Hace algunos meses escribía que tenemos miedos y esperanzas en la nueva administración federal que recientemente cumplió 100 días. Ahora tengo que decir que los miedos y las esperanzas continúan. En cambio, a lo lejos, he notado las acciones acertadas de la administración de la Ciudad de México (CDMX), en este texto quiero enfatizar algunas aspectos que debemos retomar en otras ciudades, por supuesto incluyendo Cuernavaca.
En la CDMX se está revisando con cuidado los permisos otorgados para construir edificaciones grandes y, en especial, el cumplimiento de lo otorgado con miras a construir una ciudad sustentable. Además, se está promoviendo el uso de las energías renovables en la ciudad; en particular, el uso de la energía solar. Quiero aquí recordar que en el mes de Enero comentaba sobre la pertinencia de construir edificaciones, que parecen ser más baratas; pero que al revisar los temas de servicios de agua, electricidad, vialidades y espacio verdes no lo son; así es necesario analizar con mucho cuidado todos aspectos para que las edificaciones grandes sean sustentables.
En las ciudades pequeñas como Cuernavaca, existe la estrategia de aumentar la densidad de población con la creencia de que al hacer este aumento los servicios disminuyen y se incrementa el uso del espacio. Sin embargo, no es suficiente este hecho, sino que al construir edificaciones grandes debemos aumentar los servicios tanto de agua potable como de tratamiento de aguas residuales, el abasto de energía eléctrica, el manejo adecuado de los residuos sólidos, la movilidad de mayor número de personas y vehículos, etc. Los aspectos a estudiar son realmente variados, ya que las edificaciones grandes crea problemáticas diversas en cada ciudad con soluciones no triviales y que para dar con algunas posibles estrategias viables se requiere de análisis multidisciplinarios; así que no podemos hacer recomendaciones específicas de aplicación genera que contemplen la diversidad de situaciones.
En este pequeño texto, me arriesgaré a hacer una pequeña recomendación general que debe ser adecuada a cada situación en forma específica.
A la par de aumentar la densificación poblacional con la autorización para construir edificaciones grandes debemos aumentar los espacios de convivencia de la población. Específicamente debemos construir parques y áreas verdes donde las personas podamos convivir entre nosotros y disfrutar un contacto directo con especies animales y vegetales. Considero que la mayoría de nosotros hemos disfrutado de algún tiempo en un parque escuchando el canto de las aves, admirando el revolotear de las mariposas, la majestuosidad de algunos árboles o la belleza de pequeñas o grandes flores. Estos momentos disfrutables los pudimos haber tenido en algún parque o haber sido más afortunados y gozado de ellos en la naturaleza lejana de las ciudades, en ambos casos, me parece que todas las personas valoramos estos momentos y aumentan el sentido de pertenencia y contribuyen a consolidar el tejido social.
En este sentido, quiero enfatizar que en Cuernavaca existen muy pocos espacios de este tipo para el número de personas que habitamos la ciudad y deberíamos propiciar que se adecuen más espacios con este fin.
También tengo que reconocer que el Parque Ecológico Chapultepec de Cuernavaca es una maravilla que ha sido mantenido desde hace varios años y que tanto la administración anterior como este nueva han tomado acciones para preservarlo y actualmente parece funcional. Desde luego, que al igual que muchas personas que lo disfrutamos periódicamente, me gustaría que mejoraran sus servicios tanto ambientales como educativos y de convivencia con la naturaleza y otras personas. Las propuestas de mejora no pueden hacerse con base en ocurrencias; sino que requieren de la participación de expertos en cuestiones ecológicas, también de personas conocedoras del uso del tiempo libre, de aspectos comerciales y hasta de energías renovables. Me parece que el lector estará de acuerdo con las primeras tres ramas del conocimiento; y para enfatizar la última quiero comentar que, en especial, el Parque Ecológico Chapultepec tiene sistemas fotovoltaicos, captadores solares, bombas de agua movidas por bicicletas y tiene, al final de la barranca, una planta minihidráulica para producir electricidad que no ha trabajado a cabalmente.
Así este parque puede ser emblemático y mostrar las bondades del uso de las diferentes energías renovables que hoy en día son más baratas que los combustibles fósiles y no emiten gases a la atmósfera acercándonos hacia la sustentabilidad.
Este parque es visitado los fines de semana por miles de personas morelenses en grupos familiares, de jóvenes o individualmente y ya los visitantes de otras ciudades también lo reconocen como un atractivo natural de Cuernavaca. La idea de tener este tipo de parques donde las personas convivan y conozcan que las energías renovables son una posibilidad a su alcance es muy importante para motivar la conciencia social sobre la necesidad de construir instalaciones solares, eólicas o de producción de biocombustibles con residuos, etc.
Por lo anterior, además de recomendar que el gobierno de la ciudad de Cuernavaca revise con mayor cuidado los permisos que otorga para la construcción de grandes edificios para evitar alejarnos más de la sustentabilidad y preste, junto con el gobierno estatal, mayor atención a este parque y algunos otros en esta ciudad. Además de considerar la instalación de sistemas de generación de energía en el lugar donde se requiere, es decir, promover la generación distribuida en todos los niveles de gobierno y con ellos fomentar la construcción de edificios verdaderamente sustentables.
Por supuesto, ofrezco mi trabajo y conocimiento para construir ciudades que atiendan estas problemáticas.
Una versión previa de este artículo fue publicada el día 20 de Marzo en el periódico la Unión de Morelos
En esta bitácora hay escritos que versan sobre ciencia, innovación, opinión política y divertimentos que quiero compartir
miércoles, 20 de marzo de 2019
jueves, 14 de marzo de 2019
Apuntes para discusión sobre el CTI 2019
Mis apuntes para la discusión en el Conversatorio para el análisis del sistema CTI 2019
Participé en: Mesa 8
Las actividades científicas, tecnológicas y de innovación para la solución de los problemas nacionales. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) como eje transversal en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECiTI).
Hoy en día la generación de conocimiento debe contemplarse desde una perspectiva global que incluya los conocimientos desarrollados en el ámbito internacional para resolver la problemática local y global. Así, el sistema científico de una región debe responder a las demandas de los locales en un contexto internacional. Con esta visión, en un esfuerzo internacional por plantear estrategias de largo plazo, se definió la Agenda 2030 que busca monitorizar las políticas públicas hacia la sustentabilidad del planeta mediante la definición de objetivos, metas e indicadores. De esta manera, surge un acuerdo internacional al definir los 17 objetivos del desarrollo sustentable, que en forma sucinta son: (1) acabar con la pobreza, (2) hambre cero, (3) salud y bienestar para todos, (4) educación de calidad, (5) igualdad de género, (6) agua limpia y saneamiento, (7) energía asequible y no contaminante, (8) trabajo digno y crecimiento económico, (9) industria, innovación e infraestructura, (10) reducción de desigualdad, (11) ciudades y comunidades sustentables, (12) producción y consumo responsable, (13) acción por el clima, (14) vida submarina, (15) vida de ecosistemas terrestres, (16) paz, justicia e instituciones sólidas, y (17) alianzas intersectoriales. Estos objetivos contemplan que la sustentabilidad del planeta radica en considerar cuatro dimensiones, que podemos resumir como: Naturaleza, Economía, Sociedad y Organizacional (para recordarlo se puede usar la brújula de la sustentabilidad ver Fig. 1 ), para analizar cualquiera de nuestras actividades (económicas, sociales, políticas o recreacionales) y determinar la huella que dejamos al hacerla. Es importante hacer notar que la dimensión organizacional es muy importante para nuestro país ya que considera el buen gobierno como una dimensión esencial en el análisis y que esta dimensión no se contemplaba en los primeros esfuerzos por definir la sustentabilidad. Con estas bases recientemente, las instituciones dedicadas a la educación superior han reconocido la necesidad de colaborar y se ha formado la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible encabezada por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Nacional Autónoma de México que fundamenta, desde el punto de vista científico, las estrategias para brindar soluciones hacia la sustentabilidad.
Figura 1. Brújula de la sustentabilidad que representa las dimensiones de la sustentabilidad y las ligas con los 17 ODS
En el ámbito internacional y nacional se ha reconocido que la investigación en temas de la sustentabilidad global y local representan retos mayúsculos; pero que son muy relevantes para la sociedad en su conjunto y en todas las regiones, ya que aportan conocimiento para la toma de decisiones. Uno de los principales retos para conseguir los Objetivos del Desarrollo Sostenible radica en la definición de las formas de medir el camino hacia su cumplimiento, de aquí que una de las principales tareas para el sector científico sea la determinación de los indicadores idóneos para medir ese tránsito hacia la sustentabilidad. El entrelazamiento de los ODS se observa en que cada uno de ellos está relacionado con las diferentes dimensiones de la sustentabilidad y, por lo tanto, para cumplirlos se requiere de estrategias multidimensionales tanto en aspectos ambientales, económicos, sociales y organizacionales pasando por su implementación en los diferentes niveles: globales, regionales y locales. El seguimiento de la evolución en el cumplimiento de los ODS requiere de un marco de indicadores donde las metodologías científicas son imprescindibles. La ciencia puede fundamentar los procedimientos para monitorizar estos indicadores que deben tanto depender de las características de las regiones como incorporar sus diversidades sociales, ambientales y culturales. La integración entre el conocimiento empírico, desarrollado por personas locales, y el conocimiento científico es necesaria para mejorar el entendimiento de las interrelaciones y sinergias que las estrategias pueden brindar al cumplimiento de los ODS en cada región.
Desde mi perspectiva, debe quedar claro que el sector científico mexicano es profesional y presenta un impacto positivo en la ciencia global; sin embargo los datos indican que el impacto en la sociedad todavía no es el deseable, analicemos algunos datos.
Figura 2. Esquema que representa esquemáticamente que la inversión en ciencia y tecnología correlaciona con la ausencia de pobreza
Primero debemos enmarcar a la ciencia en el contexto social y reconocer que la desigualdad en nuestro país es lacerante, ya que un 43\% de la población está por debajo de la línea de pobreza, que incluso comparado con otros países latinoamericanos es lamentable. Estos datos son más lamentables cuando vemos que el porcentaje del PIB dedicado a actividades científicas correlaciona con la pobreza (ver Fig. 2). Por ejemplo, Brasil y Venezuela reportan un 10\% y 33\% de personas por debajo de la línea de pobreza; mientras que en Corea y Alemania el porcentaje en este rubro es insignificante.
Figura 3. Esquema que representa esquemáticamente que la inversión en ciencia y tecnología correlaciona con el menor número de científicos
Con este simple gráfico de la desigualdad abordemos lo tocante al número de personas dedicadas a actividades científicas, en Brasil y Venezuela se reportan a 2.5 y 9 personas por cada 10 mil habitantes; en cambio Corea y Alemania reportan 71 y 49; mientras que en nuestro país somos solamente 3 personas dedicadas a la ciencia por cada 10 mil habitantes. El porcentaje del PIB dedicado como presupuesto a actividades científicas en estos países es: 2.94\% Alemania, 4.24\% Corea, 1.28\% Brasil, 0.25\% Venezuela y menos del 0.5\% del PIB en nuestro país (ver Fig. 3). Con tan magra inversión en la generación de conocimiento de nuestra sociedad no podemos augurar una intervención positiva en la disminución de la pobreza, así es de esperar que el impacto del sector científico no sea el que deseamos.
Figura 4. Esquema que representa las contribuciones de las universidades, las familias de patentes y el índice h de los artículos de los países que se usan para ilustrar el punto de GII, 2017
Para reforzar mi dicho analicemos otro indicador global: el Índice Global de Innovación que nos coloca en el lugar 31 de 64 países y donde Alemania, Corea y Brasil ocupan los lugares 4, 9 y 28, respectivamente, indicando que requerimos mejorar la actividad en este sector de innovación. Es importante mencionar que este índice de innovación es una combinación de indicadores de ciencia y de desempeño empresarial. Un análisis más detallado señala que los indicadores académicos que componen este índice muestran un mejor desempeño que los indicadores empresariales como podemos ver el lugar que ocupan nuestras universidades y el número $h$ de nuestros artículos impacta mayormente en el índice en comparación con el número de familias de patentes que es un indicador del sector empresarial e industrial (situación que se ilustra en la Fig. 4). Esta situación reclama que haya una mayor participación de la inversión privada en actividades científico tecnológicas con una verdadera vocación innovadora que transforme al sector económico hacia un sector basado en la generación de productos o servicios con alto valor agregado que promoverá el desempeño económico y, dada la actividad económica basada en conocimiento, generará un sesgo al bienestar social.
Estrategias
Con esta información en mente, regresemos a los ODS que contemplan claramente objetivos que hoy estamos convencidos que deben ser abordados en nuestro país: Fin a la pobreza y hambre, asegurar la vida saludable y educación de calidad, combate al cambio climático y la protección al ambiente desde lo local a lo global.
Al observar los 17 ODS podemos notar que se requiere la participación de todas la ciencias y las humanidades para definir las políticas públicas que permitan cumplirlos en forma local y global y, más importante, definir los indicadores específicos correspondientes a cada región que permitan darle seguimiento a estas políticas. Así desde el sector científico, para conseguir los ODS podemos proponer algunas estrategias:
En esta última estrategia, es importante que las minorías y sectores relegados sean incluidos en las políticas de Ciencia Tecnología e Innovación (CTI) y una forma de asegurar esta inclusión es tomar como referencia los ODS y el marco dimensional de la sustentabilidad.
La perspectiva que debemos tomar al abordar estas estrategias es la de teoría de sistemas y con ello debemos considerar la argumentación de Donella Meadows, en "Thinking in Systems" y de Elinor Ostrom en "Understanding Institutional Diversity": referente a que los sistemas e instituciones deben ser evaluados con base en su desempeño y de ser posible por agentes externos; además de mostrar flexibilidad para responder ante situaciones diversas. En este sentido el sector científico también debe estar sujeto a las evaluaciones externas, como lo ha estado, y a contemplar diversidad de organizaciones, disciplinas y por supuesto de opiniones en su seno. De aquí la importancia de concebir un sistema CTI con una amplia diversidad de actores. La construcción de un sistema CTI flexible con diversidad de opinión garantiza involucrar las dimensiones de la sustentabilidad y la selección de soluciones basadas en conocimiento local y global.
Precisamente la generación de conocimiento local debe contribuir al conocimiento global y la ciencia internacional puede contribuir en la construcción de soluciones reales y de largo plazo.
Estas estrategias se pueden ilustrar con ejemplos en el ámbito de las energías renovables que contribuye directamente al ODS 7. Las energías renovables brindan la oportunidad a la población para que ella genere su propia energía y ha sido la ciencia y la tecnología que han contribuido en este aspecto. Hace algunas décadas, por ejemplo, la energía solar fotovoltaica era cara, hoy en día es más barata que la energía producida con combustibles fósiles. Así debemos reconocer y divulgar este hecho. Hoy en día las mujeres están optando por estudios doctorales en ámbitos de las energías renovables y en algunas instituciones ya son la mitad de la matrícula. En aspectos de brindar energía a comunidades es importante consultarlas para que ellas definan las necesidades de acuerdo a las actividades que deseen desarrollar, sean para producir productos o servicios con valor de intercambio o de esparcimiento o de educación. La estrategia para brindar energía renovable de acuerdo al entorno (ambiental, social) debe ser definida por la comunidad misma con participación de científicos, tecnólogos y humanistas que aporten conocimiento verificable.
Objetivos
Con respecto a los objetivos del sector CTI existe la propuesta consensuada en la comunidad académica y plasmada en el documento “Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación” donde se establece que es “prioritario para el sistema de CTI hacer del conocimiento, la tecnología y la innovación, incluida la innovación social, una palanca fundamental para el crecimiento económico sustentable de México, que favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la democracia y la paz, y fortalezca la soberanía nacional”. En este mismo documento se indica que: “La transformación y expansión del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en México es un factor crucial para establecer una verdadera sociedad y economía basadas en el conocimiento y en la información, con una visión ética, de compromiso social y sustentable para conseguir el bienestar social.”
Con estas miras es claro que la generación de conocimiento es un eje transversal en el combate a la pobreza, desigualdad y deterioro del ambiente que hoy sufrimos y que la generación de indicadores que monitoricen el avance en los ODS es una de las tareas de las ciencias que manifiestan esta transversalidad.
Tanto las ciencias e ingenierías como las humanidades son actividades que las personas podemos cultivar y disfrutar por igual. Hoy más que en las épocas pasadas, la información tanto científica como tecnológica abre posibilidades muy interesantes para las ciencias sociales y humanidades y su futuro desarrollo y divulgación. La participación de la sociedad en estas actividades puede detonar interacciones entre los profesionales de las ciencias y humanidades con los no profesionales generando efectos sinérgicos en la búsqueda de soluciones a los problemas o diversificando las propias actividades o compartición de visiones. Actualmente, el sistema de educación superior con su enfoque de extensión está contribuyendo en estos aspectos.
La educación superior, basada en la generación de conocimiento, es una inversión social imprescindible; además consideramos importante mencionar que la diversidad en el sector de educación superior y de investigación es fundamental para conseguir que la construcción del conocimiento permita adaptación social que utilice la flexibilidad de los ecosistemas para otorgar versatilidad al sector empresarial en la generación de productos y servicios con valor de intercambio en el entorno local, nacional e internacional. La diversidad de instituciones participantes en el sector de educación superior: tecnológicas, politécnicas, autónomas, etc. debe garantizarse para construir una sociedad flexible y adaptable.
En este contexto es esencial reconocer que la ciencia se enmarca dentro de las actividades participativas de las personas que se dedican a ella y que no se construye con base en verdades absolutas, sino en acuerdos entre las personas que se dedican a ella basadas en información verificada.
Por lo tanto, los objetivos del sistema de CTI, además del impulso a la ciencia fundamental y de frontera, deben contemplar:
Nuevamente a manera de ejemplo puedo ilustrar algunos aspectos con un objetivo, en cuanto al ODS 7 : energía accesible y renovable. Podemos comentar que es necesario que el sector científico construya y abra bases de datos físicos, químicos o biológicos que ayuden a diseñar e implementar sistemas renovables como sistemas fotovoltaicos o eólicos para producir electricidad o sistemas termosolares para calentamiento de fluidos necesarios en algún proceso productivo o sanitario. Hoy en día es necesaria la formación de talento en los niveles técnicos, ingenieriles y de generación de conocimiento en los temas de las energías renovables. No contamos en el país con suficientes instaladores, diseñadores, verificadores y científicos en temas de energías renovables. La implantación de sistemas distribuidos en conjunto con sistemas centralizados generadores de energía requiere de la coordinación efectiva de diversos niveles de gobierno, empresas, organizaciones sociales y de instituciones de educación para generar, transferir, divulgar y apropiarse de conocimiento para la toma de decisiones. La construcción de soluciones locales y distribuidas de generación de energía son un verdadero ejemplo de democratización energética y empoderamiento de las personas y comunidades.
Todas las figuras de este texto fueron elaboradas en colaboración con la Lic. Celeste Morales Santiago del IER-UNAM
Participé en: Mesa 8
Las actividades científicas, tecnológicas y de innovación para la solución de los problemas nacionales. Los Objetivos del Desarrollo Sostenible (ODS) como eje transversal en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) y el Programa Especial de Ciencia, Tecnología e Innovación (PECiTI).
Hoy en día la generación de conocimiento debe contemplarse desde una perspectiva global que incluya los conocimientos desarrollados en el ámbito internacional para resolver la problemática local y global. Así, el sistema científico de una región debe responder a las demandas de los locales en un contexto internacional. Con esta visión, en un esfuerzo internacional por plantear estrategias de largo plazo, se definió la Agenda 2030 que busca monitorizar las políticas públicas hacia la sustentabilidad del planeta mediante la definición de objetivos, metas e indicadores. De esta manera, surge un acuerdo internacional al definir los 17 objetivos del desarrollo sustentable, que en forma sucinta son: (1) acabar con la pobreza, (2) hambre cero, (3) salud y bienestar para todos, (4) educación de calidad, (5) igualdad de género, (6) agua limpia y saneamiento, (7) energía asequible y no contaminante, (8) trabajo digno y crecimiento económico, (9) industria, innovación e infraestructura, (10) reducción de desigualdad, (11) ciudades y comunidades sustentables, (12) producción y consumo responsable, (13) acción por el clima, (14) vida submarina, (15) vida de ecosistemas terrestres, (16) paz, justicia e instituciones sólidas, y (17) alianzas intersectoriales. Estos objetivos contemplan que la sustentabilidad del planeta radica en considerar cuatro dimensiones, que podemos resumir como: Naturaleza, Economía, Sociedad y Organizacional (para recordarlo se puede usar la brújula de la sustentabilidad ver Fig. 1 ), para analizar cualquiera de nuestras actividades (económicas, sociales, políticas o recreacionales) y determinar la huella que dejamos al hacerla. Es importante hacer notar que la dimensión organizacional es muy importante para nuestro país ya que considera el buen gobierno como una dimensión esencial en el análisis y que esta dimensión no se contemplaba en los primeros esfuerzos por definir la sustentabilidad. Con estas bases recientemente, las instituciones dedicadas a la educación superior han reconocido la necesidad de colaborar y se ha formado la Red de Soluciones para el Desarrollo Sostenible encabezada por el Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey y la Universidad Nacional Autónoma de México que fundamenta, desde el punto de vista científico, las estrategias para brindar soluciones hacia la sustentabilidad.
Figura 1. Brújula de la sustentabilidad que representa las dimensiones de la sustentabilidad y las ligas con los 17 ODS
En el ámbito internacional y nacional se ha reconocido que la investigación en temas de la sustentabilidad global y local representan retos mayúsculos; pero que son muy relevantes para la sociedad en su conjunto y en todas las regiones, ya que aportan conocimiento para la toma de decisiones. Uno de los principales retos para conseguir los Objetivos del Desarrollo Sostenible radica en la definición de las formas de medir el camino hacia su cumplimiento, de aquí que una de las principales tareas para el sector científico sea la determinación de los indicadores idóneos para medir ese tránsito hacia la sustentabilidad. El entrelazamiento de los ODS se observa en que cada uno de ellos está relacionado con las diferentes dimensiones de la sustentabilidad y, por lo tanto, para cumplirlos se requiere de estrategias multidimensionales tanto en aspectos ambientales, económicos, sociales y organizacionales pasando por su implementación en los diferentes niveles: globales, regionales y locales. El seguimiento de la evolución en el cumplimiento de los ODS requiere de un marco de indicadores donde las metodologías científicas son imprescindibles. La ciencia puede fundamentar los procedimientos para monitorizar estos indicadores que deben tanto depender de las características de las regiones como incorporar sus diversidades sociales, ambientales y culturales. La integración entre el conocimiento empírico, desarrollado por personas locales, y el conocimiento científico es necesaria para mejorar el entendimiento de las interrelaciones y sinergias que las estrategias pueden brindar al cumplimiento de los ODS en cada región.
Desde mi perspectiva, debe quedar claro que el sector científico mexicano es profesional y presenta un impacto positivo en la ciencia global; sin embargo los datos indican que el impacto en la sociedad todavía no es el deseable, analicemos algunos datos.
Figura 2. Esquema que representa esquemáticamente que la inversión en ciencia y tecnología correlaciona con la ausencia de pobreza
Primero debemos enmarcar a la ciencia en el contexto social y reconocer que la desigualdad en nuestro país es lacerante, ya que un 43\% de la población está por debajo de la línea de pobreza, que incluso comparado con otros países latinoamericanos es lamentable. Estos datos son más lamentables cuando vemos que el porcentaje del PIB dedicado a actividades científicas correlaciona con la pobreza (ver Fig. 2). Por ejemplo, Brasil y Venezuela reportan un 10\% y 33\% de personas por debajo de la línea de pobreza; mientras que en Corea y Alemania el porcentaje en este rubro es insignificante.
Figura 3. Esquema que representa esquemáticamente que la inversión en ciencia y tecnología correlaciona con el menor número de científicos
Con este simple gráfico de la desigualdad abordemos lo tocante al número de personas dedicadas a actividades científicas, en Brasil y Venezuela se reportan a 2.5 y 9 personas por cada 10 mil habitantes; en cambio Corea y Alemania reportan 71 y 49; mientras que en nuestro país somos solamente 3 personas dedicadas a la ciencia por cada 10 mil habitantes. El porcentaje del PIB dedicado como presupuesto a actividades científicas en estos países es: 2.94\% Alemania, 4.24\% Corea, 1.28\% Brasil, 0.25\% Venezuela y menos del 0.5\% del PIB en nuestro país (ver Fig. 3). Con tan magra inversión en la generación de conocimiento de nuestra sociedad no podemos augurar una intervención positiva en la disminución de la pobreza, así es de esperar que el impacto del sector científico no sea el que deseamos.
Figura 4. Esquema que representa las contribuciones de las universidades, las familias de patentes y el índice h de los artículos de los países que se usan para ilustrar el punto de GII, 2017
Para reforzar mi dicho analicemos otro indicador global: el Índice Global de Innovación que nos coloca en el lugar 31 de 64 países y donde Alemania, Corea y Brasil ocupan los lugares 4, 9 y 28, respectivamente, indicando que requerimos mejorar la actividad en este sector de innovación. Es importante mencionar que este índice de innovación es una combinación de indicadores de ciencia y de desempeño empresarial. Un análisis más detallado señala que los indicadores académicos que componen este índice muestran un mejor desempeño que los indicadores empresariales como podemos ver el lugar que ocupan nuestras universidades y el número $h$ de nuestros artículos impacta mayormente en el índice en comparación con el número de familias de patentes que es un indicador del sector empresarial e industrial (situación que se ilustra en la Fig. 4). Esta situación reclama que haya una mayor participación de la inversión privada en actividades científico tecnológicas con una verdadera vocación innovadora que transforme al sector económico hacia un sector basado en la generación de productos o servicios con alto valor agregado que promoverá el desempeño económico y, dada la actividad económica basada en conocimiento, generará un sesgo al bienestar social.
Estrategias
Con esta información en mente, regresemos a los ODS que contemplan claramente objetivos que hoy estamos convencidos que deben ser abordados en nuestro país: Fin a la pobreza y hambre, asegurar la vida saludable y educación de calidad, combate al cambio climático y la protección al ambiente desde lo local a lo global.
Al observar los 17 ODS podemos notar que se requiere la participación de todas la ciencias y las humanidades para definir las políticas públicas que permitan cumplirlos en forma local y global y, más importante, definir los indicadores específicos correspondientes a cada región que permitan darle seguimiento a estas políticas. Así desde el sector científico, para conseguir los ODS podemos proponer algunas estrategias:
- Reconocer que la ciencia es una actividad humana que ayuda a la construcción de un mundo sustentable y que la ciencia básica es uno de los principales requerimientos para la innovación tecnológica y social, que conlleva a la actividad económica basada en productos o servicios de alto valor y que puede promover la armonía con el ambiente e inversión en el largo plazo.
- Incrementar la diversidad en el sector científico consolidando la equidad de género y construyendo un amplio espectro de actores, incluyendo grupos subrepresentados y minorías en el quehacer científico.
- Fortalecer la educación científica incrementando la divulgación de la ciencia y construyendo talento y entendimiento científico en todos los niveles educativos.
- Invertir en educación y generación de conocimiento mediante becas para programas científicos fomentando la participación de las minorías sin menoscabo de la excelencia.
- Incrementar el presupuesto a ciencia, tecnología e innovación al asignar el 1\% PIB para labores científicas y tecnológicas promoviendo la participación activa del sector privado para construir y consolidar la infraestructura científico tecnológica en escuelas, universidades, centros públicos de investigación y sector industrial y empresarial.
- Promover un sector científico integrado abordando las cuatro dimensiones de la sustentabilidad considerando aspectos sociales, económicos, ambientales y de buen gobierno con perspectivas tanto disciplinarias como fomentando la inter-, multi- y transdisciplina sin olvidar la colaboración local, regional nacional e internacional.
En esta última estrategia, es importante que las minorías y sectores relegados sean incluidos en las políticas de Ciencia Tecnología e Innovación (CTI) y una forma de asegurar esta inclusión es tomar como referencia los ODS y el marco dimensional de la sustentabilidad.
La perspectiva que debemos tomar al abordar estas estrategias es la de teoría de sistemas y con ello debemos considerar la argumentación de Donella Meadows, en "Thinking in Systems" y de Elinor Ostrom en "Understanding Institutional Diversity": referente a que los sistemas e instituciones deben ser evaluados con base en su desempeño y de ser posible por agentes externos; además de mostrar flexibilidad para responder ante situaciones diversas. En este sentido el sector científico también debe estar sujeto a las evaluaciones externas, como lo ha estado, y a contemplar diversidad de organizaciones, disciplinas y por supuesto de opiniones en su seno. De aquí la importancia de concebir un sistema CTI con una amplia diversidad de actores. La construcción de un sistema CTI flexible con diversidad de opinión garantiza involucrar las dimensiones de la sustentabilidad y la selección de soluciones basadas en conocimiento local y global.
Precisamente la generación de conocimiento local debe contribuir al conocimiento global y la ciencia internacional puede contribuir en la construcción de soluciones reales y de largo plazo.
Estas estrategias se pueden ilustrar con ejemplos en el ámbito de las energías renovables que contribuye directamente al ODS 7. Las energías renovables brindan la oportunidad a la población para que ella genere su propia energía y ha sido la ciencia y la tecnología que han contribuido en este aspecto. Hace algunas décadas, por ejemplo, la energía solar fotovoltaica era cara, hoy en día es más barata que la energía producida con combustibles fósiles. Así debemos reconocer y divulgar este hecho. Hoy en día las mujeres están optando por estudios doctorales en ámbitos de las energías renovables y en algunas instituciones ya son la mitad de la matrícula. En aspectos de brindar energía a comunidades es importante consultarlas para que ellas definan las necesidades de acuerdo a las actividades que deseen desarrollar, sean para producir productos o servicios con valor de intercambio o de esparcimiento o de educación. La estrategia para brindar energía renovable de acuerdo al entorno (ambiental, social) debe ser definida por la comunidad misma con participación de científicos, tecnólogos y humanistas que aporten conocimiento verificable.
Objetivos
Con respecto a los objetivos del sector CTI existe la propuesta consensuada en la comunidad académica y plasmada en el documento “Hacia la consolidación y desarrollo de políticas públicas en ciencia, tecnología e innovación” donde se establece que es “prioritario para el sistema de CTI hacer del conocimiento, la tecnología y la innovación, incluida la innovación social, una palanca fundamental para el crecimiento económico sustentable de México, que favorezca el desarrollo humano, posibilite una mayor justicia social, consolide la democracia y la paz, y fortalezca la soberanía nacional”. En este mismo documento se indica que: “La transformación y expansión del Sistema de Ciencia, Tecnología e Innovación en México es un factor crucial para establecer una verdadera sociedad y economía basadas en el conocimiento y en la información, con una visión ética, de compromiso social y sustentable para conseguir el bienestar social.”
Con estas miras es claro que la generación de conocimiento es un eje transversal en el combate a la pobreza, desigualdad y deterioro del ambiente que hoy sufrimos y que la generación de indicadores que monitoricen el avance en los ODS es una de las tareas de las ciencias que manifiestan esta transversalidad.
Tanto las ciencias e ingenierías como las humanidades son actividades que las personas podemos cultivar y disfrutar por igual. Hoy más que en las épocas pasadas, la información tanto científica como tecnológica abre posibilidades muy interesantes para las ciencias sociales y humanidades y su futuro desarrollo y divulgación. La participación de la sociedad en estas actividades puede detonar interacciones entre los profesionales de las ciencias y humanidades con los no profesionales generando efectos sinérgicos en la búsqueda de soluciones a los problemas o diversificando las propias actividades o compartición de visiones. Actualmente, el sistema de educación superior con su enfoque de extensión está contribuyendo en estos aspectos.
La educación superior, basada en la generación de conocimiento, es una inversión social imprescindible; además consideramos importante mencionar que la diversidad en el sector de educación superior y de investigación es fundamental para conseguir que la construcción del conocimiento permita adaptación social que utilice la flexibilidad de los ecosistemas para otorgar versatilidad al sector empresarial en la generación de productos y servicios con valor de intercambio en el entorno local, nacional e internacional. La diversidad de instituciones participantes en el sector de educación superior: tecnológicas, politécnicas, autónomas, etc. debe garantizarse para construir una sociedad flexible y adaptable.
En este contexto es esencial reconocer que la ciencia se enmarca dentro de las actividades participativas de las personas que se dedican a ella y que no se construye con base en verdades absolutas, sino en acuerdos entre las personas que se dedican a ella basadas en información verificada.
Por lo tanto, los objetivos del sistema de CTI, además del impulso a la ciencia fundamental y de frontera, deben contemplar:
- Facilitar el acceso al conocimiento científico y mejorar los procesos y mecanismos de transferencia y divulgación de conocimiento y tecnología, generados en las instituciones de educación superior y en los centros públicos de investigación.
- Fomentar la generación de talento en ciencia, tecnología e innovación desde la llamada ciencia básica, considerando que solamente existe una clase de ciencias: las aplicables, hasta la innovación por parte del sector empresarial contemplando las características ambientales y culturales de las diferentes regiones.
- Fomentar la divulgación del pensamiento científico y humanístico en todos los sectores sociales, así como buscar diferentes formas de acercamiento con organizaciones de la sociedad civil para la construcción, transferencia e intercambio de conocimientos y experiencias, respetando y construyendo diversidad.
- Coadyuvar mediante la generación de conocimiento científico y tecnológico a la búsqueda de soluciones que contribuyan positivamente a elevar los niveles de bienestar de la población mexicana, atendiendo en particular a los grupos vulnerables y con un enfoque hacia la sustentabilidad.
- Institucionalizar una coordinación efectiva entre todos los niveles de gobierno, la iniciativa privada, el sector social, las instituciones de educación superior y los centros públicos de investigación para fortalecer las tareas de vinculación en CTI; además de intensificar el intercambio entre las diversas instituciones de educación superior a lo largo del país, con el fin de compartir el conocimiento generado y propiciar su apropiación por parte de la población en general.
- Construir participativamente planes estratégicos con indicadores para abordar los ODS en todas las regiones contemplando sus diversidades culturales, sociales y ambientales basados en conocimiento y en la identificación de las ausencias de información.
Nuevamente a manera de ejemplo puedo ilustrar algunos aspectos con un objetivo, en cuanto al ODS 7 : energía accesible y renovable. Podemos comentar que es necesario que el sector científico construya y abra bases de datos físicos, químicos o biológicos que ayuden a diseñar e implementar sistemas renovables como sistemas fotovoltaicos o eólicos para producir electricidad o sistemas termosolares para calentamiento de fluidos necesarios en algún proceso productivo o sanitario. Hoy en día es necesaria la formación de talento en los niveles técnicos, ingenieriles y de generación de conocimiento en los temas de las energías renovables. No contamos en el país con suficientes instaladores, diseñadores, verificadores y científicos en temas de energías renovables. La implantación de sistemas distribuidos en conjunto con sistemas centralizados generadores de energía requiere de la coordinación efectiva de diversos niveles de gobierno, empresas, organizaciones sociales y de instituciones de educación para generar, transferir, divulgar y apropiarse de conocimiento para la toma de decisiones. La construcción de soluciones locales y distribuidas de generación de energía son un verdadero ejemplo de democratización energética y empoderamiento de las personas y comunidades.
Todas las figuras de este texto fueron elaboradas en colaboración con la Lic. Celeste Morales Santiago del IER-UNAM
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