La noticia en el ámbito nacional con la que ha contribuido Morelos en estas semanas deja muchísimo que desear. El socavón que se produjo en el paso exprés es una muestra de lo que pasa en nuestro país en los procesos de construcción de obra pública. Estos procesos alimentan el descontento crónico de la población que protesta airadamente en las redes sociales. Estas protestas muestran ya un hartazgo exacerbado que presagia brotes violentos. La sociedad mexicana está al borde de revueltas sociales mayúsculas. Los hechos que en estos primeros años del milenio han mostrado el comportamiento violento de algunas poblaciones. Estas manifestaciones en contra de la policía han sido motivadas por defender las ventas de combustibles robados y son un claro ejemplo de la violencia reprimida por la ausencia de satisfactores en esas comunidades. La situación de extrema pobreza de nuestra población no ha sido aquilatada por parte del sector gobernante y empresarial que continua teniendo comportamientos corruptos y de egoísmo extremo pensando en beneficios individuales a costa de romper todo pacto social.
Sin embargo, considero que mencionar las faltas o mostrar un enojo en las redes sociales no es adecuado para conseguir solucionar esta problemática que tiene muchísimas aristas y dada la profunda descomposición social a la que enfrentamos necesitamos proponer soluciones y con mayor empeño participar en ellas.
Dado que empecé con el socavón en el paso exprés de Cuernavaca, considero adecuado continuar con él. En estos momentos tenemos la oportunidad como sociedad morelense de actuar en conjunto y empezar a construir soluciones de largo plazo para una movilidad sustentable.
Primero debemos enfatizar que la movilidad debe estar centrada en el peatón que es el nivel de mayor alcance y mayor profundidad social. Este simple hecho ya condiciona severamente la posible transformación del paso exprés, ya que implica la construcción o la adecuación de este paso para albergar la movilidad peatonal. Imaginemos una vía con tres amplios carriles y acotamiento y un carril modificado por donde se pueda caminar o andar en bicicleta. También podría tener segmentos donde hubiera pequeños comercios de calidad. Este paso exprés podría tener hasta interés turistico y recreativo para la población de Cuernavaca y otros lugares.
Al final del paso exprés, por allá del puente entre Temixco y Emiliano Zapata o precisamente a la mitad de él entre Plan de Ayala y Paseo Cuahnahuac la construcción de puentes peatonales y para bicicletas (con los atributos mencionados para el paso exprés) podrían incrementar la calidad de vida de la población. Así hoy los gobiernos de los tres niveles en dos puntos cercanos al paso exprés tienen la oportunidad de construir ejemplos para la movilidad sustentable. Por supuesto que también un impulso al uso del transporte eléctrico en el sector de transporte público sería una estupenda señal.
Por supuesto que este concepto de movilidad urbana requiere de cuatro aspectos fundamentales: el compromiso de largo plazo con la ciudad, la consideración de las necesidades y preferencias sociales, la configuración de un sistema de movilidad con miras en el largo plazo y la capacidad de gestión gubernamental. Esto último requiere que los ciudadanos elijan a las autoridades con base en conocimiento y no basados en la popularidad.
Así un sistema de movilidad debe: estar centrado en el peatón, privilegiar las acciones enfocadas a la seguridad, garantizar su accesibilidad, mostrar resiliencia (la capacidad para contender con situaciones fortuitas y recuperarse con bajos costos económicos, sociales y ambientales) y mostrar calidad (sus componentes deben contar con los requerimientos y propiedades adecuadas para cumplir con sus funciones). Claramente el actual paso exprés no cumple con estos cinco principios de funcionamiento para un elemento de transporte sustentable.
Muchos lectores estarán de acuerdo en que muy pocos elementos para la movilidad en nuestro país estan diseñados pensando en estos cinco principios de funcionamiento básico.
La primera acción para conseguir sistemas de transporte en nuestras comunidades es compartir la información y trabajar en construir soluciones específicas para cada entorno que satisfagan las necesidades de las personas.
Invito a construir estas soluciones participando en discusiones y elaboración de planes de largo plazo y su posterior implementación.
Una versión previa de este artículo fue publicado el día 19 de Julio en el periódico la Unión de Morelos.
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