En estos días he estado hastiado de los inhumanos comportamientos, abrumado por tantas noticias de muertes y corruptelas, triste por el futuro tendencial que amenaza a muchos jóvenes y me he sentido totalmente impotente para cambiar algunas de estas situaciones. En estos días comparto el sufrimiento de muchos mexicanos ante la situación que estamos padeciendo, pero no puedo decir ¡ya me cansé! Mi convicción y compromiso me motiva a seguir trabajando por construir opciones para nuestros jóvenes. La forma y frase con la que Jesús Murillo Karam concluyó la conferencia de prensa, de la semana pasada, anunciando los avances de la investigación en el caso de los estudiantes desaparecidos de Ayotzinapa: ¡ya me cansé! es indignante y reveladora de un evidente comportamiento de desprecio por los que claman justicia y no tienen los recursos económicos ni contactos con los que detentan el poder. Aunque nuestro idioma permita decir “ya me cansé” como sinónimo de hartazgo también puede significar claudicación y esto último es algo que no quiero hacer. Por estas razones siempre propongo construir caminos, dar opciones y, lo más importante, busco generar actividades que formen personas capaces de contender con la problemática que nos aqueja.
Por supuesto que protestar y manifestar nuestra indignación son acciones que debemos usar, más en situaciones tan extremas como las que presenciamos ahora. La situación actual, desde mi punto de vista, es producto de una voracidad por conseguir las mayores ganancias en el menor tiempo posible, de la declaración de una guerra sin estrategia, de haber dejado a las instituciones que deben resguardar a todos los mexicanos encargadas de una lucha sin un plan definido con calendario, para no exponerlas a la corrupción, entre otras acciones.
Debe quedar claro que a los miembros de las fuerzas armadas se les ha pedido cambien el paradigma sobre el respeto a la vida que se nos inculca desde pequeños. A ellos se les dice que en caso necesario, de defensa a la patria por ejemplo, ellos tienen la obligación de defenderla incluso matando a otras personas. Claramente, esto implica que actúan bajo órdenes sin mediar juicio alguno sobre la acción de privar de la vida a otras personas. Para ahondar en la discusión de este espinoso tópico sugiero leer el libro “The World until Yesterday” escrito por Jared Diamond. Los libros de Diamond (Armas, gérmenes y acero y Colapso), premio Pulitzer, han cambiado la forma de ver las cosas de varios colegas y son lecturas obligadas para entender nuestro entorno. En el libro que ahora sugiero nos comenta las conductas y conocimientos que podemos aprender de las sociedades tradicionales, antiguas o autóctonas del mundo actual y pasado. Sus propuestas para entender los hechos históricos claramente ayudan a comprender la actual situación. En el libro que sugiero aborda el problema de las “guerras” en diferentes organizaciones humanas, desde las guerras tribales hasta las guerras mundiales.
Por supuesto en este libro, que analiza nuestros comportamientos sociales desde una perspectiva histórica evolutiva, no aborda las guerras sin estrategia y mucho menos las acciones violentas que atentan contra la vida de personas, sin embargo da una argumentación de por qué no es adecuado dejar las fuerzas armadas a cargo de la “seguridad”.
Hoy en México se pretende criminalizar la protesta, pero también otros promueve la violencia. Un arma de doble filo es azuzar a los jóvenes para que se manifiesten y paren las instituciones de educación superior. Desde mi punto de vista, las instituciones de educación pública son el espacio donde la sociedad forma conciencias y personas capaces de transformar la situación actual, no debemos cancelar este espacio. Hace más de 30 años los paros activos eran utilizados para formar, con los jóvenes, brigadas de información. Hoy en día hemos presenciado movimientos sociales que se han gestado y difundido por la Internet. En México hemos observado esta situación, para ejemplo basta el movimiento #yosoy132. Así los jóvenes ahora tienen opciones para difundir la información que hace unos años no teníamos. El periodismo ciudadano es una herramienta que debemos saber utilizar, con ayuda de los periodistas profesionales, para informar lo que sucede a todos los conciudadanos. No considero adecuado cerrar las instituciones ni utilizar medios violentos, las acciones incendiarias siempre quemarán a algunos inocentes, prefiero un camino largo y seguro a uno rápido y con daños colaterales.
Reitero mi convencimiento de que los caminos que incluyan: opciones de largo plazo para los jóvenes, generación de estas opciones basadas en el conocimiento, tanto científico como tradicional, y acciones que antepongan el beneficio social al individual conforman las trayectorias que debemos impulsar colectivamente. Digamos ¡yo no me canso!
Por supuesto que protestar y manifestar nuestra indignación son acciones que debemos usar, más en situaciones tan extremas como las que presenciamos ahora. La situación actual, desde mi punto de vista, es producto de una voracidad por conseguir las mayores ganancias en el menor tiempo posible, de la declaración de una guerra sin estrategia, de haber dejado a las instituciones que deben resguardar a todos los mexicanos encargadas de una lucha sin un plan definido con calendario, para no exponerlas a la corrupción, entre otras acciones.
Debe quedar claro que a los miembros de las fuerzas armadas se les ha pedido cambien el paradigma sobre el respeto a la vida que se nos inculca desde pequeños. A ellos se les dice que en caso necesario, de defensa a la patria por ejemplo, ellos tienen la obligación de defenderla incluso matando a otras personas. Claramente, esto implica que actúan bajo órdenes sin mediar juicio alguno sobre la acción de privar de la vida a otras personas. Para ahondar en la discusión de este espinoso tópico sugiero leer el libro “The World until Yesterday” escrito por Jared Diamond. Los libros de Diamond (Armas, gérmenes y acero y Colapso), premio Pulitzer, han cambiado la forma de ver las cosas de varios colegas y son lecturas obligadas para entender nuestro entorno. En el libro que ahora sugiero nos comenta las conductas y conocimientos que podemos aprender de las sociedades tradicionales, antiguas o autóctonas del mundo actual y pasado. Sus propuestas para entender los hechos históricos claramente ayudan a comprender la actual situación. En el libro que sugiero aborda el problema de las “guerras” en diferentes organizaciones humanas, desde las guerras tribales hasta las guerras mundiales.
Por supuesto en este libro, que analiza nuestros comportamientos sociales desde una perspectiva histórica evolutiva, no aborda las guerras sin estrategia y mucho menos las acciones violentas que atentan contra la vida de personas, sin embargo da una argumentación de por qué no es adecuado dejar las fuerzas armadas a cargo de la “seguridad”.
Hoy en México se pretende criminalizar la protesta, pero también otros promueve la violencia. Un arma de doble filo es azuzar a los jóvenes para que se manifiesten y paren las instituciones de educación superior. Desde mi punto de vista, las instituciones de educación pública son el espacio donde la sociedad forma conciencias y personas capaces de transformar la situación actual, no debemos cancelar este espacio. Hace más de 30 años los paros activos eran utilizados para formar, con los jóvenes, brigadas de información. Hoy en día hemos presenciado movimientos sociales que se han gestado y difundido por la Internet. En México hemos observado esta situación, para ejemplo basta el movimiento #yosoy132. Así los jóvenes ahora tienen opciones para difundir la información que hace unos años no teníamos. El periodismo ciudadano es una herramienta que debemos saber utilizar, con ayuda de los periodistas profesionales, para informar lo que sucede a todos los conciudadanos. No considero adecuado cerrar las instituciones ni utilizar medios violentos, las acciones incendiarias siempre quemarán a algunos inocentes, prefiero un camino largo y seguro a uno rápido y con daños colaterales.
Reitero mi convencimiento de que los caminos que incluyan: opciones de largo plazo para los jóvenes, generación de estas opciones basadas en el conocimiento, tanto científico como tradicional, y acciones que antepongan el beneficio social al individual conforman las trayectorias que debemos impulsar colectivamente. Digamos ¡yo no me canso!
Una versión previa de este artículo fue publicado el día 12 deNoviembre
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