En mis pláticas cotidianas me comentan frecuentemente sobre que las fuentes renovables no son soluciones completas, mencionando ejemplos de comunidades afectadas por un uso no adecuado de la generación eléctrica con renovables. Por eso digo que el concepto de energías renovables es técnico y se refiere a la energía generada con una fuente que se usa a una tasa menor de la que se renueva. En cambio, el concepto de energía sustentable involucra soluciones energéticas que consideran las dimensiones de la sustentabilidad y la energía sustentable si es una forma de solución energética para entornos locales considerando sus diferentes capacidades. ¿Qué sucede en nuestro país? o en el mundo en este tema.
En el ámbito de la energía y en particular en cuanto a electricidad se dice que nuestro país tiene una amplia cobertura, ya que más del 98 % de la población tiene acceso a la electricidad. Efectivamente, el fluido eléctrico llega a la mayoría de la población en México. Sin embargo, es importante enfatizar que no solamente debemos poner atención en el hecho de que en nuestros domicilios haya la posibilidad de usar la electricidad, sino que debemos evaluar si esa electricidad es energía de calidad. Por supuesto, que en estos temas hay algunos que son más técnicos como la frecuencia, el voltaje y la intermitencia del servicio que hace que no tengamos la electricidad de calidad que se tiene en otros lugares del mundo. Sin embargo, podemos indicarlos en términos de uso.
Por ejemplo, cuando llegué a Cuernavaca hace unos 30 años en la zona de Ocotepec teníamos un problema de voltaje alto. Esta situación implicaba que los aparatos electrónicos se descomponían con facilidad en cambio en la Unidad Habitacional Morelos había voltaje bajo y los refrigeradores se descomponían más frecuentemente. El servicio eléctrico debe ser evaluado considerando que esté disponible para ser usado por las personas. Recordemos que la energía en sí misma no es un fin, sino que es el medio para que tengamos satisfactores y beneficios. Es más hay lugares en nuestro país donde el servicio eléctrico no puede alimentar máquinas para que las personas utilicen la energía para ofrecer productos o servicios con valor de intercambio.
Recientemente, se publicó un artículo en la revista Nature Energy donde se menciona que el acceso a la electricidad de calidad facilita las actividades para generar bienes o servicios, que a su vez contribuyen al crecimiento económico de las localidades. Pero el crecimiento no puede sostenerse sin abordar la desigualdad de género en varias esferas, incluidas las barreras que enfrentan las mujeres para construir sus formas de obtener ingresos. Aunque el artículo se refiere a un entorno africano, el ampliar las oportunidades para las mujeres que emprenden actividades económicas son de las políticas que deben ser implantadas también en la región Latino Americana y en nuestro país.
Hace varias décadas el llevar electricidad de calidad a lugares apartados o lugares donde la población no podía pagarla era una labor titánica y no económicamente posible. Sin embargo, el uso de sistemas de generación distribuida con fuentes renovables de electricidad a pequeña escala es hoy en día una posibilidad real y factible para brindar acceso a la energía de calidad a esa proporción de la población. Estos sistemas distribuidos contribuyen a la creación de empresas y a empleos locales con salarios dignos y especializados. En regiones complicadas como Tanzania se informa se ha encontrado que el acceso a la energía proporcionada por estos sistemas de electricidad renovable a pequeña escala cambia la dinámica empresarial y fomenta la innovación, pero reproduce las estructuras que determinan la asignación de energía y recursos en las comunidades locales.
Sin embargo, un punto importante a señalar es que el uso de las fuentes renovables de forma distribuida no equilibra de inmediato las desigualdades de género que existen en nuestras sociedades. El estudio en Tanzania apuntó que las desigualdades en la forma de posesión de la tierra, el acceso a créditos, las posibilidades de comprar, gestionar y manejar de maquinaria entre otras inequidades imposibilitaron el desarrollo igualitario entre varones y mujeres en el aprovechamiento de las fuentes renovables distribuidas. Podríamos encontrar situaciones similares en la región Latino Americana.
Con estas ideas quiero enfatizar que si bien la generación distribuida con fuentes renovables de energía es una solución técnica y económicamente viable, es necesario revisar con detalle los otros aspectos relacionados con las dimensiones social y organizacional de la sustentabilidad.
En síntesis, la energía renovable no garantiza que el uso de energía sea sustentable. Por esa razón, debemos procurar que nuestras acciones consideren los cuatro pilares de la sustentabilidad, la Naturaleza, la Economía, lo Social y la Organización específica de la región y de la población donde se utilizarán las fuentes renovables.
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