En estas últimas semanas, en Cuernavaca, hemos sufrido de la interrupción del servicio de agua potable. La Comisión Federal de Electricidad (CFE) decidió suspender el servicio de energía eléctrica para operar los pozos de agua por el Servicio de Agua Potable y Alcantarillado de Cuernavaca (SAPAC) debido a la estratosférica deuda que tiene SAPAC por el pago del servicio eléctrico. Esta deuda se ha incrementado desde hace más de seis años. Con el hecho de que no tengamos agua en nuestros domicilios se manifiestan dos gravísimos problemas que, en cualquier parte del mundo, estamos o estaremos enfrentando con mayor frecuencia en el futuro: el abastecimiento de agua y el suministro de energía.
Estos dos problemas que enfrentamos, son causados por el mal manejo que hemos dado a los recursos naturales. Primeramente, la manera en la que nuestra especie ha aprovechado la construcción de conocimiento para el uso de los recursos naturales no ha considerado los efectos negativos que tiene este uso acelerado para otras personas o especies en el planeta. También observamos que el uso de los combustibles fósiles en forma irracional nos ha conducido a sufrir un cambio climático. Situación similar se observa en el uso del agua, donde en algunas regiones se utiliza sin regresar a su estado natural para que otras personas o especies las usen.
El agua es un bien común (imagen de freepik)
En estos días, en Cuernavaca se puede observar que los malos manejos de las últimas administraciones de SAPAC han dejado una organización en quiebra y con una infraestructura totalmente deteriorada que no puede atender la demanda, en algunas ocasiones inequitativa, de la población.
Desde mi punto de vista, en Cuernavaca se observa que la CFE está urgida de obtener los recursos económicos que no le han sido pagados porque requiere, a su vez, pagar la electricidad cara que genera con combustibles fósiles.
Hace unos diez años, proponíamos que la electricidad que se requiere para el bombeo de agua se generara con sistemas fotovoltaicos. En aquel entonces la propuesta era un poco más alta que el costo de la electricidad en ese momento. Sin embargo, en la actualidad los costos reales de los sistemas fotovoltaicos han caído del orden de un 80 % desde entonces. Así que, hoy en día, los fotovoltaicos son francamente una mejor opción económica y ambiental para el suministro de energía eléctrica de la mayoría de los sistemas de agua potable del país.
Es importante destacar que la inversión en sistemas fotovoltaicos tiene un horizonte de al menos 20 años y una tasa de retorno de no más de 8 años, por lo tanto la factibilidad económica es evidente. Además, la instalación puede hacerse de manera modular, es decir, no se requiere tener todo el dinero para hacer una inversión cuantiosa, sino que paulatinamente se puede ir incrementando la capacidad de generación de electricidad hasta alcanzar la requerida y con ello financiar la instalación completa.
Para mi, es evidente que una política desde la CFE que promueva la instalación de sistemas fotovoltaicos en las instalaciones o en las cercanías de los pozos tendrá beneficios para la CFE y para los sistemas de agua potable de los diferentes municipios del país. La ciudadanía también nos veremos beneficiados al tener un servicio de agua potable que para su funcionamiento no generará gases de efecto invernadero y será más barato. Por supuesto, en algunos municipios pudiera ser más adecuado instalar generadores eólicos o de biocombustibles o geotérmicos para satisfacer la demanda de electricidad que requieren los sistemas de agua potable.
De haberse implantado un programa de instalación de sistemas fotovoltaicos en los organismos del agua desde hace una década, estoy seguro que muchos municipios podrían estar ya saneados de sus finanzas referentes al agua. De esta manera, estos municipios podrían dedicar presupuesto para el manejo de plantas tratadoras de aguas, que es otro de los aspectos que urgen ser atendidos y estamos descuidando. Por supuesto, la energía que se requiere en el manejo de estos plantas tratadoras también pudiera ser generada con renovables.
Por otra parte, es muy importante que nosotros, la ciudadanía, entendamos que los recursos naturales son finitos y que debemos hacer un uso adecuados de ellos considerando que otras personas y especies también tienen derecho a su uso en la actualidad y en el futuro.
Sirvan estas líneas para apuntalar propuestas que las autoridades municipales pueden empezar a implantar con una visión de largo aliento en lugar de solamente atender lo inmediato sin brindar verdaderas soluciones. Desde mi perspectiva, el municipio de Cuernavaca tiene una verdadera oportunidad de construir soluciones, si instala sistemas fotovoltaicos dedicados a aportar la energía para el suministro de agua.