada, actual, con una perspectiva neutral y opciones consensuadas diversas se promueve la preservación de esa forma de expresión que contiene matices, tonalidades y expresiones únicas que pertenecen a sus hablantes.
Lo que nació como Wikipedia ahora es un inmenso y ambicioso proyecto comunitario, verdaderamente diverso y global, que se fomenta desde la fundación Wikimedia que hoy promueve al menos 15 proyectos, entre ellos destacan, por supuesto, Wikipedia. También muy relevante es Wikimedia Commons donde se pueden encontrar imágenes, audios y videos que han sido compartidos para ser usados por toda persona que lo desee, respetando algunas simples reglas de reconocimiento a quien los ha creado. Otro proyecto es Wikcionario que es un diccionario libre donde podemos encontrar variantes en el español o castellano hablado en las diferentes regiones del planeta. Wikiversidad es una plataforma educativa, en línea, libre y gratuita, con filosofía wiki, en ella se pueden construir un curso de cualquier nivel o tomarlo de forma libre. Les invito a que visiten la página de Wikimedia para entender el enorme esfuerzo de esta comunidad por compartir y contribuir y aprovechar las diferentes plataformas.
Un aspecto muy pertinente es que dado que las plataformas de Wikimedia son construidas en comunidad respetando reglas de tolerancia y consenso la aceptación de lo diverso se elabora.
Un ejemplo que deseo comentar, es el trabajo que llegó a mis manos esta semana de los artículos sobre los personajes femeninos en La Divina Comedia de Dante que está siendo abordado por Laura Ingallinella y sus estudiantes. En este trabajo se valora y contextualiza a las mujeres reales que inspiraron a Dante al escribir su obra, pero que fueron descritas a través de los ojos de un varón con ciertos prejuicios. El indagar las historias de estos personajes abre la oportunidad de leer la obra con otra lente. De esta manera, se está considerando de forma diferente a poblaciones hasta hoy discriminadas.
En resumen estamos ante la oportunidad de usar y crear al mismo tiempo; también nuestra contribución será para nuestro entorno u otro lugar en el mundo, hagámoslo. Espero estas líneas motiven a quien las lee para decidirse a contribuir en este magno esfuerzo comunitario para compartir información, conocimiento, creaciones y datos desde una perspectiva colectiva e individual, global y local, universal y particular, única y diversa, como lo es precisamente la humanidad.

Una versión previa de este artículo fue publicada el día 15 de septiembre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Propuestas para nuestras ciudades: evaluar resultados más que acciones


Cada vez son más frecuentes las noticias de inundaciones. Esta semana en las regiones de Ecatepec y de Tula hubo tremendas e inesperadas inundaciones, estas no son privativas de nuestro país, sino también en diversos lugares en el mundo. Esta situación parece volverse cotidiana y ya no podemos hablar de que sean esporádicas. Lo que ha enfatizado el IPCC, desde hace algunos años lo estamos empezando a padecer. Acciones que contribuyan a disminuir las emisiones de gases de efecto invernadero son urgentes, pero este llamado parece caer en oídos sordos en la mayoría de las personas y en particular para algunas que tiene la oportunidad de proponer e implantar acciones concretas.
Por otro lado, estamos observando la migración como un fenómeno global. Hace algunos lustros, debido a la forma de difusión de las noticias en el ámbito internacional, veíamos la migración como un fenómeno entre Europa y África. Hoy en día lo estamos viendo en nuestro país. No solo es que parte de la población mexicana que no ve opciones para su desarrollo en nuestro país migra hacia Estados Unidos, sino que ahora México es un lugar de paso para una población nacida en Centroamérica y en el Caribe cada vez más empobrecida y que huye de lugares donde los recursos naturales han sido saqueados en aras de beneficiar a otras poblaciones y no a ellas.
Ante esta compleja situación, normalmente, se proponen estrategias y se definen acciones, pero cómo saber que estas propuestas son adecuadas y nos dirigen a cambios para alcanzar el bienestar social.
La semana pasada, el presidente Andrés Manuel López Obrador, comentó una serie de acciones que su gobierno ha instrumentado y enfatizaba que era lo que había prometido. Efectivamente, la pensión a adultos mayores y el programa de jóvenes construyendo el futuro han sido puestos en marcha y están en marcha entre otras acciones de gobierno. De esto no tenemos dudas. 
Para conocer si estas acciones están produciendo un cambio hacia el bienestar social es necesario definir los indicadores adecuados. 

Análisis
Imagen de Amico https://storyset.com/ 



Déjenme enfatizar. Para conocer si las propuestas implementadas conducen a las metas deseas, es necesario definir cómo vamos a medir su éxito, no basta con decir se implantaron.
Estas mediciones son una de las partes fundamentales que toda sociedad debe definir para verdaderamente construir su futuro deseado. Mientras no midamos no podremos saber si las acciones conducen a las metas propuestas. Estas mediciones, se conocen como indicadores y ellos deben definirse al mismo tiempo que se ponen en marcha las acciones para evaluar progresivamente el éxito de las estrategias. De definirse al mismo tiempo que las acciones quedará claro para todas las personas si se avanza con las acciones.
Si aceptamos esta forma analizar las propuestas, se deberán implantar los mecanismos para medir estos indicadores y así poder evaluar las estrategias. Con este tipo de mecanismos de evaluación no se podría decir: “yo tengo otros datos”. De hecho, hoy en día se acepta que el análisis de los datos podría ser realizado con diferentes metodologías y supuestos que enriquecen las perspectivas de análisis y, por lo tanto, conducen a un panorama más amplio y diverso. 
En nuestro país estamos a punto de que nuevas autoridades locales asuman sus cargos en diferentes municipios. Por esta razón, insistimos, es momento de definir los indicadores que cada nuevo gobierno plantea para que se evalúen sus estrategias y acciones. Al definir estos indicadores y abrir los datos para que la sociedad pueda analizarlos, se estarán ofreciendo opciones de análisis diversos que conducirán a un enriquecimiento informado del conocimiento de los diferentes entornos sociales y ambientales. 
Para definir estos indicadores es importante contar con la colaboración de los más diversos sectores de la sociedad, el sector académico en las disciplinas sociales, humanistas, técnicas y científicas es un invitado que hay que considerar, pero que debe colaborar con otros sectores para construir estos esquemas de evaluación.
La propuesta concreta es que las nuevas administraciones municipales definan estos indicadores en una forma participativa. Hoy antes de asumir los cargos, es el momento de planear y definir las formas de evaluación.

Este artículo fue publicado el día 8 de Septiembre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 1 de septiembre de 2021

Propuestas para nuestras ciudades: movilidad sustentable

Es urgente la transición hacia una movilidad sustentable. Con esta frase quiero enfatizar lo que muchas personas están demandando en la actualidad, no solo se requiere de un transporte de calidad y que no emita gases tóxicos por donde pasa, sino de un verdadero sistema de movilidad. Es decir, no solo debemos esperar grande avenidas para los autos, sino que es imperioso definir sistemas de transporte verdaderamente limpios, eficientes, que aporten a la movilidad de las personas y respeten el espacio público.
En las semanas pasadas, comentaba sobre la advertencia que emitió el Panel Intergubernamental para el Cambio Climático de que es urgentísimo que redoblemos los esfuerzos en las estrategias para la descarbonización de la economía en general. 
El transporte, hoy en día, es uno de los sectores con mayores emisiones de gases de efecto invernadero y que afecta a las personas en cada punto donde transita un vehículo de combustión interna.
Si bien es cierto que durante el siglo pasado se consideraba inocuo el uso de los combustibles fósiles para generar la energía que se deseara, sin buscar la eficiencia y la racionalidad en el uso de esos recursos. En la actualidad, el conocimiento que se ha generado indica que estamos cambiando la composición de la atmósfera y que con ello cambiamos el clima y ponemos en riesgo la actual forma de vida de nuestra especie y de muchas otras que nos acompañan en este planeta.
Nuestras ciudades han sido moldeadas durante más de un siglo por la ilusión de un transporte individual que incluye aspiraciones enajenantes con miras totalmente consumistas y de derroche de los recursos naturales. 

Transporte público, imagen de pxhere.com


Hoy es necesario repensar estas formas de urbanización que demandan movilización de personas por grandes distancias o de flujos intensos de personas entre sus domicilios y sus lugares de trabajo.
La solución requiere de un enfoque que considere la dinámica de las ciudades. Notemos que las ciudades son verdaderos ejemplos de lo que llamamos sistemas complejos. En varias ocasiones hemos discutido que en este tipo de sistemas, entender las interacciones es más importante que considerar a los entes que los forman para promover un funcionamiento que fomente el bienestar de todos los entes. Es decir, para propiciar el bienestar social es necesario conocer las dinámica en estos sistemas complejos, más que considerar a las personas individualmente.
Las semanas anteriores comentamos en estos textos algunas sugerencias para promover este bienestar social a las autoridades municipales que están por asumir sus cargos, dadas las elecciones del pasado mes de junio en México.
Hoy nuevamente comentamos la necesidad de iniciar un cambio radical en la concepción de la movilidad en los entornos urbanos y rurales. Esta concepción debe privilegiar primeramente a la movilidad más que a los sistemas de transporte. Ciertamente es esencial modificar la forma de pensar y en lugar de construir sistemas de transporte, se debe conceptualizar una urbanización que permita una movilidad eficiente y limpia. Hoy se define una urbanización y posteriormente se adecúan los sistemas para la movilidad de las personas o productos. 
Necesitamos concebir que la urbanización debe promover un transporte con acceso equitativo, seguro, limpio y eficiente. Este tipo de transporte también debe respetar el espacio público para la convivencia.
Las personas que han tenido en sus manos la toma de decisiones han postergado la implantación de esta visión, ya que se requiere de una cambio en la infraestructura de las ciudades que no necesariamente se podrá concluir en los períodos de vigencia de las autoridades. Aplazar las soluciones es condenar a las generaciones actuales y futuras a continuar sufriendo las consecuencias de este cambio climático.
En la mayoría de nuestras ciudades es posible implementar un sistema de movilidad pública eléctrica articulado con infraestructura para la movilidad no motorizada. 
En Cuernavaca es posible tener al menos dos sistemas troncales de autobuses eléctricos acompañados de la adecuación de la ciudad para la movilidad peatonal y de ciclistas. Lo mismo puede diseñarse para diferentes ciudades tanto en nuestro país como en otros entornos latinoamericanos.
Valga este exhorto para las autoridades que en breve asumirán el cargo.

Este artículo fue publicado el día 1 de Septiembre en el periódico La Unión de Morelos