miércoles, 10 de abril de 2019

Extraigamos el petróleo, vendámoslo, pero no lo quememos.

El pasado 21 de marzo la Secretaria de Energía, la Ing. Rocío Nahle, comentó que México es pionero en la generación de energía limpia. Desde mi opinión, las acciones iniciales en temas energéticos y lenguaje no coincide con esta afirmación. Primero tengo que aclarar nuevamente que en campaña, el Lic. Andrés Manuel López Obrador era el único candidato que usaba el concepto de energías renovables, en lugar del de energías limpias. Ya en esta columna he comentado varias veces que la Ley de Transición Energética define a las energías limpias como: las energías renovables, la energía nuclear y a las energías que generen electricidad eficientemente; ejemplo de esta última son las plantas termoeléctricas de ciclo combinado (que normalmente queman gas natural). Recordemos que las energías renovables son aquellas que se usan a una tasa menor de la que se producen y no emiten gases de efecto invernadero que cambian la composición de la atmósfera; por lo tanto, este tipo de fuentes renovables son las únicas que verdaderamente evitan el cambio climático antropogénico. Así, el uso del concepto de energías limpias es un retroceso hacia las políticas de anteriores sexenios. En el mundo cuando se habla de energía limpia solamente se considera a las renovables y la energía nuclear. En cambio el Coordinador de Energía Renovables de la SENER, Luis Abelardo González, ha mencionado que para fin de este sexenio la generación de electricidad será del 40% con energías renovables. Este último compromiso me parece totalmente adecuado y accesible en nuestras condiciones, solamente requerimos definir estrategias para seguirlas desde este momento y muchas personas estamos listas para colaborar.
Debo comentar, que en otros lugares el viraje hacia las fuentes renovables está siendo contundente. Por ejemplo, Noruega, país petrolero, que aunque ha conseguido que su petróleo verdaderamente mejore la calidad de vida de sus habitantes, está optando por un impulso sin precedentes hacia las renovables. Las inversiones de los ingresos petroleros en ese país están siendo invertidos en instalaciones de renovables, tanto eólicas como solares. Es sorprendente como Noruega un país situado en una región del mundo donde el recurso solar no es tan abundante y con variaciones anuales mucho más pronunciadas que en nuestro país, está invirtiendo en esta fuente renovable. Lo mismo podemos decir de otros países petroleros de la región del Golfo Pérsico, que aunque venden el petróleo están desarrollando su capacidad de uso de las renovables. Incluso Alemania tiene una política muy agresiva de promoción de las renovables. En particular, Alemania está impulsando la generación distribuida en una forma que produce derramas económicas directas a la población, recordemos que en este país hay más de 1,800,000 productores de electricidad con fuentes renovables. Para comparar en nuestro país estamos abajo de los cien mil.
¿Qué nos hace falta en México para virar decididamente a las fuentes renovables? Primero reconocer, que el petróleo fue una riqueza que no se difundió a la gran población en nuestro país y que cada vez tenemos menos petróleo para vender o quemar. Si bien reconocemos que una parte muy importante de nuestros ingresos es por la exportación de este recurso natural, también debemos aceptar que si lo usamos como energético estamos cambiando la composición de la atmósfera y con ello estamos incrementando las posibilidades de eventos meteorológicos extremos que causan daños principalmente a nuestra población más vulnerable y, también estamos produciendo cambios irreversibles en nuestro entorno cercano. Segundo, que las energías renovables tienen la característica de que están distribuidas en el territorio nacional y que posibilitan que cada persona genere, al menos una buena parte, la energía que utiliza. Precisamente esta posibilidad abre la puerta a una verdadera democratización de la energía propiciando su accesibilidad y sin contaminar.
Por esta razón, estoy totalmente de acuerdo cuando Luis Abelardo González comenta que debemos propiciar desarrollos para el almacenamiento de energía de las fuentes renovables y su interconexión a la red de CFE. Con estas medidas estaremos disminuyendo los efectos de la variabilidad de las fuentes renovables. Para mi, es muy importante que se promueva la creación de empresas instaladoras certificadas de sistemas pequeños para que las personas podamos generar electricidad en nuestras casas, oficinas, negocios, industrias, etc. Les recuerdo, un sencillo ejemplo, que un consultorio dental requiere del orden de 32 metros cuadrados de paneles fotovoltaicos para generar la energía que usa o que una casa con solo 16 metros cuadrados puede satisfacer su demanda de energía incluyendo la cocción de alimentos. Estos ejemplos pueden ser utilizados para estimar lo que se requiere en cada lugar.
Al empezar promoviendo campañas de instalación de fuentes renovables, podríamos iniciar una disminución sustancial en el uso del petróleo como combustible en el país y podríamos vender más barriles y con ello obtener los mismos ingresos que antes del declive de la producción petrolera mexicana; y al mismo tiempo tener una atmósfera cercana mucho más limpia. Las ventas petroleras no tienen porqué estar asociadas al uso del petróleo como energético. Tampoco la energía barata está asociada a que extraigamos el petróleo de nuestro subsuelo. Hoy en día la energía eólica o energía solar son más baratas y no tienen el problema de emitir gases contaminantes en el lugar de generación, por lo tanto optar por estas últimas fuentes de energía en conjunto con la posibilidad de generación distribuida dará la oportunidad de que nuestra población tenga acceso a energéticos limpios y baratos.
Dado que en nuestro país tenemos un recurso natural no renovable como el petróleo que nos provee de ingresos por su exportación, propongo que lo extraigamos lo vendamos o lo transformemos; pero no lo quememos que para generar energía tenemos a las fuentes renovables.


Una versión previa de este artículo fue publicada el día 10 de Abril en el periódico La Unión de Morelos.

2 comentarios:

  1. El petróleo no se quema, ni en Mexico, ni en ningún lado. Lo que se quema es el gas asociado a la extracción del petroleo.
    Realmente, no hay energías limpias, y en mi opinión debe de abandonarse el uso de ese lenguaje. Solo hay energias tradicionales consideradas no renovables, basadas en el petróleo, el gas natural y el carbón que producen como desechos o contaminantes los gases de efecto invernadero. Y por otro lado las que son consideradas renovables, y que no es que se repongan o se renueven, sino que su disponibilidad es significativamente mayor. Me refiero a las que provienen del sol, mar y el viento. Que por cierto, tampoco son limpias, pues utilizan celdas solares, celdas fotovoltaicas que tienen una vida finita y al cabo de unos años estaremos llenando el planeta de desechos SOLIDOS. Y además son tóxicos, cadmio, selenuros y muchos otros son además cancerígenos. Continuo, decir que la energia nuclear es una energía limpia? Bueno revisamos que paso en Chernovil y en Fukichima, solo por citar dos eventos. La agenda 2030 compromete a México a generar el 25% de sus requerimientos de Energía electrica, con fuentes renovables. ¿Esto realmente es posible? Pero ya nos olvidamos el tratado de Osaka?

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  2. Noticias sobre los precios del petróleo en 2040.
    Artículos y noticias sobre la evolución de los precios de petróleo en 2040.
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    12.11.2018
    petroleo 2040 AIE: “Demanda de petróleo no alcanzaría un máximo antes de 2040”
    La Agencia Internacional de Energía (AIE) dijo en su Perspectiva Energética Mundial 2018 que la demanda de petróleo no alcanzaría un máximo antes de 2040.
    El escenario central de la AIE es que la demanda crezca en torno a 1 millón de barriles por día (bpd) en promedio cada año al 2025, antes de registrar una tasa más estable de 250.000 bpd hacia el 2040, cuando alcanzará un máximo de 106,3 millones de bpd.
    AIE: “En el Nuevo Escenario de Políticas, la demanda en 2040 ha sido revisada al alza en más de 1.000.000 de bpd en comparación al panorama del año 2017, principalmente debido a un crecimiento más rápido en el corto plazo y cambios en las políticas de consumo eficiente de combustible de Estados Unidos.”
    Para el 2040 la demanda de petróleo para transporte alcanzaría los 44,9 millones de bpd, un aumento desde los 41,2 millones de bpd de 2017, mientras que la demanda industrial y petroquímica alcanzaría los 23,3 millones de bpd para ese año, desde 17,8 millones de bpd de 2017.
    Según la AIE, todo el crecimiento de la demanda global de petróleo provendrá de las economías en desarrollo, lideradas por China e India, mientras que el consumo en economías avanzadas caería más de 400.000 bpd en promedio cada año al 2040.
    La AIE espera que la producción de petróleo de Estados Unidos disminuya y que la participación de mercado de la OPEP crezca a un 45% para el 2040, desde cerca de un 30% actual…

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