Nuevamente los hechos indican que continuamos sufriendo los estragos de una desigualdad lacerante en nuestro país. Actos violentos son las noticias de todos los días en diferentes regiones del país. Una de las comunidades más lastimadas ha sido la estudiantil. Debemos reconocer que ellos han mostrado hasta el cansancio que no desean continuar con la situación que los priva de opciones de cabal desarrollo. Sus manifestaciones han sido enérgicas y con respeto a todos nosotros. Sin embargo he observado actores que irrumpen con extrema violencia intentando provocar actos de represión para las manifestaciones de descontento. El sábado hubo un reprobable acto de la policía capitalina y de la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal en la Ciudad Universitaria de la UNAM. El gobierno del DF ya emitió un comunicado aceptando que no hizo adecuadamente las cosas. El domingo la comunidad universitaria, especialmente los estudiantes mostraron madurez y actitud universitaria e impidieron que enmascarados tomaran el edificio de rectoría en CU. Este acciones de madurez también se observan en Twitter donde podemos leer “@arellano_mag: En las manifestaciones legítimas los mismos estudiantes deben exigir que los encapuchados muestren la cara para evitar infiltrados #unam”. Insisto los jóvenes están trabajando debemos apoyarlos.
Desde mi punto de vista claramente existen acciones que pretenden provocar respuestas violentas para justificar la represión, por eso la importancia de insistir en la opción universitaria de soluciones mediante el diálogo. Hace unas semanas, se incendió la estación del metrobús CU, hecho que lo único que consigue es perjudicar a la comunidad universitaria, ya que dificulta su preparación al causar que los estudiantes inviertan más tiempo en los traslados. En ese momento, ya la policía había mostrado que no cuenta con la preparación ni actitud de cuidado de las situaciones y privó de la libertad a un estudiante de posgrado. Situación que rápidamente fue remediada al actuar las autoridades universitarias y el estudiante fue liberado. Este hecho, ya señala que la policía del D.F. debe tener un mayor cuidado en su proceder. Lamentablemente esto no fue tomado en cuenta y el pasado sábado tanto la policía del DF como la Procuraduría General de Justicia del Distrito Federal, actuaron en forma irresponsable y provocó una discusión que dejó dos heridos. En estos momentos errores gubernamentales de este tipo pueden causar mucho daño y los encargados de la seguridad en este país deben respetar ellos mismos las leyes que nos rigen.
El Dr. José Narro emitió un mensaje, el día 17 de noviembre, solicitando: el respeto a las tradiciones universitarias del diálogo como una herramienta para dirimir las diferencias y evitar la presencia de la policía en los campi universitarios. Denunció los hechos y esperamos pronto se deslinden responsabilidades y se actúe en consecuencia dentro del cause que establecen nuestras leyes.
Hoy más que nunca, insisto, yo no me canso y reitero que debemos generar opciones reales para que los jóvenes puedan tener acceso a un bienestar social. Seguro estoy que en este primer tramo del milenio, en México, se han tomado decisiones que limitan severamente estas opciones para los jóvenes. Las ambiciosas, ególatras y voraces actitudes de los que más tienen, los hechos de corrupción e impunidad provocan que las mayorías no perciban alternativas que les permitan un mínimo bienestar. Hace algunos años alertaba que la tremenda e injusta disparidad con la que se distribuye la riqueza en nuestro país solo podía conducir al enojo, rabia que se exacerba al observar las obscenas ganancias de los que más tienen, las blancas residencia comparadas con las lúgubres casas de interés social. Esta situación desesperante, imposible de justificar, conduce al enojo y por supuesto la sociedad enojada puede ser fácilmente conducida hacia la violencia y autodestrucción. Desde mi punto de vista, en estos casos, situados en condiciones críticas, las amenazas de uso de la violencia solamente conducen hacia la insurrección, llamemos a la discusión y creación de trayectorias que combatan las desigualdades. Este texto lo escribo cuando regreso de reuniones de planeación de la red de Energía Solar, pero querido lector, te preguntaras y por qué este cambio tan abrupto en el tema. Quiero compartir contigo, que a pesar de ser testigo de la situación que nos oprime, propongo trabajemos, al mismo tiempo que cuestionemos y manifestemos nuestro enojo, en crear las condiciones que nos permite construir un futuro con opciones para los jóvenes. Estoy seguro que la promoción de una cultura solar permitirá tener un futuro sustentable y con alternativas de desarrollo para los jóvenes. Sin embargo, tengo que decir que, aunque #YoNoMeCanso individualmente, la sociedad ya está hastiada de que los encargados de resolver los problemas no lo hagan e impongan normas para que se legalice la rapiña, el despojo y la explotación tanto de las personas como del entorno. Estamos acercándonos a una situación donde puede ocurrir un cambio violento, que evidentemente no es lo ideal. Por lo tanto, hago un llamado para que, a pesar de la tradición de no oigo, no veo y palo doy, se cambie de actitud y se corrija el rumbo hacia una política que promueva el bienestar social, mientras ofrezco mi trabajo para crear opciones para los jóvenes. Insisto #YoNoMeCanso y solicito respeto a la tradición universitaria del diálogo para resolver conflictos
Una primera versión de este artículo fue publicado el día 19 de Noviembre en la Unión de Morelos
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