En esta bitácora hemos hablado sobre la Reforma Energética y en esta ocasión compartiremos algunos apuntes y plantearemos brevemente el contexto en el que supuestamente fue desarrollada esta reforma: en la Estrategia Nacional de Energía.
La Estrategia Nacional de Energía, 2013-2017 (ENE), propuesta por el ejecutivo federal hace algunos meses, dice que la última medida de la Política Estratégica Nacional de Energía se refiere a la transición energética. En particular, se promoverá la eficiencia y el aprovechamiento de las fuentes renovables de energía y las tecnologías limpias para generar electricidad.
Así, parecía que las fuentes renovables de energía estaban incluidas en la política energética del país, parecía que podíamos estar satisfechos aquellos que pensamos más allá de seis años; aquellos que tenemos en una visión de largo plazo y deseamos un desarrollo sustentable y el beneficio social. Con este enunciado la ENE parece apuntar en la dirección de la sustentabildiad. En ella se fija la meta del 35% de la generación de electricidad usando energías limpias en el año 2024. Aunque notemos que energía limpia no es lo mismo que fuentes renovables de energía. Debemos tener claro que fuentes limpias incluyen la energía nuclear, en cambio las fuentes renovables de energía excluyen a la nuclear; ese es el vocabulario que debemos conocer en esta área.
En mi opinión, la meta del 35% es totalmente alcanzable y, es más, con acciones concretas de impulso a las renovables podemos conseguir rebasarla.
Analicemos algunos de los puntos de la ENE. El tema dos dice: promover el uso eficiente de la energía en todos sus aspectos. Es más en este punto propone el uso del análisis de las externalidades para determinar los precios de la energía. Como ya hemos mencionado estas externalidades incluyen el costo de la capturar el carbón y su almacenamiento, es decir la intención es utilizar la energía de los hidrocarburos, pero no incrementar el contenido de gases de efecto invernadero en la atmósfera. Estas acciones que actualmente se están demandando de las termoeléctricas modernas se debieron tomar hace algunas décadas. Debemos tener claro que durante más de un siglo toda la energía que hemos utilizado como producto de la combustión de los hidrocarburos ha sido barata, ya que su costo no contempla el costo de la captura del bióxido de carbono. En este tema también se contemplan los subsidios para los hidrocarburos que no son aplicados a las fuentes renovables de energía evitando su instalación.
El tema ocho de la ENE menciona la necesidad de dotar de flexibilidad a las redes de transmisión y distribución; es decir, otorgarle a CFE la posibilidad de que se genere electricidad localmente. Hoy la red de distribución de la CFE no es una red inteligente y cuando hay generación en diferentes lugares se pueden producir inestabilidades ocasionando problemas en la distribución de energía. Con un sistema inteligente de distribución y de transmisión las fuentes generadoras locales le otorgan robustez a la red como ha sido mencionado anteriormente; pero todavía se requiere un mayor impulso tecnológico a estas redes inteligentes.
También en el tema diez de la ENE se dice que hay un fortalecimiento a la regulación de las capacidades económicas, para el porteo de los proyectos de autogeneración con energías renovables. Esta parte es fundamental para propiciar el uso masivo de las fuentes renovables de energía.
Hasta aquí tenemos tres temas de la ENE que claramente apuntan hacia una promoción de la fuentes renovables de energía. Sin embargo, la propuesta del Ejecutivo de Reforma Energética no contempla o al menos no en forma evidente la promoción y uso de las fuentes renovables de energía. Quizás estarán en las leyes secundarias, pero estas propuestas no están a nuestra disposición.
Recordemos que estamos en un contexto donde, en México, hoy sufrimos un cambio climático antropogénico, tenemos pobreza extrema de un sector muy grande de la población, estamos agotando los recursos naturales, no solo el petróleo; tenemos un desarrollo económico solo para unos cuantos, la desigualdad de la distribución de la riqueza en México es realmente lacerante.
Los que buscamos un horizonte de largo plazo para la planeación energética estamos trabajando conceptualmente en el marco del desarrollo sustentable. En este marco sabemos que en la sustentabilidad se menciona cuatro diferentes ámbitos: ecológico, económico, social e institucional. Estos ámbitos involucran contradicciones entre ellos que debemos resolver para desarrollarnos: el deseo económico de explotar rápidamente un recurso para obtener un beneficio está en detrimento de la parte ecológica. Si una empresa desea ampliar las ganancias estará en contra del ámbito social, en contra de la equidad. La preservación de una región natural puede estar en contra de su explotación económica y del beneficio de su comunidad. Para resolver estas contradicciones algunos consideramos que el conocimiento científico amalgamado con el conocimiento tradicional y la tecnología pueden ser utilizados como herramientas que aporten soluciones de largo plazo, y así propiciar un desarrollo sustentable.
Sin embargo, la mayoría de las propuestas de desarrollo sustentable olvidan la parte institucional y el aporte de los diferentes conocimientos para conseguir la armonía entre los ámbitos. En particular, la parte legal es primordial para el ámbito institucional de la sustentabilidad. Desde mi punto de vista, en nuestro país, se le debe dar una especial atención a esta parte legal y con ella generar instituciones fuertes y confiables.
En ese sentido, el ámbito institucional de la sustentabilidad en México requiere de un reforzamiento en la parte legal para implantar la ENE, es decir, una Reforma Energética que debería apuntar en el sentido de la promoción de las fuentes renovables de energía. En mi opinión, esto no esta sucediendo, y la propuesta de Reforma Energética se quedó en una reforma para los hidrocarburos. La discusión está en proceso, participemos si deseamos una visión sustentable de la Reforma Energética.
Este artículo es parte de la ponencia que presenté en el "Coloquio Morelense sobre la Reforma Energética" celebrado en el Instituto de Energías Renovables de la UNAM el día 30 de agosto del 2013, una versión resumida de este artículo fue publicado el día 4 de septiembre
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