martes, 18 de febrero de 2014

Reflexiones sobre la estrategia energética

La estrategia de energía en un país es una visión de largo plazo para el abasto de la demanda de energía.
El problema de satisfacer la demanda energética en nuestro país en el marco de un desarrollo sustentable necesita solucionarse desde una perspectiva sistémica. En otro orden de ideas este problema es multivariado y debe abordarse desde los cuatro pilares de la sustentabilidad ambiental, económico, social e institucional. En resumen para satisfacer la demanda energética es importante, no solamente considerar la disponibilidad energética, sino que debemos poner atención en los flujos energéticos y la estructura del sistema de abasto energético.
Estamos en el momento crucial para iniciar el cambio hacia el uso de fuentes renovables de energía. Si bien no podemos decir que se tiene una alternativa de abasto que sustituya completamente a los hidrocarburos, tenemos una amplia gama de opciones que combinadas pueden, en el futuro, configurar una matriz energética sustentable. También es momento de concebir esquemas novedosos que permitan un flujo energético en formas eficientes y que alcancen a la totalidad de la población. La transición energética debe contemplar, además, nuevas estructuras distribuidas para potenciar a las fuentes renovables de energía y con ello hacer accesible la energía a toda la población. Esta estrategia debe ser concebida para iniciarse a la brevedad y disminuir los futuros impactos negativos del uso de los hidrocarburos; pero con vistas a consolidar un futuro sustentable.
Al decir que será en el futuro cuando contemos con las facilidades para utilizar las fuentes renovables de energía implica que todavía tenemos que desarrollar implementaciones y resolver problemas de ciencia básica que permitan generar, almacenar y distribuir la energía que demandamos con mayor eficiencia y cantidad. Así surgen múltiples preguntas una de ellas es: ¿Cuál es el papel de la ciencia en transición energética? Tradicionalmente, se ha exigido a los científicos estudiar y desarrollar nuevas y mejores tecnologías de energía, como: mejores métodos de conversión de energía solar, eólica, hidráulica, geotérmica u oceánica, mejores sistemas de almacenamiento de energía, formas más eficientes de transmitir y utilizar la energía, etc. Todas estos temas son necesarios, pero tenemos que aportar más en vista de la urgente transición energética que contemple tanto el desarrollo económico de aquellos que no lo han tenido como disminuya el impacto negativo en el ambiente. Necesitamos evaluar las nuevas tecnologías en términos de su eficiencia (con factores tales como la tasa de retorno de la inversión energética, la evaluación del ciclo de vida y otros) y su impacto sobre el medio ambiente y en las demás actividades económicas. Entonces, tenemos que desarrollar estrategias para optimizar sus beneficios y minimizar los efectos negativos que no deseamos, debemos generar las normas que fomenten el uso de las renovables y construir y fortalecer las instituciones encargadas de conducir esta transición.
Como ya hemos mencionado, la transición energética es ante todo un problema sistémico, en el sentido de que las nuevas tecnologías se desarrollan dentro de un sistema de energía existente y que obliga a cambiar y adaptar los flujos, la estructura y por supuesto la disponibilidad del sistema energético mediante nuevas tecnologías. La adaptación toma muchas formas, una es una mayor eficiencia en los usos finales de la energía, el fomento de la cultura de uso eficiente de energía, el desarrollo de nuevas formas de transformación de la energía que entra a nuestro planeta y transmisión y distribución inteligente.
De esta manera, tenemos algunos tópicos importantes para desarrollar desde la ciencia la tecnología para conformar un sistema de innovación en energías renovables.
El almacenamiento de energía eléctrica es un componente crucial para la reducción de las emisiones de CO2 y la dependencia de los combustibles fósiles. Esto se puede lograr con la búsqueda de un equilibrio entre la demanda de electricidad y su nivelación con las entregas de electricidad que posibiliten el uso efectivo de los recursos energéticos renovables. Las tecnologías actuales de almacenamiento electroquímico son relativamente maduras para el mercado de la electrónica móvil, sin embargo, los grandes retos se enfrentan para el transporte y aplicaciones de gran potencia. En estos momentos el costo determina la aceptación por el mercado, y la seguridad determina la idoneidad de las tecnologías, así como la confianza de los consumidores. Con estas dos prioridades, la investigación y el desarrollo futuros deberían centrarse en el rendimiento y la confiabilidad de la operación, incluida la energía y las densidades de energía, la eficiencia energética, el rango de temperatura de funcionamiento, el número de ciclos, y su vida útil. Las baterías recargables son facilitadores importantes para una aplicación efectiva de los recursos energéticos renovables y de una amplia expansión de la electrificación del vehículo. Sin embargo, ninguno de las actuales tecnologías de almacenamiento puede cumplir con los requisitos de las actuales necesidades del transporte. Una mezcla de baterías recargables y supercondensadores puede ser una opción para permitir un mayor y más rápido almacenamiento de energía a un menor costo y mayor vida útil, aspectos necesarios para la gran ampliación de mercado. La implementación y el avance de las tecnologías de almacenamiento de energía electroquímica requieren de la colaboración de científicos y de ingenieros en interacciones interdisciplinarias en las áreas del entendimiento de los procesos fundamentales involucrados y de la descripción fundamental, la síntesis de materiales, y la caracterización de diseño de sistemas y la ingeniería de detalle, con el apoyo de los gobiernos locales en la política y las finanzas para llegar al mercado y resolver las necesidades actuales. La tecnología de reciclaje avanzado debería establecerse para el ahorro de los recursos finitos y proteger nuestro medio ambiente frente a la fabricación en masa y aplicaciones de los dispositivos de almacenamiento de energía.
El desarrollo de materiales para el aprovechamiento de diversas energías renovables es otro tópico importante que debemos fomentar desde la ciencia básica para conseguir desarrollos tecnológicos que cubran necesidades del mercado.
Es evidente que la varita mágica que permite a la humanidad a librarse de la adicción a los combustibles fósiles, no se ha desarrollado y no parece probable que se encontrará pronto. Incluso los recientes experimentos en fusión nuclear, donde ya se obtiene más energía de la que se invierte, no podrían augurar que el problema de energía se resolverá pronto con las tecnologías actuales. Desde mi punto de vista, no estamos condenados a volver a la “pobreza energética” de los viejos tiempos. Las energías renovables son una tecnología en crecimiento que mantienen la promesa de ser capaces de producir cantidades comparables, e incluso superiores, a lo que estamos produciendo en la actualidad con los combustibles fósiles. Sin embargo, las características de intermitencia y bajas densidades de estas energías requieren de desarrollos científicos y tecnológicos importantes. Al mismo tiempo, debemos reconocer que es posible utilizar las fuentes renovables en muchas aplicaciones hoy en día con factibilidad económica y que por desconocimiento de la población no se ha maximizado su uso. El problema no es tanto de orden tecnológico, sino que radica en el hecho de que la infraestructura de nuestra sociedad no está adaptada a estas nuevas formas de energía. La adaptación de la red eléctrica a un flujo de entrada variable es posible por medio del concepto de "red inteligente", pero todavía requiere de un esfuerzo mayúsculo para su implantación en gran escala. Al mismo tiempo, la mayoría del sistema de abasto de energía está basado en la energía eléctrica, pero la del transporte no lo está y es fuertemente dependiente de los hidrocarburos. Por esta razón, insisto, el almacenamiento portable de energía de potencia es muy necesario y debemos conseguirlo a un costo competitivo. Así, la transición está en marcha, pero resulta ser difícil, compleja y costosa, aunque se vislumbra su adecuación a la sustentabilidad si se basa en las renovables. Sí vamos a avanzar en esta dirección, debemos aceptar que los grandes recursos tienen que ser invertidos en la transición y que no puede ser aportados sin sacrificios.
La transición energética es también un problema económico, ya que el actual sistema financiero tiende a mirar sólo hacia el beneficio inmediato, el descuento de mediano y largo plazo no parece ser considerado. Así pues, tenemos un problema de política en el sentido de que tenemos que asignar recursos económicos para la transición y de considerar también las transformaciones sociales que va a provocar y que no podemos pasar por alto la necesidad de un acceso equitativo a la energía para todos. Tenemos que construir buenos modelos que pueden decirnos a dónde vamos y qué medidas hay que tomar si queremos planificar el futuro. Esto es posible. No somos ciegos para el futuro, pero tenemos que abrir nuestros ojos para verlo.
Si somos capaces de gestionar la transición energética, teniendo en cuenta los factores tecnológicos, económicos y sistémicos seremos capaces de sustituir a los combustibles fósiles, incluso sin varitas mágicas y llegar a un futuro mejor,

miércoles, 5 de febrero de 2014

Un camino que todavía podemos seguir


En 1987 compré y leí con entusiasmo el libro titulado “Tecnologías alternativas para el desarrollo urbano” escrito por Álvaro Portillo y Gladys Sirvent, publicado por el Centro de Ecodesarrollo. Ya desde aquellas épocas pensaba en que debería haber alternativas de desarrollo amigables con el ambiente. Desde esas fechas buscaba un desarrollo sustentable que contemplara las cuatro dimensiones de la sustentabilidad: economía, ambiente, sociedad e institucional. Aunque en aquellos días no me quedaba claro la dimensión institucional. Ahora considero muy importante las acciones que emprendamos para construir leyes y organizaciones que nos brinden el marco adecuado para amalgamar los intereses aparentemente encontrados en el corto plazo de las otras dimensiones de la sustentabilidad.
En aquel tiempo leí el libro con avidez, interés y asombro al ver que era una colección de buenos deseos; y no entendía la razón de que no se implantaban esas tecnologías que parecían obvias y necesarias. Ayer busqué el Centro de Ecodesarrollo y parece que fue un esfuerzo que sucumbió a los embates del neoliberalismo. Sus últimos esfuerzos se plasmaron en libros que han sido rescatados y ahora están disponibles en la Internet en un sitio de la Universidad Veracruzana; vale la pena leerlos y tratar de entender por qué estas propuestas no prosperaron. Comento que también es importante señalar que las universidades públicas están buscando hacer el rescate de este tipo de documentos que pueden servir para conocer el camino andado por otras personas con ideas similares a las nuestras.
En este libro de tecnologías alternativas encuentro nombres que ahora conozco y con quienes he trabajado en el impulso de las fuentes renovables de energía, a saber: José Luis Fernández Zayas, Jorge Huacuz, Roberto Best, Aarón Sánchez, Jorge Hernández, Isaac Pilatowki, Jesús Arias, y muchos otros. Todos ellos proponían tecnologías que parecían resolver las necesidades urbanas. Digo parecían ya que no fueron ampliamente implantadas en las ciudades. Debo mencionar que las tecnologías a las que se referían eran en su mayor parte arquitectónicas y de viviendas sencillas con calentadores solares, celdas fotovoltaicas, generadores eólicos, uso de biocombustibles. También se discutía el uso racional y abastecimiento del agua, como la separación de desechos sólidos para reciclado y aprovechamiento. Todas estas tecnologías no han logrado penetrar en las urbes y ahora padecemos problemas en la ciudades por no usarlas, es decir fueron un camino no escogido por la sociedad en su conjunto. Esto me recuerda el recomendable documental de Hemauer y Keller “A road no taken” sobre los calentadores solares de la Casa Blanca en EEUU que fueron arrumbados en lugar de ser utilizados. Las propuestas de una generación que intuía la necesidad de un “ecodesarrollo” para armonizar los aspectos económicos y ambientales no fueron consideradas (A road no taken).
Debo comentar que la lectura de ese libro y mi asistencia, en 1985, al curso de Actualización en Energía Solar organizado por Manuel Martínez e Isaac Pilatowski en el entonces Laboratorio de Energía Solar en Temixco, Morelos (hoy Instituto de Energías Renovables, UNAM) me convencieron de que era posible el uso de tecnologías amigables con el ambiente en el ámbito urbano. Así hoy, más de 20 años después, en casa separamos los desechos: composteamos y reciclamos, usamos calentador solar para tener agua caliente, reusamos el agua gris y recientemente generamos electricidad con fotovoltaicos en la opción de cogeneración. En la construcción usamos los preceptos de la arquitectura bioclimática y usamos techos aligerados y aislantes para gozar de un microclima más confortable en el interior y con verdor en el exterior sin utilizar más energía. Es decir hemos implantado la mayoría de estas tecnologías que, hace más de 20 años eran alternativas, ahora son una realidad. Con ellas ahorramos dinero y disminuimos nuestra huella ecológica, ilustramos que podemos implantar los sueños del antaño.
En la parte final del libro hay una recomendación: “Debe cumplirse la legislación vigente en materia de tecnología para el desarrollo urbano. Solamente al interior del sector de desarrollo urbano y ecología existe un importante conjunto de disposiciones legales que responsabilizan a la administración pública federal en materia de desarrollo tecnológico, difusión y asistencia técnica.” Con esta frase Álvaro y Gladys apuntaban a la necesidad de incorporar el ámbito institucional a los ambientales, económicos y sociales, aspecto que ahora entiendo es crucial para conseguir el desarrollo sustentable.
También considero muy importante la difusión de los conocimientos científicos y la asimilación de los conocimientos tradicionales para verdaderamente seleccionar el camino y el rumbo que debemos seguir como especie en este planeta.


Debemos seleccionar con base en el conocimiento los rumbos a seguir

Una versión previa de este artículo fue publicado el día 5 de febrero

miércoles, 29 de enero de 2014

Energía y minas: visión sustentable

Hace casi un año comenté en esta columna sobre los aspectos negativos de la posible instalación de una mina en el municipio de Temixco. En aquella ocasión utilicé la información disponible de la propia empresa para comentar que la instalación de esta mina parecía no cumplir con los requisitos de la sutentabilidad. En diciembre pasado encontré un artículo que discute las posibilidades de tener una industria minera sustentable basada en la tecnología y en el uso de la energía. Ugo Bradi de la Universidad de Florencia, en ese artículo, discute la forma en que la tecnología y la energía determinarán el futuro de la minería.
En mi opinión, este tipo de discusiones es muy importante para realmente construir un futuro posible para las generaciones que vienen.
En ese artículo me enteré que ya casi tenemos 150 años con la pregunta de qué pasará con el futuro energético que proviene del los hidrocarburos. En 1866, Williams Jevons, profesor de University College de Londres, publicó un artículo titulado "La cuestión del carbón" donde debate sobre el agotamiento de minerales en la Gran Bretaña y analiza que las posiciones han oscilado entre dos líneas de pensamiento: uno que ve el agotamiento de los recursos naturales como un problema importante para el futuro y otro que ve la tecnología y al ingenio humano como una herramienta para resolver el problema del agotamiento. En particular hace la reflexión y pregunta “Las consecuencias sociales y políticas para nosotros mismos y para el mundo de un agotamiento parcial de nuestras minas son de una incertidumbre infinitamente mayor que el evento en sí mismo, y no pueden ser objeto de discusión... ¿Somos sabios en permitir que el comercio de este país se eleve más allá del punto en el que podemos mantenerlo en el futuro?”. Claramente esta pregunta todavía tiene vigencia y abre la discusión sobre la sustentabilidad. En aquella época el desconocimiento de los procesos naturales era mucho mayor que en la actualidad, hoy, contamos con herramientas científicas que nos permiten enmarcar el problema sobre la base de factores físicos, en particular sobre la base de la termodinámica: la segunda ley de la termodinámica.
Un análisis de este tipo conduce a tener claro que la extracción de materias minerales es energéticamente costosa: necesitamos energía para romper los enlaces químicos que mantienen los minerales unidos en la roca, para levantar y acarrear los materiales y conducirlos a los lugares de procesamiento, etc. Esta energía proviene fundamentalmente de los hidrocarburos que se han formado durante millones de años y que realmente estamos consumiendo a tasas aceleradas y por lo tanto consumiendo los ahorros energéticos de millones de años almacenados mediante procesos geofísicos y geoquímicos que han utilizado la energía solar o geotérmica por muy largo tiempo. Además el agotamiento de los minerales está transformando poco a poco a la Tierra en un mundo donde todos los minerales se encuentran dispersos y en bajas concentraciones en la corteza terrestre.
Además del problema del agotamiento, también enfrentamos la contaminación producida por la extracción minera. Este tipo de contaminación es a menudo acumulativa y persiste en el medio ambiente por mucho tiempo. La contaminación puede ser un factor más importante que el agotamiento para obligar a la industria a reducir la producción de un producto mineral. Acerca de los combustibles fósiles, el debate está todavía en curso sobre si la producción se reducirá a causa de agotamiento y, por lo tanto, aliviar o incluso resolver el problema del cambio climático o, más bien, el cambio climático generará restricciones económicas y políticas que obligarán a una disminución en el uso de los hidrocarburos. El aumento continuo de la concentración de CO2 en la atmósfera indica que debemos considerar con mayor seriedad las restricciones climáticas para forzar una desaceleración en la utilización de combustibles fósiles.
El término "tecnología" se utiliza a menudo como la solución milagrosa para remediar el agotamiento y los problemas de contaminación. En la práctica, cuando se examina el proceso de extracción y producción de minerales observamos que no hay atajos sencillos que puedan disminuir el consumo energético o el uso de sustancias peligrosas. A menos que seamos testigos de un dramático cambio en la tecnología que aumente considerable y rápidamente la producción mundial de energía y sin aumento de la contaminación, debemos aceptar el hecho de que la producción de materias primas minerales está destinada a disminuir en el futuro y aceptar la tendencia alcista en los precios de los productos minerales o energéticos. En el futuro, la sociedad industrial tendrá que aprender a funcionar con una reducción del suministro de los recursos minerales y energéticos y transitar hacia una sociedad mucho más eficiente que use materiales reciclados y fuentes de energía renovables; de tal manera que cierre el ciclo de producción.
En resumen, Bradi concluye que para tener una minería sustentable deben promoverse cuatro aspectos tecnológicos: 1. Tecnología para aumentar la eficiencia de la extracción. 2. Tecnología para aumentar la eficiencia de consumo (incluido el reciclado y la reutilización). 3. Tecnología para la sustitución de recursos escasos por otros abundantes (de sustitución). 4. Tecnología basada conocimiento científico de ruptura (cambio de las reglas del juego). Todos ellos sin contar los aspectos de la sustentabilidad que ya he discutido con anterioridad.
Sirva este comentario para reflexionar sobre el futuro que estamos dejando a las próximas generaciones que no han disfrutado de los recursos minerales y energéticos que nosotros tenemos en la actualidad. La discusión de la sustentabilidad ya fue planteada desde los albores de la edad industrial.

Una versión resumida de este artículo fue publicado el día 29 de Enero

miércoles, 22 de enero de 2014

Matemática zombi


Hoy no sé cómo empezar... si hablar de zombis o de la epidemia de la influenza. Pero el título dice matemáticas. Aunque usted no lo crea la idea que tengo en mente es sí abordar temas de matemáticas. Como en esta columna deseo compartir opiniones sobre aspectos donde no soy especialista me tomaré la libertad de comentar que en estos días los datos que podemos ver en REPORTA el sitio del monitoreo ciudadano de enfermedades respiratorias muestran un aumento en la incidencia de problemas respiratorios en el estado de Morelos desde el mes de diciembre y que a nivel país se encuentra que el aumento se inició en octubre. Estos datos indican del brote de influenza que estamos presenciando y que se puede anticipar con participación ciudadana y la generación de modelos epidemiológicos.
La idea de REPORTA es desarrollar una investigación que conduzca a modelos matemáticos que puedan predecir el comportamiento de las enfermedades infecciosas, como la influenza o el dengue, en un monitoreo en tiempo real.
Seguramente, te preguntarás y que tienen que ver esto con los zombis, ya que en las películas de zombis, la propagación de los muertos vivientes en la población parece tener poco o nada que ver con las enfermedades infecciosas reales. Sin embargo no es así, recientemente un artículo en los arxiv.org ilustra cómo la forma en que las personas se convierten en zombis en películas de terror es notablemente similar a forma en la que se propagan las epidemias reales.
Abro un paréntesis, ya que considero importante mencionar que el sitio arxiv.org es un depósito libre de artículos de física, biología y computación donde muchos científicos suben a la Internet sus investigaciones con el objeto de darlas a conocer en forma libre, pero ya en otra ocasión comentaré de la ciencia abierta.
Regreso a la discusión de que si la forma de propagarse la enfermedad zombi tiene similitudes con las enfermedades infecciosas. De hecho, son tan similares que es posible utilizar los mismos modelos matemáticos para describir los dos tipos de epidemia, la influenza o dengue y la de los zombis.
El modelo matemático que describe epidemias convencionales se conoce como el modelo (susceptible, infectado, recuperado). En muchas enfermedades cuando una persona susceptible entra en contacto con la enfermedad se infecta. Si hay cura se recupera, vuelve a la población en general, pero ya no es susceptible de ser infectada. Existen algunas enfermedades como el dengue para las cuales la susceptibilidad reaparece con el tiempo.
Sin embargo, puede ser el caso que no haya cura y entonces la única solución es la muerte como en el caso de algunas películas de los zombis, aunque no lo creamos existe una forma de matar a un muerto (viviente), claro solo en las películas. Este escenario, donde la única solución es la muerte del zombi, nos conduce inevitablemente al apocalipsis zombi, es decir siempre van a ganar. Esta posibilidad es lo que angustiaba a la humanidad al aparecer la enfermedad del SIDA, que no se encontraba forma alguna para detenerla. También es el caso de una pandemia que se propague más rápido que el tiempo requerido para encontrar una cura o vacuna. La analogía continua, en algunas películas aparece una cura en el mejor de los casos una vacuna, que suprime el estado inicial de susceptibilidad a la enfermedad y con ello evita el apocalipsis. Este último caso es lo que más les gusta a los optimistas. Existe otra posibilidad, en cuanto se puede obtener una clase de zombi que no contagia aunque no deja de ser zombi. Este escenario también puede ser buscado como un medio para limitar la propagación de la enfermedad.
Es más podría pasarme aquí platicando diferentes escenarios, todos basados en películas y todos ellos con posibilidad de encontrar análogos en enfermedades reales; sin embargo lo interesante es que los cineastas han retratado con ironía, sarcasmo, terror y mucho más algunas de estas posibilidades y los científicos han desarrollado modelos matemáticos que pueden predecir con cierta certeza la evolución de los infectados conn enfermedades que se transmiten por contagio. El estudio de diferentes tipos de la dinámica zombi, aunque ficción, es extremadamente útil en la construcción de modelos de enfermedades infecciosas en la vida real. Es más podría ser una motivación en las clases de matemáticas o computación para que los estudiantes programarán diferentes modelos y analizar su evolución. También las posibilidades de usar estas analogías en tareas de divulgación científica puede ser interesante.
Con este comentario espero animar a los jóvenes para que analicen los diferentes modelos que pueden ser utilizados tanto en la fantasía como en la realidad, aunque que en el caso de los zombis tienen el valor añadido de ser también entretenidos - un valor que puede ayudar en la educación y la divulgación. Quiero enfatizar que el entendimiento de las matemáticas parece fundamental definir estrategias para contrarestar cualquier epidemia al tener una buena comprensión de la dinámica de la enfermedad y hacer pronósticos. Esta comprensión viene de la construcción de modelos matemáticos aplicados a los datos sobre la propagación de la enfermedad (uno de los objetivos de REPORTA), y la aplicación de técnicas de inferencia confiables como los de análisis Bayesiano. En resumen toda la población debe tener conocimientos elementales de matemáticas. Ya tenemos una de las tareas en la educación en nuestro país.

Una versión previa de este artículo fue publicado el día 21 de Enero en "la Unión de Morelos"

miércoles, 8 de enero de 2014

Clase media y matemáticas

En esta primera semana del año al saludarnos todos empezamos con las frases de buenos deseos. La mayoría con gusto compartimos estos augurios mencionando las nuevas tareas o las tareas cotidianas que realizamos, en particular y en todos los ámbitos, deseamos salud. Estas frases en general se refieren al bienestar de todos, es decir de manera implícita, deseamos un bienestar social.
Claramente, el alcanzar el bienestar social implicará trabajo y acciones de compartir lo que tenemos. Ya he mencionado mucho en estos textos la necesidad de compartir para alcanzar este bienestar social. También hemos planteado varias veces la necesidad de medir los impactos de acciones emprendidas con este fin, los llamados indicadores. Estos indicadores necesitan medirse para poder analizar si las acciones que implantamos son las adecuadas o requieren de ajustes o cambios para alcanzar el objetivo.
En nuestro país un organismo autónomo que se encarga de proveernos de este tipo de información es el INEGI y el día de hoy quiero llamar la atención sobre un estudio recientemente publicado donde se concluye que cerca de la mitad de los hogares mexicanos pueden ser considerados de clase media. Debo comentar que cuando leí la noticia mi incredulidad apareció, pero al continuar leyendo, cuando llegué al punto, donde se mencionaba que la clase media había crecido en México en los últimos años mi incredulidad aumento mucho más.
Como es la costumbre de muchos científicos indagué en las fuentes y encontré en la página del INEGI la información.
Me sorprendí gratamente cuando las primeras palabras fueron para aclarar que la definición de clase media no es algo trivial. Aspecto que comparto totalmente, basta preguntarle a cualquier persona que si es clase pobre, o de clase media o de clase rica para que la gran mayoría conteste que de clase media; esta respuesta solo nos conduce a intuir la complejidad de la pregunta. Esta ambigüedad y dificultad para definir lo que es clase media fue abordada en el mencionado estudio con seriedad. El mismo INEGI establece que este estudio no está terminado y está en proceso.
Por fortuna, el estudio va más allá de considerar solamente el ingreso como variable para definir la clase a la que pertenece una persona o un hogar. No voy a enlistar aquí todas las variables, pero comento que se consideraron 17 diferentes variables, como el gasto, uso de computadoras, tipo de alimentación, etc (los detalles pueden ser consultados en la página del INEGI. Toda la información analizada fue levantada en la “Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2010” y los resultados fueron comparados con aquellos de la misma encuesta, pero del 2000. Esta última información me aclaró aquello de que la clase media había crecido con respecto al 2000.

Clase media disfrutando de la playa

Sin embargo hasta aquí en mi lectura no me quedaba claro como habían definido a la clase media. Someramente en el documento resumen se dice que: “Una vez seleccionadas las variables por medio del “Estratificador INEGI” se probaron 10 modelos distintos que compiten entre sí para mejor describir el tipo de agrupamientos o conglomerados de hogares de la ENIGH en función de las 17 variables: se seleccionó el modelo que resultara estadísticamente más verosímil de ser obtenido en una muestra dada la distribución de hogares en el universo nacional al describírsele con esas 17 variables y fue aplicado su algoritmo de conglomeración cuyos resultados se optimizan con un total de 7 estratos de hogares.”
Por supuesto que esta explicación solamente me despertó más inquietudes e interrogantes, pero debo aclarar que con un afán de transparencia el INEGI publicó también una nota técnica donde aclara el procedimiento estadístico y la verdad es que al leerla me aclaró muchas cosas y pude aquilatar la valía del análisis.
La idea es ajustar cúmulos de hogares en un espacio de 17 dimensiones mediante distribuciones matemáticas de estos hogares. Por supuesto, que con esta oración estoy pecando de lo que encontré en la explicación del método en el resumen de resultados y soy totalmente críptico. Reconozco que no es trivial explicar el modelo que utilizó el INEGI. Sin embargo quiero mencionar que la metodología empleada es muy interesante y merece ser apreciada. Los resultados obtenidos con ella pueden ser cuestionables, pero ahora ya sabemos que los datos levantados en la ENIGH apuntan hacia una posible estratificación de los hogares en 7 niveles con dos cambios abruptos que pueden definir las clases baja, media y alta. Sin embargo, como todos los científicos sabemos, los ajustes requieren de una o varias explicaciones de causalidad. Enriquecimiento que puede ser aportado por otros miembros de nuestra comunidad.
Sirva todo esto para enfatizar que debemos tener una cultura matemática para poder comprender aspectos sociales y más cuando perseguimos un bienestar social y deseamos definir acciones que puedan ser rastreadas en su efectividad hacia ese bienestar de todos.

Este artículo fue publicado el día 8 de Enero en la Unión de Morelos

martes, 31 de diciembre de 2013

Buenas acciones y buenos deseos

Hoy quiero comentar una frase que mi amigo y colega Federico Vázquez me dijo referente a una de la actividades de las Academias de científicos: la labor editorial es la más noble de una Academia de Ciencias al compartir el conocimiento que genera y entiende ayudando la apropiación del conocimiento para el bienestar social. Este comentario surgió hace algún tiempo cuando reflexionábamos sobre que la labor editorial de la Academia de Ciencias de Morelos (ACMor) era una de sus más fructíferas actividades y que desde mi punto de vista deberías ampliarla, él compartía completamente este punto de vista. Debo enfatizar que esta ACMor junto con el periódico La Unión de Morelos llevamos más de seis años publicando ininterrumpidamente un artículo de divulgación cada día lunes. Además hemos compilado algunos artículos del primer ciclo de tres años en tres libros, con estos libros se inició la labor editorial de la ACMor. Estos libros han ganado dos veces el Reconocimiento al Mérito Estatal de Investigación en el rubro de divulgación. Esta es una felicitación pública al comité editorial de la ACMor por su desinteresada labor. Ahora la labor editorial de la ACMor se ha extendido y contamos con más de 5 otros títulos que van desde cuentos para infantes hasta libros de divulgación a nivel superior, se tocan temas desde el principio de Arquímedes, pasando por el mundo nanométrico, metodología científica, problemarios de física y fuentes renovables de energía (los títulos de las publicaciones se pueden consultar en su página de Internet). El próximo año veremos más títulos y con contribuciones de un mayor número de colegas, enfocando problemas nacionales como la desnutrición y mala nutrición y tópicos de sistemas complejos, etc. Por esta razón los invitamos a estar atentos a la página de la ACMor y a su participación en redes sociales en Internet.
De esta manera, los colegas que pertenecemos a la ACMor colaboramos para propiciar una cultura científica en la mayor parte de la población. Este esfuerzo lo hemos concentrado en nuestro entorno cercano, digamos Morelos, Puebla, Estado de México y el Distrito Federal, pero estamos listos para compartir con todo el territorio nacional y en todo el mundo de habla hispana.
Tengo que reconocer que la labor de mercadotecnia de estos libros no es algo que los científicos hagamos bien y por ello hemos tenido colaboraciones con editoriales, ya establecidas, que se encargan de la comercialización de nuestros textos, para así poder llegar a un mayor público. En este sentido mostramos que el trabajo en equipo con editoriales y comercializadoras de libros tiene frutos, algunos de los libros ya han sido incluidos en la colección del Rincón de la Lectura de la SEP.
Conscientes estamos de que en nuestro país se requiere fomentar más la lectura, con nuestra actividad consideramos que incluimos contenidos científicos, que generalmente encontramos en otros idiomas, enmarcados desde una perspectiva latinoamericana y mayormente mexicana de esos conocimientos.
El día de hoy, último día del año 2013, quiero invitarlos a que fomentemos la lectura, y por supuesto la escritura, de textos científicos, literarios, filosóficos, etc.
Este año que termina tiene noticias contrastantes, por un lado con la consolidación de interesantes cambios en el ámbito científico, pero con sombríos panoramas en lo económico, social y ambiental. Sirva este texto para invitarlos a tomar acciones que propicien el beneficio social y para desearles a todos los lectores un año 2014 pleno de satisfacciones y salud.

Este artículo fue publicado el día 31 de Diciembre en la Unión de Morelos