Hace poco más de 5 años, en mayo de 2019, podíamos leer “La nueva política del Estado mexicano impulsará el desarrollo sostenible mediante la incorporación de poblaciones y comunidades a la producción de energía con fuentes renovables… La transición energética dará pie a impulsar el surgimiento de un sector social en ese ramo, así como para alentar la reindustrialización del país.” Este texto está en el Plan Nacional de Desarrollo (PND) del Lic. Andrés Manuel López Obrador. En la actualidad, al paso de los años y ya que su gobierno ha terminado, podemos notar que no se cumplió esta propuesta. Hubo promesas, y muchas, que no se cumplieron.
La primera semana de este octubre la Dra. Claudia Sheimbaum Pardo, al iniciar su período como presidenta, retoma el tema de las fuentes renovables de energía y anuncia que para el 2030 se producirá electricidad hasta con un 45 % de renovables. Es claro que esta propuesta nos realínea hacia el objetivo de ser 100 % renovables para el 2050. Por supuesto que estamos deseosos de que se cumpla y que la electricidad en México se genere con renovables.
Ya en el año 2019, enfaticé que la propuesta en el PND de López Obrador era una meta posible y que merecía ser apoyada. Sin embargo, no se tomaron las medias políticas y económicas para lograrla.
Se tienen que configurar estrategias con indicadores para que se pueda monitorizar su avance, habrá que redoblar esfuerzos, hemos perdido valiosos años; pero considero factible alcanzar la meta del 45 % de renovables en la generación eléctrica.
Imagen generada con inteligencia artificial mediante la frase "Aerial photo captured by a drone of a picturesque rural town bathed in
sunlight. The town is characterized by its traditional architecture and
charming cobblestone streets. Numerous rooftops are adorned with solar
panels, showcasing a commitment to renewable energy. In the heart of the
town, a school stands out with a large, community-owned photovoltaic
system. Children and adults can be seen enjoying the school grounds,
basking in the warm sunlight and playing happily. The overall atmosphere
is one of peace, sustainability, and community spirit." en leonardo.ai
Seguramente ustedes que están leyendo estas líneas se preguntan y como le podemos lograr si hemos perdido 6 años. Comparto su opinión que hemos perdido estos años, pero tampoco íbamos por buen camino en los años anteriores. Durante el gobierno de los licenciados Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto tampoco las políticas estaban diseñadas para fomentar decididamente a las fuentes renovables. Así que en la actual administración de la Dra. Sheimbaum se pueden diseñar las estrategias que impulsen verdaderamente a las renovables y se empiece a combatir el cambio climático desde el gobierno federal alineando al sector empresarial y social con este fin.
Si bien el contexto internacional era favorable en aquel 2019 hoy en 2024 es mucho más favorable. Para sustentar esta afirmación podemos consultar los reportes de las agencias internacionales dedicadas a la energía Agencia Internacional de Energía (IEA) y la Agencia Internacional de Energías Renovables (IRENA). Ambas agencias tienen análisis que nos permiten ser optimistas. Aunque debemos aceptar que no será fácil la transición con una red de transmisión y distribución arcaica que requiere capital para transformarla en una red inteligente que adquiera información, la procese y actúe para incrementar la eficiencia y confiabilidad en el servicio eléctrico para toda la población. Hoy el servicio eléctrico deja mucho que desear en aspectos de calidad y confiabilidad para un sector muy amplio de la población. Recordemos que no es lo mismo acceso a la electricidad que un servicio de calidad y confiable.
Veamos lo que nos indica IRENA: La capacidad instalada en 2023 de energía renovable estableció un récord en 2023 con 473 GW, un aumento del 54 % en comparación con las instalaciones de 2022 que representa el mayor crecimiento anual desde el año 2000. En 2010, el costo nivelado promedio de electricidad mundial (LCOE) de la energía eólica terrestre fue un 23 % superior al LCOE medio ponderado de los combustibles fósiles. En cambio, en 2023, el LCOE medio ponderado mundial de los nuevos proyectos eólicos terrestres fue un 67 % inferior al promedio ponderado de esas soluciones alimentadas con combustibles fósiles. Lo más notable fue el cambio en la energía fotovoltaica, ya que en 2010, el LCOE promedio ponderado global de la energía solar fotovoltaica fue 414 % más alto que el LCOE promedio ponderado de la solución más barata alimentada con combustibles fósiles; sin embargo, debido a una disminución espectacular de los costos, en 2023 la energía solar fotovoltaica costó 56 % menos que la solución promedio ponderada alimentada con combustibles fósiles de menor costo. La energía fotovoltaica en estos 14 años ha bajado un 96 % su costo, no es posible decir que es más cara.
En este mismo sentido está el informe de la IEA que considerando las políticas y las condiciones del mercado actuales prevé un escenario principal 5,500 gigavatios (GW) de nueva capacidad renovable entren en funcionamiento en 2030. Esta capacidad instalada implica que las incorporaciones de capacidad renovable global seguirán aumentando cada año, hasta alcanzar casi 940 GW anuales en 2030, un 70 % más que el nivel récord alcanzado el año 2030. La energía solar fotovoltaica y la eólica juntas representan el 95 % de todo el crecimiento de la capacidad renovable hasta finales de esta década debido a su creciente atractivo económico en casi todos los países. La IEA enfatiza que el gran potencial de energías renovables que aún no se ha explotado en las economías emergentes y en desarrollo se puede materializar si se mejoran las políticas. Los elevados costos de financiamiento reducen el atractivo económico de las energías renovables en la mayoría de las economías emergentes y en desarrollo. Otro reto importante es la débil infraestructura de la red. Esto ya lo habíamos señalado en el caso de México. Para solucionar estos problemas, la IEA propone medidas para reducir los riesgos, como la creación de entornos normativos estables con objetivos claros a largo plazo. En los países con exceso de capacidad de combustibles fósiles con contratos a largo plazo, los responsables de las políticas podrían considerar la posibilidad de renegociar los contratos de energía y combustibles para acelerar la eliminación gradual de las plantas de combustibles fósiles. Esta última recomendación, considero, es una de las más importantes y que indica que la compra de plantas generadoras de electricidad con combustibles fósiles en el sexenio pasado no fue una buena idea. Adicionalmente señala que la inversión en infraestructura de las redes eléctricas está retrasada en el mundo. Esta es la situación en el mundo y en nuestro país también.
Necesitamos transitar hacia las fuentes renovables de energía, hacer eficiente el uso de la energía y promover que la energía sea de calidad para la mayoría de la población. Vamos tarde como país y como población mundial; pero los análisis económicos, técnicos y sociales nos indican que podemos transitar hacia un uso menos dañino de la energía en todos los sectores de la economía y de los servicios sociales. No perdamos esta oportunidad nuevamente.
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