miércoles, 27 de marzo de 2013

Costos escondidos en la generación de electricidad.

Capturar carbón para disminuir el cambio climático fue una de las pláticas de la semana pasada en el Segundo Simposio sobre Energías Renovables y Sustentabilidad celebrado en el Instituto de Energías Renovables de la UNAM, en Temixco, Morelos. En este evento se impartieron más de una decena de conferencias y una mesa redonda. Además se presentaron casi 100 trabajos en la sesión mural. La conferencia sobre la captura y confinamiento de CO2 fue impartida por el Dr. David Jones, de la Gran Bretaña.
Antes de continuar considero importante aclarar por qué me pareció interesantes y las ideas y los fenómenos que se expusieron en la conferencia.
Para todos es conocido que vivimos una época donde las actividades de los humanos han producido un cambio climático, es decir, enfrentamos un cambio climático antropogénico. Este fenómeno conducirá a diferentes cambios en las diferentes regiones de nuestro planeta. En la actualidad, existe acuerdo en que este cambio climático global está siendo causado, fundamentalmente, por la emisión de gases de efecto invernadero consecuencia de las actividades humanas. En particular, el uso de los hidrocarburos (petróleo, gas y carbón) es el responsable del aumento del CO2 en la atmósfera y de la acidificación de los océanos. El hecho es simple: cuando quemamos la gasolina, petróleo, gas o carbón se libera CO2 que se acumula en la atmósfera. De ser esta es la causa de todo el cambio climático, entonces una posible solución sería capturar este gas y confinarlo en los mismos yacimientos de donde se extrajeron dichos hidrocarburos, de tal forma que el CO2 en la atmósfera no aumentara. Considero que esta solución tiene lógica y pudiera parecer idónea, a esta acción se le conoce como captura y almacenamiento del carbono.
Precisamente, de este tema habló el Dr. Jones y comentaba muchos aspectos relevantes. Primeramente para poder proceder con esta idea hay que capturar el CO2 que es un gas y que se emite en muchísimos lugares, por ejemplo en el escape de cada automóvil, en la estufa de la casa, en los escapes de los aviones, chimeneas de barcos y locomotoras, en las calderas de muchísimas empresas, en los hornos de fundición, en los hornos de las cementeras, en las termoeléctricas, etc. Se imaginarán que hacer esto no es una tarea fácil. Otra opción sería capturar solamente el CO2 emitido en centrales termoeléctricas (gas, carbón, combustóleo, etc.) o grandes empresas para reinyectarlo en el yacimiento, de esta manera se eliminaría gran parte del problema. Claramente estas acciones de remediación incrementarían el costo de la generación de electricidad producida usando hidrocarburos; pero sería ambientalmente conveniente, así no se incrementaría el CO2 y no habría cambio climático. Esto podría ser implementado de ahora en adelante en todas las centrales termoeléctricas, pero no puede aplicarse a todo el CO2 que ya se liberó en el siglo pasado. A todo el CO2 liberado con anterioridad al producir la energía que usamos requiere ser capturado y almacenado. El almacenamiento es un problema ya que se deben seleccionar lugares con características especiales, pues no se desea provocar situaciones perjudiciales para las poblaciones y el ambiente cercano a estos yacimientos, como: temblores, contaminación de los mantos acuíferos, fugas indeseadas de carbono capturado. Por supuesto, que el costo de esta captura debería haber sido pagado en el momento de usufructuar la energía generada por la quema de los hidrocarburos. ¿Cómo le hacemos? Ahora tenemos que pagar la remediación de la atmósfera por el desconocimiento que la generación anterior tuvo al no contemplar las consecuencias de asumir una Tierra infinita que podría incorporar una cantidad infinita de CO2. Ahora sabemos que la Tierra es finita, así como sus recursos naturales y su capacidad de procesar las sustancias que fabricamos o desechamos. Por ello y debemos evitar que se continúen emitiendo gases de efecto invernadero.
En la actualidad se hace erróneamente el cálculo del costo de la energía generada por hidrocarburos, ya que en este costo no se incorpora los gastos de la remediación ambiental, es decir la nueva generación debe exigir que se incluya este concepto en el costo de la generación de electricidad o lo estará pagando sin haberlo disfrutado.
Por estas sencillas razones considero que además de capturar el carbono debemos promover el uso de las fuentes renovables de energía (solar, eólica, oceánica) que no contienen dentro de sus costos la captura de gases de efecto invernadero porque no los producen.
Este artículo fue publicado el día 27 de marzo

miércoles, 13 de marzo de 2013

Hacia una educación que promueva la ciencia ciudadana.



En la actualidad se dice que transitamos de la sociedad de la información a la sociedad del conocimiento. La propuesta actual del desarrollo sustentable está basada en el desarrollo de innovaciones tecnológicas. Junto con ello, recientemente se ha iniciado un movimiento social que busca la generación de conocimiento científico con la participación ciudadana. Es necesario propiciar la interacción entre destacados científicos de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor) y profesores de educación básica, en la perspectiva de acrecentar el conocimiento científico con participación del profesorado y de sus alumnos. Los académicos de esta Academia, han diseñado y operado en años anteriores un diplomado para profesores con similares propósitos y ahora refrendamos el compromiso de propiciar la mejora de la enseñanza de las ciencias en el nivel básico y medio. Esto será posible mediante el acercamiento directo entre hacedores de las ciencias y profesorado, en diálogo constructivo, en que serán puestos en práctica o producidos, conocimientos, habilidades, actitudes propias de los procesos de descubrimiento científico y del desarrollo de las ciencias, sus metodologías y enfoques.
En México durante la primera década de este milenio la educación pública superior ha recibido un severo menosprecio por parte del gobierno federal y se ha dado impulso a la educación privada. Esta situación se mostró cuando se propuso un sistema de becas crédito para los estudiantes de escuelas privadas descuidando a los estudiantes de las instituciones públicas de educación superior. En si mismo este programa podría apoyar la formación de los jóvenes; pero esto no está haciendo así. Desde mi punto de vista, la educación superior requiere que las instituciones generen conocimiento y no solamente repitan lo que otros descubren o generan. Las instituciones de educación privada en México han renunciado a la generación del conocimiento, no así en otros países donde fomentan la investigación científica y cultural. Estas actitudes no ayudan a la sociedad en general y, en cambio, nos condenan a continuar seleccionando soluciones sin un conocimiento profundo de la problemática que nos aqueja.
Por otra parte, dada la situación en el mundo y las posibilidades de comunicación a través de la Internet se conjunta una gama amplia de herramientas para acciones de generación de conocimiento que no estamos utilizando suficientemente.
Para conseguir aprovechar estas posibilidades se requiere que los profesores de enseñanza elemental conozcan, practiquen y faciliten con sus alumnos las formas científicas de generar conocimiento.
Generalmente entre los profesionales de la enseñanza en nivel elemental se confunde una indagación bibliográfica con una investigación. Esto conlleva que la metodología científica no sea enseñada adecuadamente en las escuelas de educación elemental y la sociedad paga con altos costos esta carencia, por ejemplo al aceptar los productos “milagro”.
Los profesionales de la educación escasamente usan las posibilidades que ofrece la tecnología de telecomunicación y cuando lo hacen suele ser en calidad de consulta. Nuestro actual sistema educativo sube mínimamente información a la Internet.
Por otro lado, la llamada ciencia ciudadana o ciencia participativa es una actividad que genera conocimiento usando la metodología científica, pero en lugar de que los proyectos sean realizados por profesionales de la ciencia, son desarrollados por equipos de ciudadanos. Las bondades de la generación de conocimiento por parte de la sociedad son evidentes: la sociedad genera el conocimiento que más necesita en ese momento, al generarlo lo asimila y lo comparte, lo socializa, lo incorpora a su cultura.
Recientemente Manuel Martínez Fernández discutió estos aspectos de Investigación Educativa y Práctica Docente y enfatiza las relaciones entre los aspectos de innovación y sustentabilidad con la alfabetización científica. De aquí es importante tener acciones que ayuden a fomentar la cultura científica y utilizar acciones o mecanismos que alcancen a nuestros jóvenes.
En particular para este sexenio el programa de becas salario que está impulsando el gobierno de Graco Ramírez puede ser uno de los pilares del desarrollo sustentable a largo plazo. Este programa pretende beneficiar en forma directa a más de cien mil jóvenes que estudian desde tercero de secundaria hasta el último semestre de una licenciatura, los beneficiados indirectos podríamos ser todos los morelenses. En todo el mundo hay un movimiento que considera que la mejor inversión que puede hacer una sociedad es en la educación de su juventud. En mi opinión, habrá muy pocos argumentos que se pueden esgrimir en contra de esta propuesta.
Desde la ACMor estamos haciendo propuestas que promueven la cultura científica en estos jóvenes, estamos dispuestos a participar en conferencias, talleres, cursos y otras actividades para fortalecer el programa de beca salario. Aunque estamos conscientes de las limitaciones que tenemos como individuos o como organización, tenemos la certeza que podemos participar de forma activa en la búsqueda de que nuestra región sea una pionera en la conformación de una ciencia ciudadana, en la generación del conocimiento desde las raíces de la sociedad para construir una cultura científica que soporte las decisiones hacia un desarrollo sustentable.
Una versión previa de este artículo fue publicado el día 13 de Marzo