Claramente, el alcanzar el bienestar social implicará trabajo y acciones de compartir lo que tenemos. Ya he mencionado mucho en estos textos la necesidad de compartir para alcanzar este bienestar social. También hemos planteado varias veces la necesidad de medir los impactos de acciones emprendidas con este fin, los llamados indicadores. Estos indicadores necesitan medirse para poder analizar si las acciones que implantamos son las adecuadas o requieren de ajustes o cambios para alcanzar el objetivo.
En nuestro país un organismo autónomo que se encarga de proveernos de este tipo de información es el INEGI y el día de hoy quiero llamar la atención sobre un estudio recientemente publicado donde se concluye que cerca de la mitad de los hogares mexicanos pueden ser considerados de clase media. Debo comentar que cuando leí la noticia mi incredulidad apareció, pero al continuar leyendo, cuando llegué al punto, donde se mencionaba que la clase media había crecido en México en los últimos años mi incredulidad aumento mucho más.
Como es la costumbre de muchos científicos indagué en las fuentes y encontré en la página del INEGI la información.
Me sorprendí gratamente cuando las primeras palabras fueron para aclarar que la definición de clase media no es algo trivial. Aspecto que comparto totalmente, basta preguntarle a cualquier persona que si es clase pobre, o de clase media o de clase rica para que la gran mayoría conteste que de clase media; esta respuesta solo nos conduce a intuir la complejidad de la pregunta. Esta ambigüedad y dificultad para definir lo que es clase media fue abordada en el mencionado estudio con seriedad. El mismo INEGI establece que este estudio no está terminado y está en proceso.
Por fortuna, el estudio va más allá de considerar solamente el ingreso como variable para definir la clase a la que pertenece una persona o un hogar. No voy a enlistar aquí todas las variables, pero comento que se consideraron 17 diferentes variables, como el gasto, uso de computadoras, tipo de alimentación, etc (los detalles pueden ser consultados en la página del INEGI. Toda la información analizada fue levantada en la “Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010” y los resultados fueron comparados con aquellos de la misma encuesta, pero del 2000. Esta última información me aclaró aquello de que la clase media había crecido con respecto al 2000.
Sin embargo hasta aquí en mi lectura no me quedaba claro como habían definido a la clase media. Someramente en el documento resumen se dice que: “Una vez seleccionadas las variables por medio del “Estratificador INEGI” se probaron 10 modelos distintos que compiten entre sí para mejor describir el tipo de agrupamientos o conglomerados de hogares de la ENIGH en función de las 17 variables: se seleccionó el modelo que resultara estadísticamente más verosímil de ser obtenido en una muestra dada la distribución de hogares en el universo nacional al describírsele con esas 17 variables y fue aplicado su algoritmo de conglomeración cuyos resultados se optimizan con un total de 7 estratos de hogares.”
Por supuesto que esta explicación solamente me despertó más inquietudes e interrogantes, pero debo aclarar que con un afán de transparencia el INEGI publicó también una nota técnica donde aclara el procedimiento estadístico y la verdad es que al leerla me aclaró muchas cosas y pude aquilatar la valía del análisis.
La idea es ajustar cúmulos de hogares en un espacio de 17 dimensiones mediante distribuciones matemáticas de estos hogares. Por supuesto, que con esta oración estoy pecando de lo que encontré en la explicación del método en el resumen de resultados y soy totalmente críptico. Reconozco que no es trivial explicar el modelo que utilizó el INEGI. Sin embargo quiero mencionar que la metodología empleada es muy interesante y merece ser apreciada. Los resultados obtenidos con ella pueden ser cuestionables, pero ahora ya sabemos que los datos levantados en la ENIGH apuntan hacia una posible estratificación de los hogares en 7 niveles con dos cambios abruptos que pueden definir las clases baja, media y alta. Sin embargo, como todos los científicos sabemos, los ajustes requieren de una o varias explicaciones de causalidad. Enriquecimiento que puede ser aportado por otros miembros de nuestra comunidad.
Sirva todo esto para enfatizar que debemos tener una cultura matemática para poder comprender aspectos sociales y más cuando perseguimos un bienestar social y deseamos definir acciones que puedan ser rastreadas en su efectividad hacia ese bienestar de todos.
Este artículo fue publicado el día 8 de Enero en la Unión de Morelos
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Tu comentario se publicará a la brevedad.