Estamos finalizando este segundo año de la pandemia de la COVID-19. Algunas cosas en nuestra cotidianidad parecen haber cambiado. Me atrevo a decir que la mayoría de las personas deseamos que la situación cambie y mejoren las condiciones de nuestra vida. En Chile los resultados de las elecciones auguran un cambio hacia la disminución de las desigualdades. Estas mismas esperanzas las tenía la mayoría de la población mexicana en 2018 cuando más de la mitad de las personas que votaron eligió una alternativa de esperanza.
A tres años de gobierno, observo que el actual gobierno comunica acciones más que resultados. Es de lo más importante informar en términos de resultados. El día de ayer martes, escuche la información sobre las compras de las vacunas. Parece ser que ha habido un esfuerzo por comprar vacunas y nos informaron que ya están pronto a recibirse todas, pero no todas se han usado. Se insiste en presentar el porcentaje de personas mayores de 18 vacunadas, en lugar de presentar el porcentaje de personas mayores a los 5 años con dosis completas. Este último conjunto de la población, mayor a 5 años, es el conjunto total de personas susceptibles de ser vacunadas, con ese dato se estaría aportando una información que tiene más sentido, en lugar de presentar datos que aparentan mayor cobertura. Es de reconocer el cambio de la política al promover la vacunación y ofrecer la vacuna de refuerzo; ojalá se estén instrumentado las acciones para comprar las vacunas de refuerzo para toda la población y se esté previendo la compra de vacunas para los menores de 5 años.
Cuidemos el futuro
Ahora hay que insistir en la necesidad de realizar pruebas en los sitios de asistencia presencial cotidiana, donde pueda haber un mayor contacto, como son las escuelas. Si ya se está realizando un esfuerzo hacia el desarrollo de una vacuna (aunque podrían haberse apoyado varias), también, aunque quizá con menor impacto, se podría orientar el esfuerzo hacia las pruebas rápidas o la detección rápida de la variante Ómicron. Estas acciones utilizarían el esfuerzo del sector científico y tecnológico en desarrollar soluciones. Desde mi perspectiva, no es lo más inteligente privilegiar el apoyo a una solución, cuando se tiene la posibilidad de hacer varios desarrollos con enfoques diferentes que pueden dar soluciones que abarquen un mayor espectro de la compleja problemática de las mutaciones de los coronavirus. En nuestro sector científico había a principios del 2020 varios grupos de investigación trabajando en desarrollo de vacunas, pero no se les apoyó. De haber sido apoyados, quizá tendríamos la posibilidad de contar con diferentes vacunas ajustadas a funcionalidades diferentes y habríamos fomentado la experiencia para hacer desarrollos acordes con la variabilidad del virus.
Ante la situación que estamos observando en otros países, es importante insistir en que la pandemia no ha pasado y que es muy probable que suframos otra ola de contagios en nuestro país.
Por otro lado, debemos continuar con los esfuerzos para atender la desigualdad social y los problemas económicos que enfrente la población mexicana. El día 23 de diciembre se dará el informe de la tasa de desocupación por parte del INEGI, la información previa no ha sido alentadora. Después de un drástico incremento de la tasa de desempleo durante mayo y septiembre del año 2020, durante este 2021 la tasa había estado disminuyendo, pero en los últimos dos meses se ha mantenido constante. Esperemos que la tasa continúe bajando para recuperar lo que la crisis económica nos ha afectado.
También es importante mencionar que las acciones para disminuir la disparidad en los salarios son importantes, pero ahora hay que evaluar esas acciones, ya que paradójicamente el porcentaje de la población mexicana por debajo de la línea de pobreza ha aumentado. Enfatizo, los resultados son más importantes que las acciones.
Si bien en estos tres años hay ejemplos de acciones que parecen adecuadas para construir el bienestar social, hay muchas otras que no lo aparentan. Lo único que nos puede decir si las políticas han sido adecuadas son los datos. Desde mi perspectiva, tenemos que cambiar para promover una cultura de construcción de información con apertura para su escrutinio y con ello reconocer las bondades o deficiencias de las propuestas.
A pesar de la situación continua de crisis de salud, económica y social que estamos viviendo, deseo fervientemente que podamos dejarla en el pasado. Así que los mejores deseos para quien lee estas líneas, y también para quién no las lee, durante estas fiestas de diciembre, recordando que debemos cuidarnos con cubrebocas y evitando los lugares concurridos.
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