En esta bitácora ya he mencionado varias veces que estamos en una situación donde enfrentamos un problemática que involucra un cambio climático antropogénico, que conformamos una sociedad donde una gran parte de la población vive en pobreza extrema, con la actual forma de producción estamos agotando los recursos naturales, el sistema económico ha propiciado un desarrollo económico para una parte muy pequeña de la población. Para poder solucionar esta problemática debemos impulsar estrategias de largo plazo con diferentes vertientes. La comunidad académica mexicana ha propuesto la Agenda Nacional de Ciencia y Tecnología donde se abordan temas de vital importancia para el futuro de nuestro país. Esta propuesta surge de una comunidad científica profesional; pero todavía pequeña en número. Como lo he mencionado, en México para poder transitar a la sociedad del conocimiento es necesario contar con el trabajo de más de 80 mil científicos en los diferentes sectores productivos de la economía. Debo aclarar que concibo al sector de las instituciones de educación superior e investigación como parte de este sector productivo. Desde mi punto de vista la raquítica inversión en ciencia y tecnología de los gobiernos anteriores causaron que este sector haya luchado por sobrevivir, en lugar de funcionar como uno de los motores del desarrollo sustentable. Esto ha propiciado que el sector científico y el sector industrial tengan una pobre cultura de innovación. En particular el cambio climático causado por la utilización a máxima potencia de los hidrocarburos requiere de un giro diametral hacia el uso de las fuentes renovables de energía si deseamos mantener el actual estado del ambiente en el que como especie nos hemos desarrollado.
Es así como en este contexto nacional e internacional las energías renovables son consideradas tecnologías claves para el desarrollo sustentable. Como ha sido establecido en la Agenda Nacional en Ciencia y Tecnología, para alcanzar el desarrollo sustentable se requiere llevar a cabo una excelente investigación básica acoplada a un desarrollo tecnológico flexible que responda a las necesidades locales y globales. De esta manera, los objetivos de la promoción de las fuentes renovables de energía deberán propiciar el uso racional de la energía, el desarrollo de sistemas energéticos renovables óptimos, la integración, mediante la educación, la divulgación y la innovación, a las energías renovables con la sociedad y el desarrollo de conocimiento nuevo en este tema.
De aquí la importancia del mensaje que la UNAM dio hace unos meses al crear el Instituto de Energías Renovables (IER-UNAM) ubicado en Temixco, Morelos. Con este hecho se refuerza las intenciones de la UNAM de promover un desarrollo local al mismo tiempo que contribuir al desarrollo del país en forma global. El IER-UNAM nace con una sólida comunidad académica y una pujante comunidad estudiantil apoyados por trabajadores que facilitan sus labores cotidianas. Los orígenes del IER fueron el Laboratorio de Energía Solar, el Centro de Investigación en Energía que junto con los actuales institutos de Biotecnología y Ciencias Físicas, los centros de Ciencias Genómicas y Regional de Investigaciones Multidisciplinarias y la Unidad de Matemáticas conforman el campus de la UNAM en Morelos y que desde sus inicios colaboraron con otras instituciones radicadas en el estado en la construcción del actual sector científico morelense.
Regresando al tema de las fuentes renovables de energía comento que en el IER-UNAM se están realizando investigaciones básicas y desarrollo tecnológicos relacionados con problemas importantes a nivel internacional como la generación eléctrica a partir de celdas solares de películas delgadas y de materiales orgánicos, de fuentes geotérmicas, la generación de calor a partir de colectores solares planos y de sistemas de alta concentración, la producción de frío a partir de energía solar, la producción de hidrógeno con fines energéticos y la generación de electricidad mediante celdas de combustible, entre otras novedosas aplicaciones. También en el Instituto existen grupos de trabajo que laboran sobre problemas básicos de la ciencia, edificaciones bioclimáticas, energía eólica, planeación energética e indicadores de sustentabilidad que complementan una actividad de investigación sin igual en el país.
Desde mi experiencia el trabajo colaborativo es la única forma de vislumbrar las soluciones la compleja problemática a que nos enfrentamos, si bien los humanos somos las causa de muchos problemas también somos quienes podemos resolverlas. Por esta razón, ahora el IER-UNAM reafirma su convicción de trabajar conjuntamente con otros actores académicos , sociales, empresariales y gubernamentales por lograr un México Sustentable y particularmente un Morelos Sustentable.
Este artículo fue publicado el día 17 de abril
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