miércoles, 4 de mayo de 2022

¿Hay que seguir paranóicos?

Después de dos años de aislamiento, de sufrir el confinamiento y de enfrentar a lo desconocido empezamos a retomar las actividades que cotidianamente hacíamos antes. Una de las preguntas que nos hacemos al salir de casa es ¿llevo el cubrebocas? Quizás otras personas piensen: por fin sin cubrebocas.  Entre estas alternativas puede haber muy diferentes acciones.
Ayer, martes, me sorprendió leer un tuit de una excelente científica y divulgadora que comentaba la situación que enfrentó cuando al usar cubrebocas, ella y su hija, fue cuestionada:
“Entré a un lugar lleno de gente y una señora vió que sólo mi hija y yo llevábamos cubrebocas y me dijo: 
-¿Qué, hay que seguir paranoicos? 
-Paranoicos, no -le dije- pero lo que sea por cuidar la salud, ¿no? 
No me contestó. 
Pero luego me quedé pensando si había mejor respuesta”.
Primero quiero comentar la actitud crítica de la Dra. Perelman, quien a pesar de haber dado una muy buen respuesta a la intempestiva pregunta, adicionalmente se cuestiona si hay mejores respuestas que con información ayuden a prevenir situaciones de exposición. Esta actitud de constante búsqueda de maneras asertivas para comunicar el conocimiento nos ayuda a promover que el conocimiento sea nuestra base para la toma de decisiones de una manera informada.
Segundo, las respuestas a su tuit se pueden leer y muchas de ellas son muy ilustrativas. Las hay desde las que responden agresivamente hasta las que empáticamente se unen a la búsqueda de “mejores respuestas”. Insisto me parece que su respuesta fue adecuada y, por supuesto, hay otras que también son informativas y amables. Una de las respuestas que me pareció más informativa mencionaba un texto sobre qué respuestas dar ante esta situación. Las recomendaciones son: responder con honestidad, decir nuestras razones, decir que no queremos enfermar, que es para nuestra protección o no responder. Todas ellas son válidas y pueden tener muchos matices; pero lo esencial es mantener una actitud que obedezca a nuestra propia evaluación del riesgo que tomamos al usar el cubrebocas o no. La prevención ante el riesgo es importante. Desde mi punto de vista, el uso del cubrebocas en lugares cerrados donde hay mucha gente es recomendable para “Cuidarnos y cuidar a las otras personas”, las frases como “Uso cubrebocas para cuidarme y cuidarte” son precisas y concisas. No solo nos cuidan de posibles contagios de COVID-19, sino que nos protegen de muchas otras situaciones nocivas: polvo y algunos otros microorganismos. Por ejemplo, su uso puede disminuir significativamente los contagios de gripes en el transporte público, estoy seguro que cualquiera desearía tener menos gripas al año. 


Persona con cubrebocas orando en iglesia durante pandemia de COVID-19 en México
El uso de cubrebocas en lugares concurridos es una buena decisión.

En otros lugares del mundo el uso de cubrebocas ya era una costumbre antes de la llegada del COVID-19, así que usarlo es una forma de prevención que ha ayudado y puede continuar haciéndolo. 
Quiero comentar que personalmente lo usé y disfruté en el exterior en situación de invierno con nevada y, la verdad, que el cubrebocas disminuye nuestra sensación de frio y nos protege del viento. Aunque también lo tuve que usar en las estaciones calurosas y llega a ser muy molesto.
En este período de dos años la comunidad científica ha construido conocimiento en torno a la pandemia y con base en él podemos tomar decisiones para protegernos y proteger a quienes nos rodean. Esta actitud de protección colectiva es una de las que nos han permitido convivir en sociedad desde que apareció la especie humana. Podemos continuar con este tipo de acciones que nos benefician y benefician a otras personas, aunque no lo reconozcan.
Yo cuando salgo de casa siempre llevo mi cubrebocas de tela tricapa y lo uso cuando la situación me indica que hay un riesgo de no usarlo y me lo pongo. Tan sencillo como usar un paraguas: si al salir valoro que está lloviendo poco no lo uso, pero si está diluviando claro que lo abro y me pongo a resguardo. 
El cubrebocas es una prenda que nos puede acompañar y proteger, es pequeño y puede haber muy bonitos o que vayan con nuestra personalidad; usémoslo en situaciones donde no querramos padecer de un riesgo evitable.

Este artículo fue publicado el día 4 de Mayo en el periódico la Unión de Morelos

1 comentario:

  1. Totalmente de acuerdo. Valorar el uso del cubrebocas puede evitar enfermar desde una simple gripa hasta algo más delicado.

    ResponderEliminar

Tu comentario se publicará a la brevedad.