Esta semana se celebró el LVI Congreso Nacional de Física en Mérida. Estoy seguro el lector se preguntará y qué tiene que ver esto con el título: ¿Más impuestos? Pues la verdad es que muy poco. Sin embargo sirve de introducción para comentar que por esta razón estuve en Mérida y gocé del domingo ciclista en esa ciudad, renté una bicicleta y por 20 pesos anduve paseando por sus calles y avenidas. Desde las 8:00 hasta las 12:30, el Paseo Montejo, la calle 60 y 62 hasta la Ermita son peatonales. En ellas tanto los meridanos como los turistas disfrutamos de un sol tempranero y de sus calles. Vi familias completas, papás enseñando a sus hijos a andar en bicicleta, mamás o tías corriendo tras los niños que zigzagueaban con su bicis. Ancianos en bicicleta, jóvenes, muchos jóvenes en grupos. Todos disfrutábamos del paseo, recuperábamos las calles para todos y lo principal: las compartíamos. Un ejercito de estudiantes de nivel medio superior (bachillerato) cumplían su servicio social auxiliando en las tareas viales. Es más esta actividad sirve claramente para enseñar a los niños aspectos viales y de seguridad en un entorno lúdico muy similar al planteado por el pedagogo Frans Limpens. Ésta es una actividad social que se efectúa desde hace más de cinco años y que también se hace con éxito en algunas otras ciudades mexicanas, por ejemplo: Guadalajara. En Cuernavaca hay una iniciativa que propone implementar esta actividad y que ha sido del agrado de un buen sector de la población y que, en mi opinión, merece ser impulsada. Aunque debe quedarnos claro que estas actividades sociales no pueden ser la solución a los problemas económicos, sociales y ambientales; ya que antes la gente debe poder comprarse su bicicleta, o tener el dinero para rentarla, o tener el dinero para poder disfrutar un domingo de esparcimiento, o tener el conocimiento para elegir o tener dinero para satisfacer sus necesidades primarias. Esto no es fácil con los bajos salarios que actualmente hay en nuestro país.
Como empezarán a sospechar la mención al paseo ciclista tiene que ver con actividades cooperativistas, ya que en principio las avenidas fueron pavimentadas para el uso de automóviles, pero el sacrificio de algunos será recompensado con creces para ellos mismos y para la sociedad. Sucede que las ventas de los comercios aledaños al paseo aumentan y que grandes empresas contratan a promotores para hacer campañas de publicidad, se tiene un foro “gratuito” para hacer campañas publicitarias (por supuesto también electorales) y muchas otras cosas más. En resumen el paseo ciclista es una analogía, con las bondades y limitaciones de todas ellas, de una forma de cooperar en todos aspectos y regresando al título, en mi opinión, los impuestos son contribuciones.
La semana pasada planteé el problema del pago de impuestos en el contexto de la cooperación. Comenté a cerca del dilema del prisionero que implica el no perder más con tal que nuestro semejante tampoco pierda mucho. Por claridad planteo nuevamente el problema: La policía arresta a dos personas y los acusa de cometer un delito. No hay pruebas suficientes para condenarlos y, tras haberlos separado, se interroga a cada uno y se les ofrece el mismo trato. Si uno delata y el otro no, el que no delató será condenado a la pena de diez años, y el delator será liberado. Si ambos delatan, ambos serán condenados a seis años. Si ambos no delatan serán encerrados solamente seis meses. Claramente, si el dilema se presenta una vez: un razonamiento simple indica que lo mejor es delatar, sin embargo desde el punto de vista colectivo esta respuesta es la peor, ya que en total la sociedad pierde 12 años, 6 de cada uno en la cárcel; pero ambos ganan ya que cada persona será encarcelada solamente 6 años. Sin embargo si se sabe que se jugará muchas veces, y que la otra persona puede cambiar de estrategia, entonces el comportamiento cooperativo es el adecuado: no delatar. Lo podemos razonar en el sentido que la otra persona también entenderá el juego y no delatará con lo cuál todos saldrán ganando (ver el comentario de Checo en el artículo anterior).
Esto se puede asociar con los impuestos. Sin embargo, el nombre mismo de impuestos nos aleja de su afán cooperativista y nos indica un marco dictatorial. En español la palabra proviene de imponer y que se exige por la fuerza, de ahí las amenazas de “Lolita”. La palabra en francés tiene similares orígenes. En Inglés la palabra tax proviene de estimar la riqueza de alguien, más cercana a tasar en español. Mi ignorancia se muestra al no saber la correspondiente palabra en nahuatl, quizás algún lector me podría enseñar esto. En resumen, si consideramos que el llamado impuesto es una contribución del individuo a la sociedad, el concepto de cooperar se recupera. De niño cuando iba con mi madre a pagar las contribuciones (impuesto predial) y hacíamos largas colas para hacer los pagos anuales, y gozar del descuento, entendía que era nuestro aporte a la ciudad donde vivíamos y me parecía razonable. Considero que ésta es la forma en que deberíamos ver a los llamados impuestos, como nuestra contribución a las tareas que convienen a la sociedad. Es así como entiendo el llamado de muchos como Warren Buffett y Helle Thorning-Schmidt para fomentar el pago de más contribuciones (impuestos). Creo importante hacer referencia a la llamada izquierda darwinista definida por Peter Singer quien considera que la sociedad ahora tiene el compromiso de entender su presencia y su capacidad de cambiar las interacciones entre los ámbitos ecológicos, sociales y económicos con un afán cooperativista; y algunos pensamos que esto es posible a través de las instituciones y el conocimiento y su aplicación: la tecnología que será la forma de resolver los antagonismos con este afán. Coincido con Natalia (comentario artículo anterior), y ya abundaremos en esto último.
Una versión resumida de este artículo fue publicada el día 12 de Octubre
Creo que el problema es que los individuos no percibimos un beneficio real al actuar de forma cooperativista al pagar impuestos. No quiero decir que no los haya solo que no se perciben. Por otra parte, los impuestos se pagan al gobierno e historicamente el gobierno ha sido el enemigo.
ResponderEliminarEn los países donde esta habiendo movimientos orientados a pagar más impuestos, los gobiernos gozan de una buena imagen pública. Una propuesta similar en México no tendría éxito a menos que los ciudadanos consideren que les va a beneficiar y creo que no es el caso por el momento.
Otra cosa, las actividades de esparcimiento no son una solución a los problemas económicos y quizá tampoco a los ambientales, pero creo que si contribuyen a mitigar los sociales. Si se ofrecen parques, museos, teatros, etc. la gente se sentirá mejor. No es necesario tener mucho dinero. Salir a caminar a un parque no cuesta nada. Disfrutar de una tarde leyendo bajo un árbol acostado en el pasto no cuesta nada siempre que exista ese árbol y el pasto (y se sepa leer). Por ejemplo en Cancún, una ciudad preciosa para los turistas, pero a mi no me gustaría vivir en ella (soy originarío de ahí por cierto). Fuera de las playas, no hay otros lugares de esparcimiento, no hay parques, no hay museos, no hay vida cultural. Y andar en bicicleta es muy dificil. Menciono Cancún por que me parece un ejemplo de una ciudad con un buen nivel de ingresos pero con una calidad de vida bajísima. Mérida por otro lado, no es una ciudad con un nivel de ingresos altos, pero creo que la gente que ha vivido en ella se ha quedado y otros pensamos en regresar.