miércoles, 12 de junio de 2024

Dialogar para deconstruir y construir

¿Qué esperamos para nuestro futuro cercano y que impacte positivamente en nuestro futuro a largo plazo? Este tipo de pregunta es de las que más ha estado rondado por nuestras cabezas en estos tiempos de elecciones. Esta situación no solo está sucediendo en México, sino en muchos lugares del mundo, ya que estamos en plenas elecciones en una buena porción del planeta. Por ejemplo en El Salvador la mayoría ha decidido reelegir al Nayib Bukele como presidente, en México el triunfo de Claudia Sheinbaum como la primera presidenta. En Morelos, el estado donde vivo, Margarita González Saravia será la primera gobernadora. Esta semana, en las elecciones para el parlamento europeo, los grupos de derecha obtuvieron el respaldo de la población.
Aunque no parezca, estos resultados tienen que ver con la desilusión que la mayoría de la población está percibiendo de la situación actual (estatus quo) y parece que se apunta hacia las transformaciones y ruptura con las instituciones actuales o al menos de como las conocemos.
Observamos que no son elecciones tradicionales, al menos como las que viví en el siglo pasado, en el sentido de izquierdas o derechas. Los colores de la opción ciudadana no son unívocos, sino que parece ser que se intenta explorar por otras vías diferentes a las institucionales. Estos hechos nos invitan a la reflexión. En el contexto mexicano, en los últimos siglos, no se ha podido disminuir la situación de pobreza de una porción cercana al 50 % de la población. En el mundo cerca del 40 % de la población vive con menos cinco dólares al día, que claramente no alcanza para salir de la pobreza. La situación actual, en regiones donde la población puede elegir a quien gobierne, la selección de propuestas de ruptura se aprecia como la que más promete. Parece ser que esta situación indica que estamos pensando en el futuro cercano y no en el largo plazo que se vislumbra incierto.
También en estos días, nos hemos percatado de los cambios globales que hemos producido en el clima del planeta y lo que se veía improbable, ahora es lo cotidiano. Las olas de calor y sequías están afectando nuestras poblaciones y los eventos meteorológicos extremos están presentándose con mayor frecuencia e intensidad. Para mí, las acciones que debemos adoptar para mitigar, adaptarnos y combatir este cambio climático son de carrera larga, es decir, nuestras acciones no tienen impacto inmediato y hasta parecieran que no sirven, que no disminuyen las desigualdades. Por esta razón, es necesario alertar a la población en general de estos hechos, con datos e información para buscar las estrategias a largo plazo que consideren el día a día.

Imagen generada con inteligencia artificial mediante la frase: "Image of a scene alive with vibrant colors and infectious joy as the sun casts its golden glow over a picturesque Latin American city. The cobblestone streets hum with energy as happy people stroll leisurely, their laughter mingling with the melodic rhythms of street musicians." en leonardo.ai.

Dentro de las acciones de ruptura están las propuestas de cambio de la estructura de nuestras ciudades y pensar en ciudades o vecindarios pequeños, donde la población pueda realizar la mayoría de sus actividades económicas, sociales, culturales, educativas y de esparcimiento en distancias caminables o de movilidad no motorizada. Esto implica la ruptura con el actual modo basado en el transporte individual con vehículos de combustión interna. En este sentido, el cambio hacia un transporte público eléctrico no solo implica el cambio de combustible, sino la transformación de la infraestructura urbana para acoplar eficientemente el transporte público con la movilidad no motorizada
A pesar de muchas personas u organizaciones la población parece caminar hacia la sustitución de los combustibles fósiles, parece evidente que en unos 20 años estaremos presenciando la electrificación de nuestras actividades productivas y cotidianas y esta transformación implica el uso de energías renovables o al menos limpias.
No me queda duda que en México, las acciones de Claudia Sheinbaum van en la dirección de instrumentar acciones hacia las fuentes renovables de energía, pero también se requiere de mensajes claros en esta dirección. En Morelos, he sido testigo de la construcción de estrategias sustentables para Cuernavaca; pero se requiere nuevamente de la actualización y adecuación a la situación actual y de todo Morelos. He visto las estrategias planeadas hace unos 15 años por Margarita González Saravia y considero pueden ser las bases para la construcción de un Morelos que responda a sus entornos sociales y ambientales, en plural por la diversidad de hoy.
Entendamos la ciudadanía mexicana habló y eligió, sean las razones que sean, me parece que debemos caminar colaborando.
Como lo decía al principio, son tiempos de cambios, la población en todos lados está cuestionando la forma en la que se trazaron las instituciones, ya que no han funcionado, tenemos porciones grandes de la población en pobreza. Como parte de una generación que luchó por configurar estas instituciones que pretendía responder a la población en general, me doy cuenta de que necesitamos replantear lo hecho. Para ello considero, ahora que hemos construido más conocimiento, social, ambiental y técnico, tenemos la oportunidad de construir estrategias basadas en este conocimiento y vislumbrar un futuro más lejano.
Desde mi punto de vista, la disposición para dialogar con la diversidad implica la apertura para, con argumentos, flexibilizar y en su caso modificar las posiciones. Lo he mencionado muchas veces, el diálogo con miras en el futuro lejano ayuda a encontrar las coincidencias y construir estrategias de consenso.
Redoblemos esfuerzos por dialogar y deconstruir para construir con base en el conocimiento.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 12 de junio en el periódico la Unión de Morelos.

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