En estas páginas hemos mencionado muchas veces que buscamos un desarrollo sustentable y que apuntamos a una sociedad del conocimiento. Hemos mencionado que no basta con decir que pertenecemos a la era de la información, donde estamos bombardeados de datos, noticias y propaganda, sino que deseamos transitar a una sociedad que se apropie del conocimiento para poder tomar decisiones con fundamento.
En la actualidad vemos como los mercados cambian cada día, nuevas tecnologías aparecen, los productos nacen y caducan instantes después. Ante esto solamente las empresas que se renuevan, se centran en resultados y generan nuevo conocimiento sobreviven. Esto último contrasta con las anteriores estructuras organizacionales caracterizadas por ser verticales, jerárquicas o piramidales que fragmentan el conocimiento, que se centran en los procedimientos y evitan la integración de los procesos.
En los últimos años se han producido diversos estudios en administración para flexibilizar y renovar esas estructuras piramidales o jerárquicas. Así nace la estructura en red.
Considero esto es obvio para las empresas, pero pregunto será válido solamente para ellas o también otras organizaciones deberán cambiar. Cuando me refiero a organizaciones estoy pensando en gobierno o instituciones de educación.
La pregunta fundamental es: ¿Nuestras organizaciones responden a las necesidades de esta era del conocimiento?
En mi opinión, en la sociedad del conocimiento, las organizaciones deben ser diferentes a aquellas en las que nos hemos desarrollado y transitar hacia configurarse como entes capaces de concebir su propio cambio. En otras palabras la sociedad del conocimiento requiere una reconfiguración radical de las organizaciones, es decir, de las empresas, de las universidades, de las llamadas organizaciones civiles, ya que ahora sus intereses y dominios se superponen más que nunca.
Déjenme abundar en el tema de las universidades. Hoy existe un aumento de la demanda de educación superior para resolver problemas locales sin descuidar su internacionalización. La investigación es uno de los factores dominantes del cambio para la universidad que impulsa nuevas expectativas sobre su papel y sus relaciones con la sociedad (empresa, gobierno, entorno social). La nueva universidad y la sociedad del conocimiento están relacionadas por nuevas trayectorias de transformación en el contexto de la economía del conocimiento que debe atender tanto las particularidades del entorno inmediato como del global. Además, las instituciones de educación superior generan conocimiento y esto implica transitar por caminos desconocidos, poco certeros. En ellas existe una intensa interacción entre diferentes expertos para formar personas creativas y para diseñar e implantar soluciones a la compleja problemática que enfrentamos. Todo lo anterior demanda características a las organizaciones para que respondan como un ente inteligente que pueda anticipar su cambio a un entorno dinámico y en evolución.
La formas de organización piramidales o matriciales han probado que no pueden resolver las contradicciones entre los diversos expertos, contender con dinámicas complejas y propiciar un ambiente que promueva la creatividad necesaria en organizaciones generadoras de conocimiento. Es decir este tipo de organizaciones, en el que crecimos, no es el adecuado para contender con una problemática como la actual.
Hoy, en el mundo, se propone una Organización en Red, como una forma inteligente de dar respuesta a las situaciones de crecimiento autogenerado, identificando los ciclos y procesos flexibles de adaptación al medio complejo real, utilizando reglas mínimas de conectividad adquiriendo un mayor volumen de crecimiento individual y colectivo. Esta organización en red puede realizar auto correcciones, generando nuevas conexiones, cuando algunos circuitos parciales fallan. Esta flexibilidad le da una acción auto reparadora, que no poseen las organizaciones jerárquicas. Estas últimas limitan la creatividad y la adaptación de la organización, imponiendo restricciones artificiales a las partes en conflicto. La organización en red genera grupos que tienen sensibilidad y experiencia común para enfrentar distintas situaciones de crecimiento compartidas y da respuestas consensuadas.
Una organización en red debe tomar conciencia de la complejidad a la que enfrenta y de la relación diferente entre las personas o grupos que la conforman o sea pensar en relaciones y procesos más que en entes, es decir, concebirse en red.
Una organización en red sabe enfrentar fenómenos aparentemente desordenados e identifica que ellos pueden ser abordados caso por caso encontrando flujos de información, ideas, herramientas y procesos viables donde pareciera una situación caótica. Para ello es necesario crear un conjunto de estrategias que conformen una dirección lo suficientemente flexible y ancha para ser certera y conseguir el resultado esperado. En la organización en red todas las personas o grupos pueden crecer si entrenan su forma de percibir la complejidad del nuevo esquema de posibilidades para desarrollarse.
Este enfoque es interesante para construir nuevas estructuras organizativas en instituciones de educación superior que respondan a la sociedad del conocimiento.
Para construir una organización en red es importante identificar los resultados deseados para definir los objetivos y abstraer los procesos de los productos para definir las posibles relaciones virtuosas entre los entes que conforman la organización. En esta tarea es importante separar los productos de los procesos y generar un ambiente agradable de trabajo para fomentar la creatividad.
Por estas razones considero importante reflexionar sobre la pertinencia de enredar a nuestras universidades, es decir, reconfigurarlas y darles una organización en red.
Quizá sea hora de pensar en nuevas formas conformacionales para todas nuestras organizaciones que respondan a nuestras expectativas de transformación de nuestra sociedad en una que promueva la democracia, el desarrollo y el bienestar social.
En la actualidad vemos como los mercados cambian cada día, nuevas tecnologías aparecen, los productos nacen y caducan instantes después. Ante esto solamente las empresas que se renuevan, se centran en resultados y generan nuevo conocimiento sobreviven. Esto último contrasta con las anteriores estructuras organizacionales caracterizadas por ser verticales, jerárquicas o piramidales que fragmentan el conocimiento, que se centran en los procedimientos y evitan la integración de los procesos.
En los últimos años se han producido diversos estudios en administración para flexibilizar y renovar esas estructuras piramidales o jerárquicas. Así nace la estructura en red.
Considero esto es obvio para las empresas, pero pregunto será válido solamente para ellas o también otras organizaciones deberán cambiar. Cuando me refiero a organizaciones estoy pensando en gobierno o instituciones de educación.
La pregunta fundamental es: ¿Nuestras organizaciones responden a las necesidades de esta era del conocimiento?
En mi opinión, en la sociedad del conocimiento, las organizaciones deben ser diferentes a aquellas en las que nos hemos desarrollado y transitar hacia configurarse como entes capaces de concebir su propio cambio. En otras palabras la sociedad del conocimiento requiere una reconfiguración radical de las organizaciones, es decir, de las empresas, de las universidades, de las llamadas organizaciones civiles, ya que ahora sus intereses y dominios se superponen más que nunca.
Déjenme abundar en el tema de las universidades. Hoy existe un aumento de la demanda de educación superior para resolver problemas locales sin descuidar su internacionalización. La investigación es uno de los factores dominantes del cambio para la universidad que impulsa nuevas expectativas sobre su papel y sus relaciones con la sociedad (empresa, gobierno, entorno social). La nueva universidad y la sociedad del conocimiento están relacionadas por nuevas trayectorias de transformación en el contexto de la economía del conocimiento que debe atender tanto las particularidades del entorno inmediato como del global. Además, las instituciones de educación superior generan conocimiento y esto implica transitar por caminos desconocidos, poco certeros. En ellas existe una intensa interacción entre diferentes expertos para formar personas creativas y para diseñar e implantar soluciones a la compleja problemática que enfrentamos. Todo lo anterior demanda características a las organizaciones para que respondan como un ente inteligente que pueda anticipar su cambio a un entorno dinámico y en evolución.
La formas de organización piramidales o matriciales han probado que no pueden resolver las contradicciones entre los diversos expertos, contender con dinámicas complejas y propiciar un ambiente que promueva la creatividad necesaria en organizaciones generadoras de conocimiento. Es decir este tipo de organizaciones, en el que crecimos, no es el adecuado para contender con una problemática como la actual.
Hoy, en el mundo, se propone una Organización en Red, como una forma inteligente de dar respuesta a las situaciones de crecimiento autogenerado, identificando los ciclos y procesos flexibles de adaptación al medio complejo real, utilizando reglas mínimas de conectividad adquiriendo un mayor volumen de crecimiento individual y colectivo. Esta organización en red puede realizar auto correcciones, generando nuevas conexiones, cuando algunos circuitos parciales fallan. Esta flexibilidad le da una acción auto reparadora, que no poseen las organizaciones jerárquicas. Estas últimas limitan la creatividad y la adaptación de la organización, imponiendo restricciones artificiales a las partes en conflicto. La organización en red genera grupos que tienen sensibilidad y experiencia común para enfrentar distintas situaciones de crecimiento compartidas y da respuestas consensuadas.
Una organización en red debe tomar conciencia de la complejidad a la que enfrenta y de la relación diferente entre las personas o grupos que la conforman o sea pensar en relaciones y procesos más que en entes, es decir, concebirse en red.
Una organización en red sabe enfrentar fenómenos aparentemente desordenados e identifica que ellos pueden ser abordados caso por caso encontrando flujos de información, ideas, herramientas y procesos viables donde pareciera una situación caótica. Para ello es necesario crear un conjunto de estrategias que conformen una dirección lo suficientemente flexible y ancha para ser certera y conseguir el resultado esperado. En la organización en red todas las personas o grupos pueden crecer si entrenan su forma de percibir la complejidad del nuevo esquema de posibilidades para desarrollarse.
Este enfoque es interesante para construir nuevas estructuras organizativas en instituciones de educación superior que respondan a la sociedad del conocimiento.
Para construir una organización en red es importante identificar los resultados deseados para definir los objetivos y abstraer los procesos de los productos para definir las posibles relaciones virtuosas entre los entes que conforman la organización. En esta tarea es importante separar los productos de los procesos y generar un ambiente agradable de trabajo para fomentar la creatividad.
Por estas razones considero importante reflexionar sobre la pertinencia de enredar a nuestras universidades, es decir, reconfigurarlas y darles una organización en red.
Quizá sea hora de pensar en nuevas formas conformacionales para todas nuestras organizaciones que respondan a nuestras expectativas de transformación de nuestra sociedad en una que promueva la democracia, el desarrollo y el bienestar social.
Una versión previa de este artículo fue publicado el día 4 de Diciembre
Las redes sociales son un ben ejemplo de que el concepto funciona,..en las universidades existen redes de diversas categorías,sin embargo estas son generalmente informales, la clave del funcionamiento es que el liderazgo se tiene que saber delegar de acuerdo al proyecto, trabajo o etapa. Un lider o profesor que no tiene una red de colaboradores que le informen, lo apoyen, adviertan,etc, es posible que no magnifique su potencial. Aqui el reto es como aprender a trabajar en red en un esquema de ganar ganar,
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