Me agrada ver sus caras satisfechas por haber concluido sus estudios de ingeniería en energías renovables, la maestría en ingeniería o el doctorado. Reconozco en sus caras las diferentes facetas de la esperanza por un bienestar futuro; pero al mismo tiempo veo incertidumbre que puede parecer miedo. Esta misma situación la percibo hoy en nuestro México. Después de las elecciones del pasado 1 de julio se han despertado esperanzas e incertidumbres. Lo mismo podemos decir de hoy para ustedes, las bondades de haber concluido con éxito la meta planteada abre esperanzas; pero los cambios siempre insinúan incertezas. Sin embargo, quiero comentar que realmente veo más situaciones prometedoras para ustedes en forma individual y para nuestra sociedad en forma colectiva. Considero su estancia en el IER ha sido fructífera en ámbitos académicos, pero también en aspectos sociales y de convivencia. Los veo más preparados para afrontar situaciones complejas difíciles. Ustedes al igual que todos los que vivimos aquí los sismos del pasado mes de septiembre, hemos sido marcados por la solidaridad ante la adversidad. Las acciones solidarias que pudimos mostrar, seguramente, guiarán nuestras actividades futuras. Con las experiencias que vivimos nos percatamos de un México con dificultades añejas, con una población que no merece vivir en las condiciones de pobreza actuales. También con estas experiencias nos dimos cuenta de que podemos hacer cambios; pero que tienen que contemplar diferentes actores y que no solamente con la tecnología se puede resolver la compleja problemática de nuestro país. Esta inmersión abrupta en una realidad que no percibimos cotidianamente, nos ha permitido reconocer la importancia de considerar los aspectos económicos, sociales, ambientales y organizacionales para proponer soluciones colaborativas. Quizás uno de los aspectos más importantes de estas vivencias fue el mostrarnos las limitaciones que enfrentamos y que nos prepara para poder conjuntar conocimiento científico con el tradicional para vencerlas en el futuro.
Este día celebramos que durante este año cumplieron una meta que se trazaron hace más de dos o cuatro años. Algunos de ustedes llegaron aquí ya como profesionales, buscando especializarse y abrir caminos en ámbitos nuevos construyendo conocimiento para resolver problemas nuevos o ya viejos. Otros llegaron aquí, casi adolescentes, con expectativa inmensas para construir alternativas a la problemática ambiental y social. Espero su estancia aquí en el IER les haya brindado la oportunidad de construir veredas en la dirección que se plantearon y que hoy tengan posibilidades de escoger diferentes caminos con la amplitud que da el conocimiento. Estoy seguro hoy pueden tomar decisiones basadas en el conocimiento construido, asimilado y compartido.
Estoy seguro que en estos instantes pueden recordar momentos agradables y algunos otros tristes, parte de estas vivencias conformarán sus experiencias de vida. Estas vivencias les permitirán transformar los entornos donde se desenvuelvan.
Felicidades a los nuevos doctores recientes maestros y próximos ingenieros en energías renovables. Por supuesto extiendo estas felicitaciones a sus familias que también participaron activamente para que ustedes los estudiantes terminen está etapa.
Solo me resta reiterar que la UNAM es una institución que los albergó por algún tiempo y les abrió opciones, que lamentablemente, no son para la población en su totalidad, que mantiene sus puertas abiertas, especialmente, para ustedes. Recuerden, aquí en el IER siempre tendrán cabida para compartir, discutir y construir realidades que propicien el bienestar social. La comunidad del IER siempre mantendrá sus puertas abiertas para ustedes.
Mensaje leído en la ceremonia de graduación 2018 de los estudiantes de licenciatura, maestría y doctorado del IER-UNAM
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