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miércoles, 15 de noviembre de 2023

Acciones para incluir a la población adulta mayor

Es muy probable que hoy la población adulta mayor (mayor de 60 años) tenga un nivel de salud, y por ende una esperanza de vida mas larga, que la misma población de hace 40 años. Es decir, cada vez más personas llegan a una edad avanzada con mejor condición física que en el pasado. 
Esta situación en es una constante en muchas partes del mundo, no solo en México, y ha conducido a que en varios países se eleve la edad de jubilación. De hecho, esto mismo ha sucedido paulatinamente en nuestro país, donde ahora no solo se pide un número de semanas de trabajo sino también un mínimo de edad. Solo tengo que decir que antes no era así; solo con un número determinado de semanas o años de cotización era suficiente para optar por una jubilación.
Ya he abordado en otros textos la necesidad de incorporar a la población adulta mayor a las actividades cotidianas en convivencia con la población juvenil. La incorporación en actividades con la población infantil se establece mediante actividades de cuidados, pero puede ser más integral. Sin embargo, la participación con la población juvenil o adulta tiene retos que nuestra especie no ha experimentado a lo largo de nuestra historia. Esto último se debe a que en épocas pasadas la población adulta mayor era porcentualmente mucho menor que hoy en día.
De acuerdo con el INEGI el índice de envejecimiento, que mide la razón del número de personas mayores de 60 años por cada persona entre 0 y 14 años, creció de 16.0 en 1990 a 47.7 en 2020. Es decir, hace 30 años había menos de 20 personas adultas mayores por cada 100 menores de 14 años, hoy hay casi 50. 

Imagen generada con inteligencia artificial usando la frase "Mexican people, children, teens, mature and elder enjoying activities in a nice workshop with renewable energies" en leonardo.ai

Con estos datos tenemos que repensar la forma en que nos relacionamos intergeneracionalmente en cada etapa de nuestra vida. Los posibles enfoques deben ser integrales y abordar las características que cada etapa de la vida de las personas requiere. Sin embargo, mientras existe apoyo para la etapa infantil juvenil, se tiene un prejuicio de carga para el sector adulto de la población. Es claro que debemos cambiar esta percepción negativa y promover una compresión positiva del envejecimiento. Una comprensión de que, si bien es cierto que se van perdiendo facultades, también es cierto que se tiene más experiencia. La implementación de actividades intergeneracionales que fomenten la interacción entre diferentes grupos de edad tiende a disminuir los estereotipos y aumenta la comprensión mutua. 
Los avances tecnológicos posibilitan que la población adulta tenga una vida más saludable, pero es fundamental evitar el aislamiento y fomentar la inclusión. La misma tecnología debe responder a la inclusión mediante el reaprendizaje de actividades y maneras de hacer las cosas. Con ello un envejecimiento activo se dará la posibilidad de retomar las experiencias y esparcirlas entre otros sectores poblacionales. Estas acciones ayudarán a valorar y respetar a las personas mayores.
Lo anterior está enfocado desde la perspectiva de los sectores poblacionales diferentes al de la población mayor. Es prioritario también una reeducación de la población mayor para que aceptemos las diferentes condiciones en las que nos encontramos y poder dejar que otros sectores con capacidades diferentes retomen las actividades que antes desarrollábamos. Es más podríamos hablar de una deconstrucción activa de esta población para pasar de actividades decisorias a actividades de acompañamiento y soporte de los sectores juveniles o maduros.  
Podríamos resumir estas ideas en cuatro: Promover la participación de la población adulta mayor en actividades sociales, económicas y comunitarias. Sensibilizar a la población en general sobre la importancia de la inclusión de las personas mayores. Ofrecer apoyo a las personas mayores que se encuentren en situación de vulnerabilidad. Además, principalmente, la población adulta mayor repensarse como parte activa, de acuerdo con sus diferentes capacidades, con diferentes encargos de la población en general.
La tarea no es fácil y es otra tarea para la que nuestra historia no nos ha preparado, pero que la estamos  empezando a enfrentar, el futuro ya nos alcanzó y no estamos preparados.

Este artículo fue publicado el día 15 de noviembre

miércoles, 18 de enero de 2023

Abuelas y abuelos, los cambios en el futuro cercano.

Desde mi niñez el país con mayor población ha sido China y, durante todos años, no había dejado de crecer. Sin embargo, la noticia de que hoy ha decrecido en más de 800,000 personas en un año es un evento que merece reflexión. Primero debemos recordar que desde la década de 1980, la política poblacional demandaba que cada familia solamente tuviera un hijo o una hija. En 2016 la política cambió a dos y, muy recientemente, en 2021 a tres; no obstante, estos cambios la población ha disminuido. En la mayoría de las poblaciones existe la llamada pirámide poblacional donde hay más individuos con edades menores que con edades mayores. Esta situación se observa en la mayoría de los mamíferos y esperaríamos que esta distribución sea la misma para la población humana. Quizá debemos preguntarnos por qué cambió la política en China, qué ventajas tiene que no decrezca la población o qué ventajas tiene el que crezca. Por supuesto, hay otras preguntas, como ¿cuál sería una distribución adecuada de edades para promover el bienestar de la población en general? En México, de acuerdo con INEGI, la población sigue creciendo, y todavía se incrementará sustancialmente en los próximos años. Sin embargo, la pirámide poblacional está dejando de serlo y ya observamos una disminución de la población entre 0 y 4 años con respecto a la de entre 5 y 9 y de esta última con respecto a la de entre 10 y 14 años. Es decir, hoy, hay menor población infantil con menos de 10 años que entre los 10 y 20. La pirámide empieza a no serlo y tener una base de menor tamaño que algunas partes medias, digamos empieza a ser una especie de rombo. Adicionalmente observamos que el índice de envejecimiento de la población ha subido de 38 en 2015 a 47.7 personas mayores por cada cien infantes y jóvenes en 2020, casi un 5 % más. De continuar esta tendencia, en algunos años la población mexicana también decrecerá y antes de eso habrá una proporción mayor de personas adultas de edad que la que hay hoy en día. Algunos datos adicionales, en México la edad promedio de personas con nietos o nietas es de casi 60 años. Para el año 2050 se espera que más del 25 % de la población tenga nietos o nietas. 

Imagen creada por inteligencia artificial en https://labs.openai.com/con la frase "grandparents and grandchildren playing in a garden futuristic style"

De ser así, ¿podemos prepararnos para esta situación?, ¿podemos aprovechar esta dinámica para tener una población con mayores beneficios?, ¿qué debemos hacer?, son algunas de las preguntas que podemos hacernos.
En octubre del año pasado escribí sobre cómo podríamos incluir más a las personas de edad en actividades juveniles como la de escuchar pódcast. Insisto es muy importante empezar a incorporar cada vez más a las personas de edad en las actividades de otros sectores de la población. Aunque el papel que han desempeñado las abuelas en labores de cuidado de la población infantil ha sido sustancial. Como muestra unos dato, las mujeres que tienen apoyo de sus madres en el cuidado de sus hijos e hijas obtienen mayores ingresos, tanto que pueden perder más de la mitad de su salario cuando su madre muere. El 40 % de las abuelas en México ayuda en el cuidado maternal. Estos datos muestran una claro sesgo de género. Las labores de cuidado de las personitas puede ser realizada por los abuelos también y, con ello, empezar a equilibrar la carga del cuidado hacia la población que han llevado las mujeres por generaciones. Por supuesto, para ello se requiere empezar con los cambios en los actuales roles de género y construir masculinidades que promuevan el desarrollo de todas las personas.
La cultura mexicana es proclive a promover las labores de cuidado por parte de la abuelas, la tradición las fomenta, pero, los varones podemos involucrarnos en esas actividades y colaborar en modificar estos roles de género para promover desde la infancia la igualdad. Estas labores implican cambios tanto en la estructura familiar como en las condiciones de vida de las personas de edad y sus entornos que deben considerar su capacidades.
Las actuales condiciones, donde las familias migran lejos de sus familias originales no permite conjuntar los cuidados de los nietos y las nietas por parte de las abuelas y los abuelos. Este es otro de los retos de la sociedad en su conjunto para conseguir bienestar en todos los segmentos poblacionales. La vida en compañía de jóvenes es reconfortante y motivante para las personas de edad. Mientras que para la juventud las relaciones con sus mayores preserva la cultura, tradiciones y les permite vislumbrar su propia adultez. 
Desde mi perspectiva, es importante empezar a reflexionar sobre los aspectos culturales o sociales de involucrar a las personas de edad de una manera constructiva en el desarrollo de nuestras sociedades. Para mí, la desvinculación de las generaciones que hoy observamos es producto de perseguir opciones individualistas y de consumo sin enfocarnos en un bienestar social.

Una versión previa de este artículo fue publicado el día 18 de Enero en el periódico la Unión de Morelos.

miércoles, 5 de octubre de 2022

La Radio, los podcasts y personas de edad

Me acabo de enterar que el 30 de septiembre se celebra el día internacional del Pódcast y que se celebra desde hace ocho años. Claramente esta situación indica mi edad y que por un buen tiempo me resistía a utilizar esta forma de comunicación. La verdad es que la aparición del iPod no me llenó. Siempre había sido un asiduo escucha de la radio y no me agradaba oír siempre la misma música, es más, me encantaba escuchar los programas de Tomás Mojarro, Miguel Ángel Granados Chapa, Salvador Martínez della Roca en la Radio UNAM de los años ochentas y noventas del siglo pasado. Para mí el disfrutar de la escucha de opiniones sobre nuestra entorno cercano ha sido uno de los pasatiempos que me ayudaban a sobrellevar los largos trayectos entre la Colonia Vallejo, Ciudad Universitaria México y Chapingo, lugares donde residía, estudiaba y trabajaba. Por esta razón, la aparición del iPod a principios de este milenio, me parecía limitada al seleccionar música que estaría oyendo constantemente. Debo aclarar que también oía   Panorama del Jazz de Roberto Aymes, es decir, escuchar música es una mis actividades de esparcimiento. 
Por supuesto que para la juventud los nombres que mencioné pudieran ser historia, como lo son, pero yo los viví.
Todo lo anterior, para reiterar que estoy descubriendo otro mundo en la escucha de los pódcast y cada día me aficiono más a ellos. Ya hace unas semanas escribía sobre ellos diciendo que era una muy buena alternativa para estar informado. 
Hoy quiero enfatizar esta alternativa para que las personas mayores también estén informadas con programas de calidad y en formatos más cercanos a los que usaron en su juventud.
Recordemos que desde el segundo cuarto hasta finales del siglo pasado la radio era el medio de comunicación masiva más usado por la población. Seguro que dirán la televisión tomó ese papel, pero en nuestras sociedades la radio era más usada, ya que permitía tener actividades diferentes y solamente mantener la atención auditiva en la información, la historia de las radionovelas o realizar actividades con música.
Todo lo anterior valga para comentar que un día después del día del pódcast, 1 de octubre, se celebró el día Internacional de las Personas de Edad. En México el 14 % de la población tiene más de 60 años de edad de acuerdo con la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo Nueva Edición, según el Censo del 2020 era de 11 %, es decir, cada vez seremos más las personas de edad. En la encuesta de este 2022, del total de personas de edad el 56 % tiene entre 60 y 69 años, mientras que 30 % corresponde al intervalo de 70 a 79 años y 14 % a las personas de 80 años y más. El INEGI estima que un tercio de estas personas tenemos alguna actividad económica y que dos tercios no tienen actividad con retribución económica. Sin embargo, el 31 % de esta población se dedica a actividades domésticas, lo que indica que están participando de la cotidiana con otras personas.  De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas, las personas de edad en su mayoría tienen empleos mal remunerados, viven del apoyo de la familia o sus ingresos se limitan a las pensiones. Por otro lado, ellas notan que ya no tienen las mismas habilidades que tenían hace algunos años y suelen segregarse.

Bailando el Danzón en Parque Castillo, Orizaba


Desde mi perspectiva, el hacerlas partícipes de actividades similares a las que realizan las juventudes es una forma de revitalizarlas. Así sabiendo que toda esta población, casi 18 millones de personas en México, vivió la época de apogeo de la radio y tienen la costumbre de hacer algunas actividades manuales y escuchar otra cosa, podríamos ayudarlas a integrarse a actividades que realizan personas jóvenes como escuchar los pódcast. Esto permite que usen un aparato moderno, integrándose a actividades de jóvenes y que además les abre las puertas a un mundo prácticamente ilimitado. Ya no son solamente las estaciones de radio locales con la transmisión de programas efímeros, sino de programas grabados que pueden oírse en cualquier momento y cualquier lugar. Esto último dada la posibilidad de bajar que tienen la mayoría de las aplicaciones de pódcast. En particular, me permito recomendar el Pódcast de Google que es muy sencillo y puede seleccionar programas de otras fuentes.
Cualquier joven puede ayudar a su persona de edad favorita a configurar una aplicación de pódcast y con ello suscribirse a algunos sobre salud, noticias políticas o del entorno, educativos, de historia y hasta comedias. Seguramente le interesarán y aportarán información que posteriormente puede desatar conversaciones interesantes entre ellas, si las juventudes y las personas de edad platicando sobre lo mismo.
Recordemos que todas las personas llegaremos a ser personas de edad y que el prepararnos para ese evento incluye el involucrarse con las que hoy lo son y nos comparten su existencia con afecto y cariño.



Este artículo fue publicado el día 5 de octubre en el periódico La Unión de Morelos.

miércoles, 11 de septiembre de 2019

Apuntes para promover el uso de la bicicleta

La plasticidad de las personas nos ha permitido adaptarnos a múltiples actividades que las tecnologías nos ofrecen. No hace muchos años muchas personas con edades arriba de los sesenta años manifestaban su rechazo al uso de los llamados teléfonos inteligentes. Era común escuchar: Esa tecnología no es para mí… con un teléfono simple me basta… a eso no le voy a entender y muchas otras frases que anticipaban un rechazo hacia la tecnología de los teléfonos inteligentes. Hoy en día vemos en muchos lugares a estas personas de edad avanzada usar estos dispositivos para comunicarse cotidianamente con sus familiares y amistades. De hecho, podemos decir, que el concepto de teléfono inteligente ha pasado a la historia y las opciones de “inteligencia” son, hoy, parte indispensable de estos dispositivos. Con este ejemplo de adaptación de las personas quiero introducir otro que quizá sea más polémico y que puede ayudarnos a definir una movilidad diferente para las personas en los próximos años.
En el pasado mes de agosto fue publicado un artículo en la revista PLoSONE que analiza la seguridad de los ciclistas y, como el resultado más importante, encuentra que las personas mayores de cincuenta años son menos propensos a sufrir accidentes que la juventud ciclista. Por supuesto que este resultado parece diferente a lo esperado.
Un punto en particular que nos indica que el resultado de este estudio puede ser útil para nuestro país es que este fue realizado en países Latinoamericanos: Colombia y Argentina. Los investigadores analizaron los datos de 911 ciclistas de esos países. Para este estudio dividieron la muestra en jóvenes (menores a 26 años), adultos ( entre 26-50 años) y mayores (mayores a 50 años). En particular, a los científicos les interesó el hecho de que tanto en Colombia como en Argentina se ha experimentado un crecimiento sustancial del ciclismo urbano durante los últimos años. Ellos elaboraron un cuestionario y los participantes respondieron a preguntas sobre comportamientos en bicicleta, salud mental y seguridad en bicicleta.
En esta encuesta, las personas adultas mayores reportaron tasas más bajas de conductas de riesgo y accidentes de tránsito y, por otro lado, una mayor percepción de riesgo y un mejor conocimiento de las normas de tránsito que los otros dos dos grupos de ciclistas: adultos y jóvenes. Se descubrió que los comportamientos y los accidentes de ciclismo están significativamente relacionados con los indicadores de salud mental. En mi opinión, es también interesante que los indicadores de salud mental son más altos en la población ciclista de mayor edad. Si bien el resultado de los ciclistas adultos no tienen comparativamente un mayor riesgo para las lesiones y muertes en bicicleta, su nivel de riesgo sigue siendo alto. Además, definitivamente se requieren más acciones y medidas para promover la civilidad entre las personas que conducen tanto bicicletas como vehículos motorizados para reducir los riesgos de comportamiento y de la inconveniencia de la infraestructura vial que afectan la seguridad del ciclismo.
Otro punto a resaltar, de acuerdo con el estudio, es que la introducción sistemática de dispositivos electrónicos (por ejemplo, teléfonos celulares, navegadores GPS, auriculares) ha aumentado sustancialmente la probabilidad de que los ciclistas se distraigan y, posteriormente, sufran incidentes de tráfico que van desde incidentes hasta accidentes fatales. Regreso al comentario del inicio de este texto, las personas adultas cada vez más usan los dispositivos electrónicos. Aunque algunos estudios recientes se han centrado en el problema del uso de dispositivos electrónicos de los ciclistas jóvenes, la creciente naturalización de los dispositivos electrónicos en la vida cotidiana también está afectando la dinámica de transporte de los ciclistas que pertenecen a todos los segmentos de edad, el llamado de atención es para todas las edades. Por lo tanto, vale la pena discutir el papel de las distracciones en los accidentes de tránsito que involucran a ciclistas.
Con estos comentarios quiero enfatizar que la movilidad en bicicleta de la población de mayor edad parece ser una opción real y que los prejuicios deben ser evitados y revisados mediante estudios científicos.
Me parece claro que en la CDMX se está promoviendo la movilidad en bicicleta y que se requieren estudios como el que aquí comento para este entorno específico. Dado que vivo en Cuernavaca, una ciudad con una topografía ligeramente complicada para la movilidad en bicicleta recomiendo realizar estudios similares, así como habilitar la infraestructura para que la población ciclista crezca y, por supuesto, generar una la cultura cívica para que las diferentes formas de movilidad coexistan en una verdadera ciudad sustentable. Solo apunto, ya existen las bicicletas eléctricas que facilitan la movilidad en entornos como el de Cuernavaca. Ahora toca a los planeadores de la vialidad facilitar la transición para una movilidad sustentable.

Este artículo fue publicado el día 11 de Septiembre en el periódico la Unión de Morelos.