La semana pasada en los principales diarios de circulación estatal se difundió la noticia de que el desempeño de los estudiantes de educación media morelenses (secundaria y bachillerato) en la prueba ENLACE bajaron con respecto a su desempeño en el 2008. Los dos rubros evaluados fueron de comunicación y matemáticas, en ambos aspectos estamos por debajo de la media nacional. Para más detalles consultar el artículo de Tlaulli Preciado del día 5 de agosto o directamente en la fuente de la prueba enlace. En el ámbito nacional hubo un claro retroceso al aumentar el porcentaje de estudiantes en el nivel de dominio insuficiente en el tema de comunicación del 12% al 16% de total de alumnos. En matemáticas hubo un ligero cambio positivo al moverse la distribución hacia un mejor dominio, pero todavía más del 50% de los estudiantes mexicanos de bachillerato tienen un dominio insuficiente o elemental de las matemáticas.
Como ya hemos dicho en estos artículos el dominio de las matemáticas es importante para muchos aspectos de la vida cotidiana, existe correlación positiva en cosas tan simples y tan importantes como con el adecuado seguimiento de las recetas médicas, es decir, con la salud de la población. Considero que no tengo que argumentar sobre la relevancia del dominio en la comunicación en la vida diaria. Insistimos para transitar a la sociedad del conocimiento debemos contar con un sistema educativo sólido y que provea a la comunidad de las herramientas para desarrollarse en armonía con su entorno físico, biológico y social. Uno de los aspectos importantes en esta sociedad del conocimiento es la cultura científica de la población.
La promoción de la cultura científica de la población es uno de los objetivos de la Academia de Ciencias de Morelos y de muchas instituciones de educación. Las instituciones de educación superior además de este objetivo tienen el de la generación de conocimiento para que la sociedad en su conjunto lo use y lo aplique. Uno de los aspectos importantes es el conocimiento de nuestro entorno. El conocimiento de la biodiversidad y la forma de interacción de ella con el entorno natural y social, es decir, de nuestros ecosistemas, ofrece la posibilidad de construir un desarrollo sustentable.
La semana pasada tuve la oportunidad de regresar a la Estación de Biología Chamela del Instituto de Biología de la UNAM, ubicada en Jalisco, en la inauguración de su nueva biblioteca y para proyectar la instalación de sistemas fotovoltaicos que generarán la electricidad que se usa en las instalaciones que dan servicio a los investigadores y estudiantes que ahí desarrollan sus labores. Esta estación es un orgullo para la UNAM y para México, en ella se han realizado la mayoría de los estudios en la selva baja caducifolia del mundo. Esta selva que reverdece en la época de lluvias y parece un desierto en la de secas, este ecosistema que está presenta en una región amplia de MesoAmérica y que si deseamos conseguir un desarrollo sustentable debemos conocer detalladamente.
En la UNAM diversas entidades académicas, como los Institutos de Biología, Ciencias del Mar y Limnología, Ecología, Energías Renovables están trabajando para instalar fuentes renovables de energía como parte integral de su infraestructura. Con ello estarían generando la energía que utilizan disminuyendo la quema de los hidrocarburos para generarla y así disminuyendo la emisión de gases de efecto invernadero que ocasionan el cambio climática que sufrimos.
Hace unas semanas comenté que el Gobierno de Morelos impulsará una acción similar y pronto licitará su consumo de electricidad para hacerlo con energía solar.
Estas acciones contrastan con las características de la Reforma Energética anunciada este lunes que se enfoca en la inversión para la extracción de más hidrocarburos en lugar de fomentar el ahorro de energía y la utilización de las fuentes renovables de energía. En esta reforma el Estado se reserva la transmisión y distribución de la energía, pero libera las funciones de generación, conducción y abasto a participación privada.
Esto último pudiera ser un aspecto favorable para la generación de electricidad con fuentes renovables de energía, pero debería privilegiarse la generación distribuida y la implantación de un sistema inteligente de distribución del fluido eléctrico. Es más, en la explicación oficial de la reforma energética solamente se menciona dos veces la palabra renovables. Las palabras derivadas de petróleo o hidrocarburos son mencionadas varias decenas de veces indicando la naturaleza de esta reforma.
Lamentablemente, esta reforma se enfoca a la obtención de energía barata en el corto plazo, en lugar de apuntar hacia la sustentabilidad energética del país. Me recuerda la estrategia de conseguir inversión extranjera con mano de obra barata, en lugar de atraer inversión con mano de obra calificada. Esa estrategia falló en la generación de empleos de largo plazo y muchas maquiladoras cerraron sus puertas cuando encontraron regiones con mano de obra más barata. Los países que apostaron por la mano de obra calificada conservan sus bajas tasas de desempleo y su gente tiene niveles de vida altos.
De esta manera considero la reforma propuesta se queda en la inmediatez y no prevé la seguridad energética en el largo plazo, además no contempla acciones concretas para evitar la emisión de gases de efecto invernadero y fomenta limitadamente la creación de fuentes de empleo de baja remuneración. Para nada parece ser una reforma que tenga en la mira resolver el problema energético del país en el largo plazo.
Desde mi punto de vista tenemos muchos aspectos en los que debemos trabajar para conseguir un México con bienestar social.
Así, entre otras muchas cosas, considero necesario fortalecer nuestro sistema educativo y fomentar el uso de las energías renovables para construir un México sustentable. En eso estamos trabajando sectores que compartimos una visión de largo aliento.
Una versión resumida de este artículo fue publicado el día 14 de agosto
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